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miércoles, 14 de diciembre de 2011

Sin contexto temático.

Yo haría todo por entender cuál es el sentido de despertar en la mañana, sentir la boca seca, un nudo en el estómago y un montón de sensaciones implícitas, desagradables y circulares. Y en realidad esos razonamientos circulares que suelo tener son devastadores e inútiles, sólo me traen donde mismo, al principio, que es lo mismo que el final. Hasta que surge una pequeña idea aclaradora que marca una línea imaginaria entre la esperanza y la tierra prometida. 
No cave duda que no saber distinguir entre lo que hacemos bien o hacemos mal es un signo de lo perdidos que estamos. 
Es tan difícil seguir un contexto temático sin desviarse, tengo tantas cosas de que hablar que me resulta imposible continuar extendiendo la misma idea tres líneas más abajo. Y me siento devastada por la injusticia de la boca sin su beso, que dejo de buscar respuestas donde no las hay. Quién podría descifrar de lo que estoy hablando, porque ni yo, la que escribo, entenderé lo mismo que escribo hoy mañana, porque mañana seré otra con la misma cara. 
¿En qué estaban pensando los poetas? ¿En qué estaba pensando yo? Esta libertad me está asfixiando. No planeo excusarme, no planeo salir volando. No creo en la inconsciencia, en los domingos, en los perdones, en los no puedo, en las mentiras, en el valor y dejé de creer en los héroes. Sólo creo en la fe que tengo de que mañana simplemente sea diferente a hoy y que mis ganas no se ahoguen al abrir y cerrar los ojos otro día. 
No tengo un final concluso, porque la vida seguirá corriendo inclusive cuando esté muerta.

lunes, 5 de diciembre de 2011

No hay ying sin yang

¿Qué quiero hacer? Sigo mirándola y entiendo que esa no soy yo, quiere ser otra más adusta, más ligera y con expresión deforme. Cansada frente a la fuente de la vida eterna, ansiosa de entrar a un laberinto sin salida, compleja -sé que compleja no es un verbo- de lo simple de la vida. ¿Prosa poética?, mejor debería escribir poesía, mejor debería reírme y culpar a la buena suerte, mejor debería dormir e implorar soñar. Y cuando soñar no funciona, ¿a dónde van las aves, los conejos, tu sonrisa, las manos simulando ser palomas? Y qué me dice Neruda, qué me pide Parra, con qué me castiga Violeta: quizás soñar es lo tuyo. 

No se necesitan cinco minutos para redactar tu testimonio, y necesito exactamente una noche para contar -y también creerme- un cuento. Todo me guía aquí, manchando mi memoria con horas frente a este espejo, este reflejo de mí, este retrato escrito, textual, verbal, de ultratumba. Ding dong, la creación me llama a su guarida y me inflama la cabeza con ideas nuevas y claramente inspiradas para este momento tan de lunes, tan frágil y parecido más a una acotación que a la obra entera. 

¿Desde cuándo escribir se volvió tan complicado? Y media dormida estoy escribiendo, media soñando, media volando y me parto en dos, me separo entre la que escribe y la que duerme, entre la que quiere y la que espera, entre la que hace y la que desarma, entre la que ama y la que hiere. Un crimen sería exactamente quedarme callada en un momento como éste, y eso que no estoy hablando por la boca. Qué tipo de sobrenombres se le inventan a este milagro tan aturdido y confiado. Lo único que me calma es que jamás volveré a ser la misma que se hizo callar a su ying para privilegiar a su yang, esa traición no se hace dos veces, sobre todo si una misma quiere vivir en en equilibrado blanco y negro.

domingo, 30 de octubre de 2011

Anonimo.

La soledad es un tema bien diluido, bien conocido, eterno y difícil de racionalizar. Siento que hay varias cosas que en vez de entrar rebotan y se quedan en la atmósfera, y la más pura evidencia de ello es su existencia. Es más una fatiga la que siento, un hambre, un hoyo en el estómago. Es el famoso arte de vivir, ya no quiero seguir escribiendo, ya no quiero seguir pensando, me quiero apagar e hibernar. El silencio me da una comodidad absurda, siento que estoy cansada de querer explicarme de adentro hacia afuera. Quiero dejar de tratar de explicarlo todo. Y si tú crees que no encajas, mírame a mí, me siento ajena a mi propio mundo, a mi propia ciencia, pero no a mi filosofía. 

lunes, 26 de septiembre de 2011

Supercalifragiliesticoexpialidoso

Siento como la levedad y el miedo se apoderan de mi terrenal existencia. Me siento cada vez más humana, más dentro de esta sociedad infinita que me está mostrando quién en verdad importa. Y todo parece espantosamente absurdo, calamitoso, extremo, desagradable. No sé cómo expresarme, no sé que quiero decir, no sé quien soy, me siento excesivamente inútil. Tengo pena, rabia, un silencio incómodo que se me hunde en el pecho y me asfixia, hasta dejarme agónica de palabras con sentido. Quién mierda soy para meter a las personas en cajas, clasificarlas, enumerarlas, analizarlas por el tipo de zapatos que usan, por el tamaño de su vientre, por la cantidad de años y anillos que llevan encima. Siento que estoy sólo gastando aire y espacio dentro de tanto camino por andar. Me siento diminuta, innecesaria, infantil. Me encierra en una argolla flamante la idea de tener que madurar y usar la ropa correcta que corresponde a la mujer femenina y sus zapatos de tacón tan "necesarios", que no llevo dentro, sino que debo llevar por fuera. Me tortura la idea del vacío, de la nada, del castigo eterno del ocio, de lo vago, de lo incierto y lo fácil. Diecisiete años no me han alcanzado para salvar al mundo ni descubrir los secretos del universo, siento que moriré en el momento en que sepa la verdad. Todo me parece tan común, tan doloroso y calamitoso. La gente se oye igual. Se ve igual. Y todos quieren ser diferentes.
A mí lo que en verdad me preocupa es dejar de ser tan terrenal, dejar de ser tan vana y comenzar a trabajar desde lo que realmente importa. Llegar a descubrirme a tal punto que no sea necesario tener que luchar con los demonios para entender lo que realmente se debe hacer: quedarte o dejar, esperar u olvidar, dormir o trabajar,     soñar o aterrizar. Creo que siempre he estado llena de todo lo que arma a este mundo y lo hace tan material y palpable. No quiero tener que ver para creer, quiero sentir con cada centímetro de mi cuerpo lo que debo hacer y no dudar por un mísero comentario opuesto. 
Pienso que esa parte de dudar es importante para poder entender de qué se trata todo esto. Sin la duda significa que siempre estaríamos seguros y no pararíamos de imponer nuestra razón frente al resto. 
Todo esto de lo humano debería ser estúpido y falso, y lo es, pero me cuesta tanto desprenderme de este cuerpo tan biológico, tan anatómico, tan científico. Cuáles son los hilos que mueven a la gente, no entiendo por qué existe gente buena y gente mala, por qué lo primero que preguntamos de las películas es cuál es el villano y cuál es el héroe. Conozco a pura gente que le gustan los buenos, y me da miedo tener cerca a los que les gusten los malos y ser malo. 
Quiero dejar de ser todo lo que he sido hasta ahora y enfocarme en separar las cosas y vivir sin miedo de lo mal que se pueda ver lo externo, me encierro en mí misma y espero innecesariamente la aprobación y la compañía ajena. Hay que aprender a convivir con uno mismo, aguantarse y criticarse, y no dejar que los ojos de otro mortal vengan a dirigir el sentido de tu vida. A mí me cuesta comprender eso, sé que es verdad pero no me lo trago, quiero avanzar por el camino correcto y no quiero ser el villano. 
La gente no se clasifica ni en buenos, ni malos, ni tontos, ni gordos, ni flacos. La gente no se clasifica porque somos todos iguales, nuestra alma se degenera al compartir con todo lo humano. Simplemente quiero estar lo más lejos posible de todo lo innecesario. 
No existe el progreso indiscriminado del hombre, sólo creo en el progreso indiscriminado del alma.


Súper hippíe, súper humana.


lunes, 19 de septiembre de 2011

Trepadora mentira

Soñé con un beso entre la vida y la muerte, con la locura, con la completa demencia. Soñé soñando que mi sueño era verdad, que la soledad no existía, que miles de siglos de dolor se habían terminado con un beso imaginario. Se puede sentir tanto dolor en una vida, y ni la mitad de ese sufrimiento puede ser explicado en palabras. No fue un beso amoroso, no fue un beso de príncipes y castillos. Fue un beso de una de las más grandes mentiras que jamás he creado, fue el roce de cuchillos infectados del pasado, fue un puente entre la realidad y la más hermosa mentira. Qué se debe sentir después de los sueños, qué se debe esperar después de ellos. Yo no quiero soñar más con manicomios, con silencios, con verdades inciertas de años de mala suerte, simplemente quiero ser yo ahora tranquila y sin remordimientos. 
Soñé que no existía nada más en el mundo, soñé deseando no despertar porque aunque las mentiras sean muy reales, en el alma se sabe que hay cosas imposibles y que aunque desee con todas sus ganas revertir el hechizo de la realidad, la verdad está esperándote para cuando abras los ojos y digas "todo fue un sueño".
Olvidar, si se puede olvidar, aunque los viejos miedos de generaciones anteriores vengan a moverte el piso. Tantas lágrimas que alguna vez soñé y seguiré soñando. Tanto que se tiene encerrado en el corazón y tiene que callarse, sin demostrarse, sin paralizarte. Por qué tengo que sentir esas miles de sensaciones moviendo tu cuerpo como si aún siguieras creyéndole a ese puto sueño. Nadie nunca me dirá que podrá entender lo que estoy sintiendo en este momento. Maldita inspiración que llega en los sueños, por qué se mete el engaño en mis sueños y me hace despertar asustada. 
Hoy quiero olvidar para siempre ese beso falso entre mi nariz y mis labios, quiero olvidarlo porque hoy puedo saber que existen límites entre todo esto; y que aunque quiera morir por ese beso, nada justificará nada. Me arrepentiré de nuevo por querer soñar despierta, y el viento de la primavera me susurrara lo que no quiero escuchar y me llama "la verdad es la mas cruda realidad".

sábado, 10 de septiembre de 2011

MU

¡Por la cresta! Qué gran desperdicio de tiempo siento al apretar tantas veces el mismo botón y no encontrarle sentido. Nada tiene sentido ahora. Y lo peor es que nada importante ha pasado como para perder las esperanzas. Siento que pertenezco a la generación equivocada. 
Salgo. Me callo. Dudo. Trato de explayarme. No se entiende. Grito más fuerte. No se oye. Me callo.
No espero nada, miento, espero mucho. Quiero mentirle a mi mente y dispersarla, pero no hay caso, continúa la lluvia de ideas. Me siento ciega y perdida. 
"Lo esencial es invisible a los ojos"
Por eso veo mucho y también me cuesta entenderlo todo.
Sentía algo que no puedo recordar. Estos días son tan agrios, inmemorables, bochornosos, indicados, irreparables.
Y si no escribo de esto, de qué escribir. No tengo de qué hablar, me he quedado muda, sin las palabras justas ni necesarias. 
No, ahora nada tiene sentido porque el sentido está inmerso en sigo mismo. Los días normales y olvidables que  estoy viviendo me hacen recordar que la razón no está muy lejos. OK.
No sé si en el cielo se podrán decir groserías, porque si es por eso el cielo dejó de ser opción.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Yo escribo porque no sé dibujar, porque no sé cantar y tampoco sé bailar. Puedo escribir cartas, postales, notas y muchas cosas más que puedan tener muchas y muchas letras. Pero ahora me cuesta escribir, ya no creo en las cosas en las que antes creía. Los recuerdos son algo que se va perdiendo con el tiempo, y de un momento a otro te encuentras escribiendo sobre algo que parece nunca haber existido, nunca haber sido de esta tierra, nunca haber estado cerca de mí.

El olvido se olvida.

El mundo funciona de acuerdo al olvido. Existe una fuerza misteriosa que nos hace saltarnos escalones en la memoria y actuar de acuerdo a lo escaso que recordamos. Es simple, los milagros ocurren porque a alguien se le olvidó hacer algo y se rompió la cadena de la rutina. Es más fácil olvidar que recordar, por eso ese es el mecanismo más rápido y práctico para las situaciones extraordinarias, y también para las más comunes. Además de ayudar a que la vida se haga más compleja, ayuda a poder sentir de nuevo, ayuda a poder "vivir" de nuevo, y repito, como es más fácil olvidar, superamos las cosas por puro favor de la mala memoria. Por eso en esos momentos es que estamos muertos de miedo es mejor inventar nuevas cosas y simplemente olvidar. Así dejamos de estar paralizados. Olvidar básicamente es lo que llamamos despejar la mente. Es simple, sutil y delicado, ¿simple? no siempre es así, pero se vuelve la única opción para vivir; pero siempre se debe pensar en que no todo lo podemos dejar pasar, y hay que luchar a veces con el olvido y el despejar tu mente para poder recordar lo que nos mantiene así de reales, así de humanos, así de extraordinarios. Si existiera Dios, por medio del olvido movería el mundo, pero no va a ganar, porque existen los libros. Y por esa razón sigo escribiendo en mi blog, en mis cuadernos, en mis croqueras, porque debo escribir siempre para no olvidar mis raíces, no olvidar quien soy. Porque nadie va a poder borrarme completamente, el olvido se olvida, y siempre depende de que se quiera olvidar; o simplemtende de lo que nuertra alma nos pida o quiera que olvidemos. Olvidar por un segundo, una hora, o una vida entera.

lunes, 8 de agosto de 2011

Nota de invierno.

Tenemos un pacto señor escritor, señor director. Tenemos claro que todo lo que muestran en el cine, en los libros y en la tele es pura ficción. Es común imaginar la vida como en las películas, más fácil de entender y de predecir su final o lo que está por venir. Los puntos de vista son siempre la forma de convertir cualquier cosa en arte, los enfoques, la música, las escenas y los planos. Todo puede verse mejor dependiendo de donde pongamos la cámara, pero en la vida real nadie vendrá a decir "corte". La tranquilidad y la satisfacción no permite que salgan palabras de mis dedos, palabras que quieran ser escritas. Me confundo porque a pesar de que el tiempo se pase tan lento, temo a cada cosa que quiebre este control que he construido para poder dormir tranquila; y cuesta dormir, aunque tenga la consciencia limpia.
No quiero que se acabe el frío, aunque me descoloca y me retuerce ver a la gente sufriendo en las calles. El invierno puede significar muchas cosas, pero no puede merecer que la gente lo odie, sin él no sabríamos que es dormir cucharita, excepto si vives en el sur.
Pienso que las mejores cosas son las que uno no comenta con los demás, detalles poco banales que se mezclan en nuestra personalidad para hacernos abrir los ojos de alguna manera. Vivimos ciegos, yo sé que es ser egoísta, soy humana, y odio que las cosas se salgan de control.
Me da nostalgia la vida ajena, me da nostalgia la historia, la muerte, y el tiempo que se pierde compadeciéndose de uno mismo; porque es fácil hacerlo, y es más difícil deshacerse de lo que te atrapa por puro miedo a las cosas nuevas, por puro miedo a estar peor, por pura gracia del destino que hacemos nosotros mismos.

sábado, 6 de agosto de 2011

N.A.D.A

Qué difícil es aceptar al inmune sentimiento de no querer hacer nada ni acompañar nada. La curiosidad de lo que no existe, la simpleza de lo que se calla y muere dentro de la boca. Las caricias silenciosas de la noche esperando a que nadie la cite para ideas desubicadas, ni nadie la use para fines egoístas. Sale el búho de mano con la sombra oscura de las ramas de los árboles, extraño un poco ese espíritu salvaje que me unía con los árboles encantados de la magia natural. Se tiene miedo a lo que se desconoce, a lo que es imposible expresar con palabras, y sobre todo a lo que te estanca.
La mirada insegura de un perro salvaje, la desconfianza de estar atraído a lo retorcido y detestable, a la venganza eterna de ser expulsado del Olimpo, cargar la misma piedra todos los días sabiendo que no tendrá ningún sentido.
En qué momento escogí el camino seguro. Se espera mucho, se fabrican muchos escalones de expectativas, y luego los tejados caen bajo su propio peso.
Es increíble estar rodeada de gente y sentirte sola. Los vagones del metro se hacen eternos cuando nadie te habla, y si lo hacen te sorprendes creyendo que esas palabras eran otro producto de tu diálogo contigo misma.
La dualidad de ser hombre y mujer al mismo tiempo, el peso de dos almas opuestas y amantes al mismo tiempo, el desafío de llevar un mundo en tu cabeza.
No quiero despertar mañana sintiendo que no hice nada por mí ni por nadie.
El silencio otorga.

domingo, 10 de julio de 2011

Yo sé que no puedo quedarme tranquila. Debo hacer algo.

sábado, 9 de julio de 2011

"A veces tengo miedo a mí misma, a veces temo por mí"

Latín

Fría como un hielo, se deslizaba por el río, congelada, golpeada por las rocas. No abría sus ojos, el agua dulce de la corriente despejaba su mente perdida. Pálida, con el pelo suelto, seguía sangrando río abajo con la mente puesta en el recuerdo de la primera vez que conoció el miedo. Entendía por fin la razón por la cual acusaban a Isabel de plagio descarado. Una vez que te sumerges en ese mundo tienes que terminar por completo de involucrarte, y cuando por fin estés adentro, como un niño en su placenta, puedes salir; y ella aún no salía. Estaba descalza, casi desnuda, casi bella, totalmente llamativa. Ya no creía en los milagros, las tragedias de los cuentos lograron ser la realidad misma en su mundo cierto. Nadie podía hacerla cambiar de opinión por esos días. Ella no volvió a sentir el frío de las aguas cordilleranas, se adormeció y se dejó llevar por su propia cadena de pensamientos. Cómo imaginar, cómo ver a su raza de otra manera, cómo volver a confiar.
No volvió en sí, sino hasta que el agua la dejó estancada en algún lugar donde la tierra era más alta que el llanto de la cordillera. Se levantó y saludó a sus hermanos y hermanas. Había vuelto a hablar con los animales y con las piedrecillas que soñaban con ser de volcán y no de cemento. Su mente había avanzado tanto como su existencia y había llegado a las mejores conclusiones de su vida. Jamás había visto su pasado, su presente y su futuro tan claros.
Por eso me pregunto qué tienen las poesías de verdad y las metáforas para contar. Por qué las rimas parecen ser robos a mano armada de las cosas que suenan iguales. Por qué se desea alcanzar la perfección mientras podemos gozar de los pecados mas errados. Yo no quiero dejar mi vida a la suerte ni tener que preocuparme por rezarle a los santos. Sólo quiero morir logrando contar algo.

miércoles, 29 de junio de 2011

Cursi lluvia

La nostalgia siempre es mi buena opción, y junto a la desesperación son muy buenas amigas. Se reúnen a planear mil maneras para volverme loca, y lo están logrando poco a poco. Me divierten, se entremezclan, se separan, me hunden y se desarman. Quieren que deje de pensar en cosas coherentes y que me deje llevar. Y cuando se confunden y se mezclan con las esperanzas, ni yo puedo pararlas. Calma, parar de construir castillos de ideas vulnerables y débiles. En cualquier momento viene el lobo, sopla y se lleva todo, comprendo que perdí tiempo acumulando sueños, sueños de cosas que ni yo recuerdo. Es comprensible, nadie puede estar cuerdo mucho tiempo, me sentí demasiado aterrizada y decidí volar. Todo coincide con que este es el momento preciso para olvidar un poco y recordar realmente quién soy, y que el tema que siga esta línea no sea digno de mi arrepentimiento, eso espero. Al final seré yo sola contra el mundo, acorralada por lo que quise ser y no pude. No puedo perdonarme llegar a ese punto, no puedo perdonármelo porque sería toda una vida desperdiciada, sin coincidencias maravillosas. No puedo dejar que mi pasado sea sólo miedos, debo subir y bajar, y probarlo todo, y saber que hice todo lo posible por ser yo, yo desnuda, con agua de lluvia en el pelo.

lunes, 27 de junio de 2011

¿Por qué no puedo escribir?

martes, 21 de junio de 2011

Para todos "eso", para mí "tú".

Tú me ciegas las esperanzas desesperanzando a la naturaleza, exprimo mis ideas para obtener algo que corresponda a mi época. Eres una luz entre tantas cosas inciertas, apoyo algo de mi perseverancia en ti, no sé si me entiendes, no sé si me oyes, sólo creo que me sientes, y tampoco sé dónde. A veces me nublo y mi certeza me hace huir de lo que no quiero sentir, huyo de mis quejas, de mis parámetros, de mis enjambres, de mis tormentos, huyo de todo menos de ti, porque no puedo. No sé por qué te escribo, aún creo que me sientes, me emociono cuando me sigues con la mirada y lloras cada vez que te dejo. Te quiero sin razones ni sospechas, te quiero porque eres transparente y volátil como el aire, me encierro y tú eres el que toca la puerta, rasguñas, me aburres, te abro. Siempre atenta, te vigilo, temo por ti, ni siquiera sé de dónde sale todo esto, no soñaba, no quería, no extrañaba de esa forma antes de que aparecieras, espero que comprendas, ahora soy así, ciega y casi sorda para ti. Me molesta conformarme, pero contigo no cuesta, me basta esperar que los días avancen y aún verte esperándome en la ventana. Suenas en mi cabeza y de verdad que no me dejas dormir, un poco de mi tranquilidad se fue cuando llegaste, y ahora que creciste aprendiste a encajar en mis sueños y mis ganas, en mis horas, en mis siestas. Sé que no soy la mejor, sé que es posible que nadie entienda por qué no me importa lo que pase, por qué soy tan fácil de convencer, por qué me ablandas y dejas que salga de mí todo esto; y simplemente lo hago porque quiero y sé que soy yo la que elige por ti y por mí, y no me duele, hago lo mejor que puedo, y aún te tengo con migo apoyado, acostado, con los ojos brillantes. No tengo miedo a quererte aunque me dolerá en el alma si algún día desapareces como todos lo hacen, espero estar preparada para ese día, porque aunque no todos lo crean, "todos los perritos se van al cielo".

Pequeño y peludo Dodo, me conviertes en fan de tu raza y de tus gestos, espero que sea comprensible pero no me importa dar sin recibir nada a cambio de tu parte, porque de eso se trata esto, vivir como tu interior te lo pide y te lo ordena.

domingo, 5 de junio de 2011

Dark sky

El cielo parece estar desahogándose, hace mucho que quería llorar, y hoy llora para que nuestros ojos puedan dejar de llorar. Afuera el poste se apagó de repente, e igual me daba miedo mi perro ladrándole a la nada en la ventana. Es casi temprano y a la vez es casi tarde, siento que hoy el tiempo paso a su modo para variar, a mí no me importa redondear en lo cotidiano. Es extraño desear calor sabiendo que hace poco sólo quería morirme de frío, es uno de esos milagros de la naturaleza que te enredan en un laberinto con puertas y ventanas, hay lugar por donde salir, pero si sales te cagas de frío. Aún no descubro qué hago aquí, pero me siento cada vez más cerca, me siento tan diferente, qué importa, ya estamos a mitad de año y la eternidad se ve un poco lejana. Me da nostalgia la travesía, el viaje, the journey, como quiera llamarle, al final da lo mismo, es tan simple como dejar atrás algo que ni siquiera tenías en cuenta, y de todos modos se espera olvidar lo que te tenía atado al mismo lugar sin salida. El tiempo se pasa tan rápido, mis ambiciones personales se van llenando con plantas, con libros, con juegos, con recuerdos de la infancia, cada día quiero alejarme más de lo que me atormenta y hace que pierda las esperanzas; tengo miedo a crecer y por eso aprovecho mi tiempo para no hacerlo. Me suena ilógico que ayer mismo quisiera ser grande para tocar el cielo con las manos, porque ahora prefiero sentirme pequeña por fuera y sólo grande por dentro, qué me importa lo que vean los ojos, creo que en ese aspecto los ciegos han visto más que yo. Prefiero no escupir al cielo y calmarme un poco, me encanta la lluvia aunque me inflame la garganta, por fin voy a poder respirar sin miedo a que mis pulmones se vuelvan oscuros, gracias cielo, tu llanto nos baña.

jueves, 26 de mayo de 2011

Lo cursi pasó de moda, ¿o no?

Se conocieron hablando mediante la vía láctea, el ciberespacio. Ninguno sabía que había exactamente al otro lado de pantalla, pero confiaban casi ciegamente en sus fotos de perfil, que mostraban de una forma casi real la figura estática de la persona con la que charlaban y esperaban impaciente a que iniciara sesión.
Nunca entendieron por qué cuando se iban a encontrar por primera vez piel con piel, no se encontraron. Nunca entendieron en qué habían fallado, o quizás sí, pero el error era demasiado oscuro y degradante, y prefirieron continuar solos, sin nadie de la mano, sin su "alma gemela" al otro costado de la cama en las mañanas.
Ella era tímida, vivía con sus padres, estudiaba para ser una gran profesora de literatura, y soñaba con viajar a Verdun. Comía pastillas de menta adictiva y delicadamente, coleccionaba figuritas para el refrigerador de todos los lugares y colores, y detestaba la comida china y los perros salchicha.
Él, por otro lado, era feliz con el simple hecho de sumergir sus pies en la arena de la playa, pero no soportaba el agua fría del mar ni la misma arena en la ducha. Vivía solo, con su Jerbo Wall-e, no usaba bufandas ni perfumes con olor a seducción, prefería usar desodorante de mujer y coleccionar cartas antiguas de mazos españoles e ingleses. Leía descontroladamente, sumergiéndose en cuentos de ensueño y anidando en su mente esos pensamientos idealistas que en algún momento lo harían caer, para luego levantarse como el hombre que siempre quiso ser. El arte de lo poético no caía en sus zapatos, escribía poemas torpes que esperaba nunca nadie leyera, pero así no fue, después de morir se quemó su casa y sólo se salvó esa caja fuerte con los papeles gastados por el tiempo y la decadencia, para convertirse en uno de los grandes poetas del nuevo siglo, pero esa es otra historia, no entraré más en detalles...
Ella tenía el corazón más puro que alguien podía tener, pero se escondía detrás de sus lentes gruesos y de otra época, por que así era ella, quizás debió haber pertenecido a otro lugar del planeta u otra galaxia, a otro siglo, a otro milenio. Ella no escribía poemas, componía canciones, pero nunca nadie pudo de verdad reproducirlas ni escucharlas, se las llevó con ella a otra vida, y se las cantó a sus antepasados.
Tampoco yo entiendo como ellos jamás pudieron encontrarse, se amaban pero sólo a través de la pantalla, ella era adicta al elixir de sus palabras y él soñaba con sus ojos azules, vaya decepción que me llevé cuando supe que los de esas fotos no eran ellos, ella escaneó una revista, y él, peor aún, buscó una foto en google.
14 de Octuble a las 18:00 hrs. en una esquina del barrio París Londres, ella dijo que tenía los ojos azules, las piernas largas, cintura de abispa y cabello enrulado. Él se describió como un atleta moreno de ojos miel y con un orificio en el mentón. He ahí la razón porque nunca se encontraron, ella era flaquísima, usaba frenillos y tenía pecas en la cara, mientras que el otro protagonista del romance era pálido, de ojos grandes y cabello alborotado. Miraron a todos lados buscando la imagen que cambiaría todo lo que antes conocían para siempre, pero sólo encontraban caras sin sentido, cuerpos que no les decían nada. Era una tarde fría y se congelaron a la vez sus esperanzas y la alegría que dejó de existir, cuando se dieron cuenta cada uno de su gran mentira. Como no se conocieron, nunca intercambiaron palabras frente a frente, nunca se abrazaron. Como no se conocieron, tuvieron que resignarse a enamorarse de otras almas incorrectas. Como no se conocieron, vivieron con el peso de su superficialidad, él la amaría y besaría cada una de sus pecas, ella lo amaría y calmaría con sus lágrimas su corazón descontrolado y aún adolescente.
Esta es la simple historia de dos personas que nunca se conocieron, que nunca se miraron, que nunca se tocaron, que nunca se engañaron, pero siempre se mintieron.
Y yo no sé si será verdad esta historia, todos creemos que nunca se amaron, pero nadie sabe si en otra época, en otra vida o en otra galaxia se habrán encontrado... o simplemente amado.

domingo, 24 de abril de 2011

Se me subió el muerto


La última vez que recuerdo haber dormido fue en la mañana, cuando me preguntaba si me ayudaría a conectarme de alguna manera con mi abuela ir a la misa en conmemoración de su muerte. Me levanté, me bañe y vestí con lo primero que encontré a la vista, una polera acuadrille y los pantalones que me compraron hace poco, me lavé los dientes y camine hasta la esquina con mi mamá y la Fernanda para hacer presencia en un lugar donde oraban y acostumbraban hacer cosas que yo antes hacía. Al terminar la ceremonia tomé a mi abuelo de un brazo y fuimos hasta la casa donde estaban mis familiares, unos más viejos y otros más chicos, unos conscientes de lo que hacíamos todos ahí reunidos y otros que sólo querían comer huevos de pascua. Me fui a mi casa a terminar un trabajo, y después de unas horas me llamaron a almorzar con toda la familia, hace rato que no había tanto ruido ni tanta gente en esa casa. Comí y me sentí un poco agobiada por el bullicio, pero en realidad estaba cansada, así que caminé hasta mi casa, entré, y me tiré a la cama. Cerré los ojos y sentí a mi perro en la cocina, fui a ver y se estaba robando las sopaipillas, como castigo le dí lo que se había robado al otro perro que las devoró en unos cuantos segundos. Junté la puerta de la cocina y me dispuse a dormir y soñar con los angelitos o con unos pasteles voladores, pero sólo logré entrar a un estado que me llevaba a los sueños y luego me traía de vuelta a la tierra, mezclando mis ideas con mis deberes, mi semana y los perros que ladraban en el patio. Luego llegó mi hermana a sumergirse en el computador y llenarse de su sana sabiduría, luego se fue al frente y volvió.
Eran ya las tres de la tarde y me propuse a mí misma no estar acostada mucho rato porque mañana era lunes y cada vez que tomo una siesta me quedo dormida a las tres de la mañana. Estaba soñando con mi familia, con un hotel, con que la gente que estaba donde mi abuelo se había ido y tomábamos once los de siempre, y entre todo eso un golpe de conciencia llegó a mi inconsciente avisándome que estaba soñando y que debía despertar. De a poco entré en un estado conocido, mi cuerpo me avisaba que volvería a vivir lo mismo que antes. Fue un golpe muy fuerte pasar de estar soñando a estar despierta y abrí mis ojos pero mi cuerpo no se movía, algo anclaba mis brazos y mis piernas a la cama, no podía respirar y trataba de gritar: ¡Fernanda! Intenté calmarme pero la lucha continuaba, mi lengua se movía, la punta de mis dedos y mis ojos también, la lámpara estaba ahí, las cortinas estaban abiertas como habían estado antes de dormir, me sentía prácticamente despierta pero en realidad sólo mi mente lo estaba. Ese estado era una mezcla entre realidad y fantasía, la sensación no se iba y al volver al mundo consciente la sentía a flor de piel, pero no todo lo que hice o creí haber hecho fue real.
Esta no ha sido la primera vez, suelo saltar de sueño en sueño sin poder despertar de verdad, y todo está tan tranquilo, tan calmado a mi alrededor, como si todo siguiera existiendo en total armonía con el universo mientras yo pertenezco a otro lado, un lado que no existe.
Por fin logré librarme de lo que me quitaba las fuerzas y me mantenía en la misma posición mirando la lámpara de la pieza, moví mis brazos y grité nuevamente: ¡Fernanda! y ella no me oía, supuse que estaba escuchando su heavy metal, seguí gritando y caí rendida nuevamente a la cama, mi cuerpo volvió a estar estático y lamenté que mi hermana no estuviera ahí para ver mi cuerpo mientras experimentaba estar luchando con una cuerda imaginaria. Esta vez fue un poco más relajado porque traté de calmarme y sólo me concentré en despertar, tomé mi celular y llamé a mi hermana quien contesto dentro de todo el bullicio, llamé de nuevo pero esta vez a mi propia casa pensando que escucharía el teléfono e iría a verme a la pieza, pero todo fue en vano porque nunca estuvo ahí, salí corriendo al living y entendí que nunca había vuelto, que estuve sola todo ese tiempo... llamé a mi mamá y llegó en seguida, me contó que mi papá sufría lo mismo y muchas veces la llamaba muerto de miedo después de haber vivido en ese sitio en el que no estás despierto ni dormido. Ella me dijo investiga, agarra tu computador y busca qué te pasa, y lo hice, google me decía: no me puedo mover cuando despierto.
¿Parálisis del sueño? Así se llama, y ¿existe? Sí. Es más normal de lo que creía, hasta tiene su propio cuadro. Lo que pasa es que mi mente despierta y mi cuerpo sigue soñando sin poder moverse, muchas personas ven cosas y sienten que un ente del espacio los aprisiona y les quiere robar el alma, espero que ese no sea mi caso, porque yo no me puedo mover solamente. La mayoría de las culturas lo relacionan con demonios y espíritus malignos que te atacan y te quieren poseer. Algunos incluso lo llaman "se me subió el muerto". Pero bueno, en resumen no tiene por qué meterse mi consciente a mis sueños a desordenarme todo, porque cada vez que lo hace no puedo moverme, linda la cuestión.

De la ausencia y de ti

La última vez que recuerdo haber dormido fue en la mañana, cuando me preguntaba si me ayudaría a conectarme de alguna manera con mi abuela ir a la misa en conmemoración de su muerte, mis sueños se mezclaban con este acontecimiento y veía letras escritas en un cartel frente a mí, soñando que estaba despierta y leía esas letras entre otras cosas que realmente no entiendo. Aún no sé la respuesta a esta pregunta que quizás antes me había hecho pero de otra forma, ¿ir al cementerio donde está la tumba de mi abuela me hará sentir más cerca de ella? por qué a medida que crezco me acuerdo menos de ella, por qué sólo veo en mi mente su delantal de cocina, sus pañuelos doblados y planchados, su cuerpo grande y cálido que compartía su cama conmigo en esos tiempos en que mis padres recién se habían separado y ese olor a flores concentradas, jamás olvidaré ese olor. Ella es uno de esos misterios que me transportan a otra época, a un tiempo infantil y casi inocente donde yo miraba todo desde afuera y sentía de una forma diferente, con un dolor menos intenso o quizás más profundo de lo que creo, pero un dolor que no recuerdo haber sentido, uno que vi con mis propios ojos, y que siento con la cabeza y no con el corazón. Pero no puedo evitar que las lágrimas aparezcan cuando la traigo aquí a mi lado, a recordarme que no fui consciente mientras podía abrazarla y escucharla decir sus palabras de vieja maestra en el arte de vivir, que mucho me hacen falta; entonces padezco un poco de esa angustia infantil que yo no entendía ni trataba de entender, visiones de una época borrosa llena de cosas trágicas y turbias, una tristeza que veía en todos, una lección que me reitera que nada dura para siempre. Por qué se me olvida recordar a mi vieja, cómo pude resistir vivir en esa época sin ella, cómo se ve tan lejana y tan de otro mundo si alguna vez me abrazó, me habló y miró con esos lentes sobre sus ojos, esos lentes que le hacían ver el mundo más claro. Una madre no puede decir que tiene favoritismo entre sus hijos, pero una abuela sí, porque no todos los nietos vivirán siempre en su casa, ni se alimentarán con sus platos, ni estarán protegidos por su presencia, por eso digo que yo quizás fui parte de un favoritismo que ahora conozco sólo en mi abuelo, mi abuelo que quizás me heredó esas lágrimas que fluyen de mis ojos con facilidad, mi abuelo que se vuelve más mañoso y religioso cada día, que entre las cosas que más quiere es volver con ella, con ella que lo dejó poco después de sus bodas de oro, con un nudo en su garganta y una herida en el corazón que se abre y sangra con su recuerdo latente.
Otra de mis preguntas es dónde está ese dolor, ese miedo a la muerte que no tengo, vivo el desconsuelo ajeno, y lo que más sufro es su ausencia, su ausencia que siento cuando la recuerdo pocas veces en el mes, y no sé en qué me convierte no haber ido en más de dos años a verla al cementerio, a ponerle flores y hablarle a un pedazo de cemento rodeado por pasto y adornos, no creo que de eso se trate la muerte porque no recuerdo lo que es la muerte, yo sólo sé de ausencia, prefiero sentirla viva y cercana cada vez que evoco a sus pañuelos, sus cazuelas y su olor a flores concentradas.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Gracias Blogger

¿Qué ocurre? Sí, eso me pregunto yo. Sería completamente deshonesto de mi parte decir que está todo controlado. Y qué problema habría si yo no estuviera destinada a escribir las cosas más felices del mundo. Está bien admitir que la felicidad existe porque está aquí conmigo, y no con mi blog, sinceramente no creo que la felicidad sirva para crear letras, no creo que tampoco sirva para dar una inspiración eterna y perfeccionista a los más destacados genios de la queridísima literatura universal, discúlpenme sí considero que la felicidad no me llevará a ninguna oración con forma, disculpa si digo que la felicidad hará que me muera de hambre como escritora. Necesariamente tiene que estar presente ese lado oscuro, confuso, deformado, retorcido, egoísta y refrexionista dentro de todo esto, por qué tendría que escribir de flores y mariposas para satisfacer a los lectores con mente de hadas madrinas, no tengo deseos de dar en el gusto a usted, este es el único lugar en el que no me importa dejar contento a nadie.
A ver, por favor silencio, es importante eso de escribir sobre los grandes intereses del hombre, repasemos placer, placer y más placer, quién va a querer acordarse de cuando se resumió a lo más repugnante de sí mismo, nadie quiere recordar esas humillaciones personales que sólo uno mismo conoce, de las que nunca se habla, yo tampoco quiero hablar de cuando toqué fondo y entró tierra a mi boca, no, no exagerare en mis ideas retorcidas y oscuras, no llegare tan al centro del asunto, les contare de una forma que quizás entiendan y puedan mirar desde su punto de vista único queridos amigos, nunca podré mirar con sus ojos mis palabras, fíjense que justo aquí es cuando eso realmente no me importa.
Sí, sí es realmente estúpido estar peleando con todos, suena realmente bochornoso estar combatiendo a la gente que lee lo que escribo, es tan idiota que hasta yo me doy cuenta; pero fíjense, es mucho mejor que no me importe porque eso me muestra más como soy, eso no significa que nadie me importe más que yo, la más brillante escritora de mi época (irónicamente, soy bastante modesta, bastante irónica) , porque paso mucho tiempo tratando de entenderlos a ustedes también, este es el espacio entre espacios, es una de las pocas cosas que puedo crear sin medidas, sin miedo a que se acabe el papel, sin miedo a que haya un límite de caracteres, me explayo y punto, llego hasta donde se me da la gana y eso se lo debo sólo a blogger, por ahora.

sábado, 26 de marzo de 2011

¿Inagotables?

Es común que los grandes milagros del universo sigan ocurriendo, y que a la vez se sigan acabando, se sigan muriendo, sin que nadie los mida, sin que nadie se de cuenta, sin que nada ni nadie pueda evitarlo.

Mi itinerario está algo pesado, tengo deseos de dedicarme a escribir sobre las inquietudes del hombre, de ese hombre actual que puede darse el lujo de sufrir por sus existencialismos, que tiene el derecho de debatir y poner en duda todo lo que ha existido, todo lo que se ha logrado, todo lo que se ha inventado. Mi idea se ve opacada por ese lado superficial y humano que me hace mirar a los demás de una forma diferente, tratando de buscar algo que tenga en común con esa gente, no debería mirar a nadie, qué derecho tengo yo sobre mí para indicar a mi mente qué debo hacer o no, este criterio se está comiendo todas mis ideas humanizadas, sobre todo las que quieren llegar a convertirse en Dios.

Pero no quiero cansarme de escribir sobre los pensamientos que se están volando y nadie los atrapa, por creer que volverán a ser pensados, y la verdad es que, nunca volverán, lo siento, hay millones de ideas desechadas en lugares de nuestra mente que nunca han de volver a ser tocados por manos de nadie, se quedarán ahí como esperando el fin del mundo, o el fin de la vida que les ha tocado por ahora; entonces ya cansados de esperar, se resignan a morir y convertirse en la nada, la bendita nada que libera a ese todo extraviado y desapercibido. Hay muchas cosas que no serán pensadas dos veces, qué injusticia más grande con los deseos ocultos en aquellos rincones de nuestra conciencia, espero que el inconsciente se haga cargo de eso, quizás existe un poco de justicia en este mundo, espero dormir tranquila esta noche.

(Mezcla inusual de dos ideas separadas por semanas de distancia; es extraño que colisionen dos pensamientos totalmente anexos el uno del otro, es extraño, pero veo que jamás será imposible.)

lunes, 7 de marzo de 2011

Innecesario

A veces me agrada el anonimato, me gusta la indiferencia de quién no entiende nada de lo que escribo, nada de lo que digo, nada de lo que hago, nada de mí. Me gusta ese faro que se desprende y está más ligado a los barcos que a los barqueros. Nadie me está retando, nadie quiere competir con migo, pero aún así estoy compitiendo, por qué suelo hacer cosas innecesarias, por qué pocas cosas resultan razonables. Suelo escribir preguntas que nadie contesta, suelo esperar que pase la estrella fugaz que me mienta y me enseñe un sendero que al igual que todo resulta innecesario, y se funde con las rocas que está llorando mi faro, apagado, silencioso, mi faro mutilado.
Es difícil querer unirte a otra cosa y abandonar este cuerpo que me limita, es común querer ocultarme, o mejor camuflarme, a veces resulta, pero resulta innecesario, equivocado, porque si me camuflo y me escondo nadie entiende de qué mierda estoy hablando.
Entonces escucho la lluvia y disfruto, quiero fusionarme pero no lo siento, me fallan las ideas, me fallan los recuerdos, escribo y escribo más que nunca, me limito a esta expresión literaria que surge de mis dedos, no quiere salir por mi boca, no quiere creer en nadie, no quiere llorar con nadie, no quiere estar sola escribiéndole a nada... esta expresión literaria quiere ser leída, y se lamenta porque quizás no se entienda, no se da a entender, se volvió débil, diferente, es que nadie puede opinar de lo que no tiene idea, nadie debe.
Qué es realmente ser innecesario, ser innecesario es que nadie te quiera volver a crear.

domingo, 6 de marzo de 2011

Telón, miedo, soledad

La vida es una obra de teatro,
una obra en la que no sé como actuar,
me llenarían de quejas y tomates,
me da miedo no saber actuar.

Tengo miedo a quedar actuando sola,
tengo miedo a estar tan cerca y,
aún estar perdida y equivocada.
No tengo idea como actuar,
bajen el telón que aún tengo miedo,
un miedo profundo al público
a ese público que no tiene idea
de lo que ocurre tras bambalinas.

Todos me hacen creer que no sé actuar,
todos me hacen pensar que no estoy lista,
me gustaría escribir el guión
y tener razón en todo,
no se molesten en decirlo,
yo sé que en verdad
no tengo idea de nada.

A quién creerle,
al público,
a los actores,
al telón,
a los trajes,
a las máscaras,
a los tomates,
a las flores,
a los aplausos,
a los sombreros,
hasta ahora,
no creo en nadie,
trato de creer en mí,
para no ser como ningún otro actor
de mi obra
de tu obra
nuestra obra.

Tengo un miedo pálido e indeciso,
no sé a qué tenerle miedo con razón,
tener miedo a la razón y a la sinrazón,
sólo sé que en esta obra
a lo único que hay que tenerle miedo
es al pánico escénico
que nunca me va a dejar actuar.




sábado, 19 de febrero de 2011

Estrellas distorsionadas.

Me mata la idea de la perfección azotada por una noche triste;
yo no sé que me espera,
yo no sé quién me espera.
Mis sueños son ruidos,
son ruidos que suenan y no existen.

Conozco mis siete sentidos,
por eso viajo de planeta en planeta;
huyo de los policías intergalácticos,
predico mis ideas de soñadora asimétrica.

Acá no hay aire,
ni nubes,
ni sueños sin mando,
me callo y concluyo:
las puertas se abren
cuando agito mi pelo castaño.

Distorsionada, acomplejada,
distanciada y calmada,
me devuelvo camino a la tierra
con dos siglos de viajes entre estrellas,
ahí está todo esperando a la exiliada...
la verdad sólo llega cuando cruzo los dedos.

viernes, 18 de febrero de 2011

El cuadro completo.

He tenido cientos de vidas durante toda mi existencia, hoy cerré los ojos y me dí cuenta de que había nacido de nuevo. En esta vida, tengo la experiencia de haber tocado el cielo y el infierno, he mirado desde arriba y desde abajo, tengo experiencia para todos, pero para mí todo lo hago como sí fuera la primera vez, y luego me voy dando cuenta de que empezar de nuevo es cada vez más fácil. Nacer, vivir, morir, renacer, muertes dolorosas, muertes calladas, muertes desapercibidas, renacimientos hostiles, difíciles y cruciales, pongo pólvora en los fusiles de mis venas, disparo miles de ideas que morirán de alguna forma.
Y ahora, viva de nuevo, hago algo que quizás no hacía tan a menudo, porque me faltaba algo que le cambia el título a mi historia: analizo la vida como sí fuera una pintura detallada, cada punto, cada átomo, cada color; y nada logra tener sentido en una pintura sí no se mira el cuadro completo... el negro y el blanco existen, el cielo y el infierno en la tierra existen, el dolor y el placer existen, coexisten, comparten, antagonizan sus existencias unos con otros. Entre esos detalles aparece una costumbre que siempre he tenido, existe la costumbre, y recién ahora la tomo en cuenta: de verdad es necesario a veces ver la pintura completa... comer, comer es la muestra más explícita de lo que suelo hacer, voy de lo que menos me gusta, a lo que más me gusta... ese es el punto, dejar lo mejor al final; por favor dígame la mala noticia primero, para que la buena me calme después, hay que pasar por lo malo para poder apreciar lo bueno, no quiero estar ciega toda mi vida sin poder ver que siempre el cuadro completo será lo que me tranquilice al final. Mi famosa costumbre es igual a la vida, es igual a la pintura terminada: en conjunto todo es una obra maestra, y en una obra maestra nunca va a predominar lo malo... siempre mi lado dulce le ha ganado al lado amargo.

sábado, 5 de febrero de 2011

+4

Es como si la demencia tuviera otras fronteras, volvió la inspiración de un golpe y me pilló bailando en los pasillos de la casa. Es incompatible la libertad con el aburrimiento, creo que todos somos presos alguna vez de alguno de estos antagónicos conceptos. Es como si el viento, la brisa del viento cliché, acariciara mi risa y la hiciera más fuerte, tan fuerte que lo demás comienza a oírse más despacio, tan despacio que casi no se oye. Entonces ya bastante tocada por la demencia, me entrego a los caprichos de mi yo fragmentada, las pulgas de mar saltan encima de mis pies descalzos en la sima de aquella montaña, la imagen absurda, confusa, forzada, aspiro el aire puro de la tierra prometida, como si de verdad creyera en cuentos de hadas.
Comunico un sutil mensaje de Estado, todos deberíamos ser sinceros, espontáneos, así con toda confianza contaría que es lo que tengo entre manos, mis obscuros propósitos serían rebelados, y reiría con más ganas, es como si no pudiera mentir a mi lado, ojalá que de las cenizas no renazca un ser humano.

miércoles, 12 de enero de 2011

Más de cien pupilas donde vernos vivos...

Me convierto en un espíritu sin identidad que va rondando los pasillos que alguna vez me dieron la vida. Siento como algo atraviesa cada parte de mi cuerpo, a cada minuto, en cada esquina de la gran casa de madera que ronca por las noches, se estremece, hace creer que algo viene, y nunca ocurre nada, no hay nadie más entre estas murallas. Continúo caminando, conozco a nuevas personas, son todo para mí y jamás las he visto despierta, no hay olores, no hay ruidos, no siento nada, mi cabeza se estremece por dentro, ya no estoy aquí, voy a otro lugar. Otra vez más estoy acostada en la habitación, de costado, las sábanas están heladas, ya amaneció, la televisión está prendida y siento paz, esa misma paz que perdí durante la noche, pretendo seguir durmiendo, sobreviví otra noche y me siento cobarde, me temo a mí misma, le temo a la inofensiva noche, huyo de nada. Siento que necesito una respuesta, una respuesta que me calme, eso me ha funcionado terrenalmente, pero, ¿eso funcionará ahora?, quizás no necesite nada, ¿aún estoy soñando?
Es de día, y aún permanece aquella sensación, no puedo explicar como se siente, me había pasado antes al final de extraños sueños, pero siempre despertar me salvaba, ahora que estoy despierta tengo que acostumbrarme a los escalofríos, nunca antes había sentido esto, aún trato de explicarlo, nace, nace desde el centro de mi cuerpo, un hormigueo extraño en algunos momentos, luego se vuelve adrenalina, permanece unos segundos, sube y baja por mi cuerpo, se apodera de mi pierna, de mis cejas, de mis manos, de mis dedos, de mis labios, y se acaba, se acaba cuando va a otro lugar de mi cuerpo... vive en mi cabeza, estoy segura.
En qué pienso, pienso en lo que debería pensar, no me relajo, primero pienso, luego existo, sí pienso mucho... ¿existiré dos veces?
Me pongo frente al espejo, siento el rostro dormido, como si la gravedad estuviera al doble de su potencia, me pesa la cara, y la verdad es que está igual que siempre, mírate, necesitas dormir, dormir de verdad.
Estoy cansada, pero tengo miedo a dormir, no dormir, dormir es lo que más deseo, pero los minutos antes de caer en los sueños, son eternos, la sensación logra su máximo esplendor cuando tengo miedo, y cuando mi cabeza esta apoyada en la almohada tengo miedo a los ruidos de la casa, y la sensación también me da pavor, vuelvo... vuelvo a caer en la trampa.
Qué es esto, estoy en otro sitio, no lo sé en verdad, sentada en la orilla de una playa, contemplo el mar, el faro, pareciera que siempre ha estado ahí, ahora que estoy despierta sé que no existe, pero antes no lo sabía, por qué sólo me calma la playa en mis sueños, mientras que tengo todo el océano despierta.
En la mañana, trato de recordar el día anterior y sé que debo lamentarme por algo, acudo a lo que provocó que el escalofrío rondara por mi cuerpo, recuerdo todo y me pregunto por qué me torturo de está forma.
Ahora estoy atascada en un armario de la gran casa, a pesar de que la casa no tenga armarios, yo juro que si hay, y me quedo aquí, la verdad es que no hay murallas, no hay puertas que me mantengan aquí pero de igual forma las imagino... tú me dijiste que dejara de imaginar puertas, está todo en mi cabeza, no sé por qué lo continúo haciendo.
Me callo y me corrijo, la verdad es que mi mente se cierra de vez en cuando y no deja que entre luz por mis orejas, no sé si algunas ideas puedan recompensar los errores que cometí conmigo, con la Francisca que me acompañará hasta el final, me molestan las moscas zumbando en la pieza al medio día, y a ella también... Enrique, Enrique, hazme despertar por favor, vivo mi día como si todo fuera un sueño y necesitara despertar...

"Más de cien palabras, más de cien motivos
para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos,
más de cien mentiras que valen la pena."

Más de cien mentiras, Joaquin sabina

sábado, 8 de enero de 2011

And fear means that...

Habiendo tanto espacio en la tierra, nos quedamos con lo que tenemos cerca, nos conformamos con ello, y también eso nos llena. Al final terminas creando un mundo pequeño, a nuestra medida, lo hacemos sin darnos cuenta, porque siempre ha estado ahí, nos han enseñado a vivir con lo que tenemos a nuestro lado, y a necesitarlo mucho, porque distanciarse de lo que conocemos nos hace sentir enfermos y extrañados, nos hace volver, nos hace querer estar en ese lugar que llamamos hogar, aunque a veces esté todo destrozado y lleno de cicatrices, queremos volver porque es nuestra realidad, es una de nuestras pasiones continuar atados a lo mismo que nos da seguridad y confianza, nuestro hogar es un pequeño mundo pero más reducido, es nuestro, somos dueños de este mundo, todo lo que quebrante tu realidad se volverá extraño y nos causará miedo, mucho miedo, pero el miedo no es malo, sentir miedo significa que tenemos algo que perder, perder nos da miedo, perder ese pequeño mundo que al final tiene todo lo que queremos, no podemos querer lo que no existe en nuestras vidas.
Cuando buscamos algo que se encuentra muy en el exterior existen dos opciones: una, huyes y eres el tipo de persona que ama los cambios y se aferra tanto a ellos, que logra dejar todo atrás, recorre esos caminos que no conoce y los hace suyos; y la otra opción es buscar el cambio, conocerlo y sentirte tan extraño dentro de esos nuevos límites que necesitas volver, volver para quedarte. Pero yo me cree una nueva opción, aunque la idea no es del todo mía, y se trata sobre conocer, conocer mucho, "curiosidad", conocer y estar más al tanto de lo que es bueno y lo que es malo, a pesar de que a veces todo se retuerce y el "mal" (unfashion term) parece tan atractivo, es venganza, egoísmo, envidia y sobre todo venganza, venganza a los de nuestro mundo, y resultan ser los que queremos, nos vengamos de los nuestros, eso es más retorcido aún. Bueno, como estaba diciendo la curiosidad es la que mató al gato, pero el maldito gato tiene nueve vidas (no sé como inventan ese tipo de proverbios tan tontos), y la verdad es que cuando te escapas de tu territorio conoces lugares, personas, nuevos ambientes, y con eso vienen los nuevos aspectos de las diferentes realidades, acostumbro a alejarme de lo que se vea turbio, ya que mi propio cuerpo reacciona, las nauseas y ese hoyo en el estómago me guían hacia otro camino; la guatita siempre tiene la razón, hay que creerle y huir de lo turbio tan rápido como puedas. En resumen es salir a dar una vuelta y quedarte con lo que te gusta, ocurren cosas fascinantes mientras duermes en tu burbuja, prefiero continuar aprendiendo lo que es bueno y lo que es malo, ya que aún no lo tengo claro, sigo cometiendo más y más errores bien humanos y hediondos. Pero vamos, es posible que los errores no existan y lo que hayamos hecho es actuar solamente, aunque sepamos que son errores porque nos dejan con un gusto amargo y nos sentimos mal, todo está conectado y yo al menos no soy amiga de la ultra-violencia como ese tal Alex DeLarge(Clockwork Orange, Anthony Burgess).
Entonces existen (también, estoy un poco harta de estos existencialismos) dos etapas frente a un error, pre-error y post-error. Según yo, el pre-error es cuando sólo visualizas el problema, sabes que está mal y que la moral y la ética, te ordenan, te hacen meditar que hay miles de razones por las cuales es incorrecto cometer el bendito error, nada lo justifica, nada y lo sabes. Luego, según yo también, viene el post-error que es, obviamente, el momento posterior al error, que pueden ser horas, días, meses, bla bla, y no sabes qué hacer para repararlo, no sabes como afrontarlo, no sabes como cargar con la culpa; aquí es cuando llega la oportunidad de redimirse que nos dio una razón en el pre-error para fallar, que podría también haberlo justificado antes, pero ahora tiene más sentido, somos unos malditos humanos que nacimos para jabonarnos en el barro del error, y he aquí nuestro consuelo, no todo es tan malo, ya pasó, ahora tenemos otras oportunidades y una vez más vuelves a otro pre-error. Es realmente idiota todo este proceso, que será mejor entendido con un ejemplo: Un tipo que está totalmente amarrado y casado conoce a la mujer más sexy de la vida y en su cabeza nacen muchas ideas contradictorias, que al final llaman a la ética, esto sería el pre-error, y que puede justificar esto, se justifica siendo humano, porque conocemos el pre-error, podemos redimirnos entonces debemos errar porque es parte del ciclo, se puede mandar la cagada porque se ha librado muchas veces de tantos errores... y luego ¡pum! ¡error! y viene el post-error, el tipo se encuentra tranquilo luego de llorar, patalear, sentirse miserable y arrepentirse por haber nacido, porque la vida no se acaba, se puede errar libremente, puedes andar pecando por el mundo, porque aunque cometas la peor mierda del mundo tienes la capacidad de perdonarte a ti mismo y volver al ciclo, o salir simplemente, cada uno ve el tamaño de sus cagadas, aquí se ve verdadera libertad, la libertad de elegir: vivir justificandote o vivir más tranquilo, pienso que debemos ser duros con nosotros mismos y no permitir que las excusas abunden en nuestras mentes y bocas, todo es justificable y nada lo es a la vez, qué se yo de la vida al fin y al cavo, trato de ser lo que me nace ser simplemente, aunque siga siendo egoísta y un poco vengativa, no es la idea pero ocurre a veces, lo siento, sí, si humana. Soy diferentes personas todos los días, pero mis principios me siguen guiando en días calurosos y soleados como estos, aunque tengan que lidiar con los cambios de clima y las tormentas.

Tu burbuja, tus miedos, tus errores, la ética, la moral, son temas humanos que he tocado y que no pienso olvidar. Somos fuertes cuando crecemos y también fuimos vulnerables cuando nacimos, no vinimos al mundo para estar solos, lloramos, reímos, pero tenemos que vivir con todo eso y aún mantenernos de pie, no somos la mejor raza queridos seres humanos, tampoco la peor, ¿qué dura es la vida, eh?
Los perros toman agua en contra de la gravedad mientras nosotros cómodamente llevamos vasos a nuestras insaciables bocas.

domingo, 2 de enero de 2011

Crucial.

Ahí es cuando la nostalgia se come tus ideas, se las come naturalmente, y de las migas de aquellas ideas nacen algunas nuevas, es como una colección de elementos audiovisuales, como un flash-back que no está en mis recuerdos. Mi mente trabaja como si estuviera comiendo pequeñas galletitas con chocolate, es una dulce sensación que llena mis ojos de lágrimas, me siento dulce como azúcar volviéndose caramelo, no quiero que nadie se coma mi casita de dulce, no quiero que ningún idiota ensucie con su saliva mis ideas acarameladas.
Me desprendería profundamente de todo, siento un miedo tierno y defectuoso, pero quién no siente miedo, saber que lo tienes es un gran paso. Procuro no hacer ruido, para no despertar a los muertos, siento un crujido en mi vientre, todo el año calló sobre mi estómago, si puedo con eso, puedo con todo. Aunque cueste un poco mucho, no hay que tratar, las cosas se hacen o no se hacen, no se trata. La gente acostumbra decir que se encuentran solos, piensan mucho y se sienten campeones cuando creen que encontraron alguna respuesta en su cabeza y dicen: lo que ocurre es que estoy muy solo; lo que ellos no saben es que mientras pensaban eso dejaban a los que tenían de lado, eso es estar realmente solitario.
No existen respuestas correctas para elegir, tampoco incorrectas. Sé que a veces detesto que la vida me haga tener que elegir, sobre todo en los momentos en que estoy exhausta, elegir es lo que más me complica, es difícil, es determinante, pero nada debería ser fácil, lo fácil es rápido y volátil, lo fácil se va rápido, entonces mientras más pienso y me esfuerzo por tomar la decisión correcta, la respuesta nace sola, y hay muchas ocasiones en que la gente te ayuda y se esfuerza por hacer que algo sea más fácil para ti, lo agradezco, porque sirve, aunque no acierte sirve de todas maneras, pero tomar la decisión es algo que te hace un ser pensante, es lo que te hace único y especial, nadie puede elegir por ti, tus elecciones definen lo que eres; pero siempre existen nuevas oportunidades, eso lo digo para cuando crees que haz elegido mal.
Pero para lo que sea, nunca está de más un buen libro ni una buena película.

"Estamos hechos del mismo material de los sueños". William Shakespeare

"Estamos hechos del mismo material de las películas". Hada Delcine