.

.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Soy el kiltro que corre en medio de la calle grisácea

Existen escenas cortas, pero que quedan pegadas eternamente en nuestra memoria, son escenas particulares, cada uno tiene la suya, cada uno sabe por que les duele más o les duele menos, cada uno tiene sus propios puntos débiles. Esta tarde, caminaba hacia mi casa con un aire melancólico y cansado, harta de ver sufrir al mundo, harta de ver tanto y no poder hacer nada, harta, hasta que casi toco fondo con una de esas escenas conmovedoras, algo tan simple como ver a un perro pequeño, tan pequeño que parecía de juguete, siguiendo a dos extraños que iban igual que yo, caminando, un padre y una hija que querían deshacerse del pequeño bastardo, qué culpa tiene el perro, qué gran culpa tiene el humano. Situaciones así me encuentro todos los días, esperas acción, esperas que tu vida tenga un gran vuelco y que todo sea diferente, diferente es para mí y para todos, el dolor que siempre nace en estas fechas es como una maldición desde hace años, y ver a aquel pequeño siguiendo al par de idiotas sin ningún fin egoísta, hizo retorcer mi alma y tocó el centro de esa compasión exclusiva que habita en cada uno de nosotros, toco el centro de la vulnerabilidad, me hizo lamentar una injusticia totalmente humana, logró que mi mente fuera a volar a otro lado. Qué sabe el animal de lo que es un hogar, qué sabe el sobre que en verdad quiere para su futuro, no tiene idea, sólo sabe de momento que debe seguirlos porque le nace del centro de su alma, seguir a la gente para jugar, pasar un buen rato, sin pedir nada, un alma pura, alejada de la envidia y la superficialidad que le comen los cerebros ignorantes a la gente en estos días. Un perro negro, pequeño y solitario, no conoce el error, sólo guía su camino con el camino de las personas, quizás que hagan para deshacerse de él, nadie quiere un perro vago y pulgoso en su casa, llenando de pelos y obligando a la gente que alimenten su estómago lleno de parásitos hambrientos, nadie hoy en día quiere hacerse cargo de lo que dejan los demás, yo tengo dos perros ya, y llenaría mi casa de seres sin hogar por sólo darme el gusto de tener una mansión de pulgas y caca perruna; y aún así no puedo hacer nada, no puedo hacerlo porque también tengo una vida llena de egoísmo y responsabilidades, odio pensar en lo peor que pueda ocurrirle a esa inocente criatura, y aún así lo peor varía para cada persona, lo peor es subjetivo, y para mí la muerte no sería lo peor. Yo misma he presenciado como mi familia hace lo mismo, echan a los perros que se acercan ladrando y buscando compañía, el padre le enseña a su hija a correr y a alejarse del perro, y el animal, cansado y hambriento, corre con más ganas, deja que sus pequeñas piernas gasten toda su energía sin un fin aparente, y qué ganas de mierda de agarrar al perro y dejarlo acostado en mi cama, no se puede, no se puede, mi mamá me mata.
Quizás que cosas más tendrá que vivir, qué lástima no poder alivianarle los problemas a ese perro enanito, qué pena no poder alivianarselos a nadie, aunque prefieras sufrir tú en nombre de todos los que quieres, no se puede, todo se mezcla, el perro, mi casa, todas son miles de metáforas, comparaciones divinas que al final quieren decir todas lo mismo: no estamos solos, y no hay carga que no podamos llevar.
El futuro para cada uno se ve deforme, lejano, inseguro, me siento como el perro siguiendo prácticamente a la nada, a veces soy bastante inocente esperando que respondan de la misma forma en que yo lo hago, soy el kiltro que a veces sólo quiere compañía, un momento agradable, y muchas veces soy tan humana que no me conformo con nada, actúo esperando algo a cambio egoístamente; pero ese es otro cuento, ahora se viene a mi mente la misma imagen, el perro siguiendo al padre y a su hija en bicicleta, el perro corre con todas sus fuerzas, su cuerpo es pequeñito y no logra dar grandes pasos, pero se esfuerza, aún no entiendo cómo lo hace, continúa, y no lo logra, pocas veces la gente se conmueve y hace algo por alguien que es mas indefenso que tú, le imagino tantas muertes diferentes a mi pobre amigo, cada una más dolorosa que la anterior, cómo mierda se le ocurre andar corriendo al medio de la calle atrás de ese par de huevones... déjalo, es joven, sería más triste aún ver a un anciano ciego dedicando su vida a regar una planta que no existe, qué culpa tiene el perro, qué culpa tiene el viejo, ambos están igual de solos, pero estoy casi segura de que todos pensarán que el viejo al menos tendrá algo de culpa por estar solo.
No me preocuparé más, es posible que el cachorro encuentre alguien que lo pueda acompañar, alguien que lo quiera llorar, alguien que lo extrañará, él de verdad necesita un hogar y no lo sabe, todos necesitamos un hogar, él también, algún día crecerá y aprenderá a defenderse, a cuidarse y vivirá, se montará encima de cuanta perra pille por delante, no sentirá culpa, no se lamentará, pero tengan claro que todo lo que ocurra con el perro será culpa de los que se encuentren a su al rededor, si él se esconde cada vez que alguien se le acerca es porque algún hijo de puta le hizo daño, y será su culpa, la culpa del idiota tercermundista y desnaturalizado, su culpa y la culpa de aquellos que dejaran que el perro los siguiera sin hacerse cargo; el perro crecerá y será feliz alguna vez, de eso estoy segura, qué importa quién tenga la culpa, yo sé que el perro no la va a tener nunca, por eso los admiro, por eso deseo en verdad ser el kiltro que corre en medio de la calle grisácea sobre el pavimento acalorado, y amar, amar sin que me amen idiotas, humanos.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Tolerancia al olor a mierda.

Otra vez, silenciosa, otra vez, me escondo, callada, evito, omito. La reina de las pesimistas está reclamando su trono... ese trono no existe, pero lo merezco, y hoy es el perfecto día para tomar un par de decisiones macabras. Potente, potente late el mañana ante mis ojos, se jubilan las promesas, los pájaros cantan como si se avecinara una muerte, no tienen idea de que los pájaros no le cantan a nada, y la muerte no existe, omito. Nuevamente, sentada en el suelo, moribunda, traicionada, egoísta, me escucho, escucho como protesto ante mi cuerpo estático, reclamo esa sonrisa que acompaño a mis mejillas en los días en que la vida era un eclipse en desarrollo, se me olvida todo lo que existe, se miran unas a otras las murallas de la habitación, nadie tiene idea de nada, no importa, aquí nadie murió.
Existen pláticas cómodas que te dan a entender que el tiempo no se ha perdido conversando, todos tienen los ojos muy abiertos, más abiertos que yo, yo no entiendo por qué pienso tanto, hace calor y mis ideas no son cálidas, son frías e insensibles, insensiblemente lloro, toco una puerta que no abre; escucho y escucho, entiendo el mensaje, no hay sufrimiento que valga, no hay pena que sobre, no hay lucha sin gloria, hay un extenso futuro que te llama...
Se me hiela la sangre, me congelo esperando una brisa marina, no hay calma al otro lado de la puerta, hay calma aquí adentro, prende la chimenea, existe un calor innato.
Soy la reina de las pesimistas, porque yo debo ser realista, cuando sueño me pierdo y nadie me trae de vuelta, fui niña alguna vez, y sigo igual de vulnerable que siempre.
Quiero, por favor, hacerme tolerante al olor a mierda, lo sigo oliendo en todas partes y a nadie le incumbe, he cometido muchos errores estos días, no me quiero arrepentir, acaso... los errores no existen... pretendo seguir haciendo lo que hago mejor... ser yo. Me pierdo, me pierdo en un día como este, me excluyo, protesto.

martes, 21 de diciembre de 2010

Sólo una noche más...

Mujer, hombre, piraña, huemul, electricidad, escarabajo, marea, todo es lo mismo, todo lo que empieza termina donde comenzó, es un círculo eterno que nos deja o no nos deja mirar más allá de nuestras narices, tengo miedo a tocar el cielo y no volver a mis raíces.
Me encontraba en esa cabaña cálida de madera en la cima de aquella montaña solitaria y peligrosa, contaba los días para poder morir tranquila, mi misión no se había cumplido aún, era joven, pero era una vieja de mierda por dentro.
Otra vez más, una de esas noches eternas en que nada me pertenece, otro de esos sueños en los que aparece aquel árbol, el suelo se desvanece, es transparente, transparente a la nada, caigo en cualquier momento, mis pies no me siguen el ritmo. Árbol, eres lo único que tiene vida a parte de mí en este espacio pacífico, déjame respirar de otro aire que no sea el tuyo, para de atarme a tus raíces, para de hacer que me traicione a mi misma, para de hacerme tocar fondo infinitas veces, y al mismo tiempo, nunca pares de hacerlo. Y entonces despertaba, transpirando, deformada, con los ojos llorosos, las articulaciones cansadas, con la mirada perdida, con la esperanza en las manos.
El único sonido que se oía era el viento, el viento egoísta de la cordillera, el viento mañoso que esparce la nieve a todo lo que toca la tierra, qué milagros se esconden debajo de todo lo blanco, qué importa, yo luego me largo.
Tú, ahí, silenciosa, moribunda, pegada a tus recuerdos dolorosos y brillantes, cálido aire que viene de la chimenea, estremecedor murmullo que viene de la montaña. En esa posición se pasaba los días, las horas, perdida en su propio silencio, monólogos creados para recordar la función de la boca, qué tan eterna es la vida, cuántos miedos se esconden bajo unos ojos cansados.
Poco a poco, la noche fue cubriendo de oscuridad cada rincón del pedazo de tierra que elevaba a grandes alturas la luminosa cabaña, el fuego nublaba sus ojos, los hacía cerrarse lentamente... otra vez más, tú, tú y el árbol, te abraza, te calma. No quería separarse de su tronco nunca más, por qué hay que despertar de los sueños, por qué tiene que haber frío en la cabaña de nuevo, olvídalo, y comienza a dudar sobre cual es la verdadera realidad.
La melancolía comenzaba a poblar cada centímetro de su cuerpo, extrañaba, añoraba, gritaba y rogaba compasión... la pregunta: ¿a quién debía rogarle? Vuelve simplemente a soñar tranquila y olvídate de que la realidad es un mundo cruel, monótono, turbio, silencioso...
Y entre sueños, una vez más, se ve ella, de pies a cabeza frente a ese camino que quiere transitar a ojos cerrados, se deja llevar, olvida las consecuencias y un placer infundado recorre cada suspiro, entra por sus narices, recorre toda su sangre y sale por su boca, sale convertido en sus mejores deseos, calidez, un poco de calidez, un premio, un regalo, una suave brisa casi marina se dibuja en sus párpados, la dulzura de un beso encogido e imaginario, la misma naturaleza se te ha declarado.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Las crónicas del Archidemonio.

Y las llamas de infierno vuelven a lamer su cuerpo cansado, pasa la noche con los ojos abiertos, y su mente duerme conmovida por su cuerpo. Desea, desea tocar las nubes del cielo, volver a ser parte una vez más del Olimpo, porque alguna vez se sintió satisfecho, pisó ese paraíso que creía inexistente, lo comprendió, y sintió calma por un largo tiempo, quizás no pueda vivir ahí, en el lugar que considera perfecto, pero se tranquiliza al saber que simplemente existe, existe y existió, y nunca podrá ser imitado ni ser vuelto a transitar, qué importa no estar ahí para siempre, las horas vividas son suficientes, ¿o no?
Los mira a todos, y él, el archidemonio, llevaba el infierno en sus entrañas; nada impide que avance, que recorra con sus pasos mutantes los suaves pisos de la eterna soledad, quién maneja el tiempo en este mundo olvidado por los humanos, podía seguir los pasos de nadie, podía hablarle a la nada, podía vivir eternamente pero jamás morir, la tortura era eterna y no se permitía el consuelo de la muerte.
Por qué, por qué tenía que estar él ahí tan solo, siendo que el mundo no es tan injusto con la vida en la tierra, todos tienen segundas oportunidades, siempre existe el consuelo de los demás seres humanos, el consuelo del fin, el consuelo de un alma apaciguada; pero no, para este ser, las oportunidades de existir en ese paraíso se habían acabado, era todo tan estúpido y evidente, qué importaba lo que deseara, qué importaba que aún tuviera corazón, qué es lo que corresponde hacer en este caso, dormir, seguir durmiendo con los ojos abiertos.
Lo peor de todo, lo último que podía regalarle el universo fue la conciencia, la tortura eterna de la memoria y el sentido de la realidad; que aunque a veces se viera afectado por la incapacidad de distinguir la luna y el sol, lo mantenían atado a la vida, a la nube de cenizas que cubría su techo eterno, ojalá pudiera habitar como una bestia, instintiva, sólo guiada por el placer y la incansable habilidad de evitar el dolor.
Y ahí se encontraba en un día de esos, en la mazmorra del olvido, rodeado de cancerberos, los perros de tres cabezas imaginarios, sin guardias sin límites, sólo él y el mundo en el que se encontraba, no lo dejaban salir, tampoco lo dejaban mirar.
El deseo de volver a ese capullo, a esa flor naciente, a la nada misma, al principio, al retoño del cual alguna vez fue parte, el inicio de una desgracia tras otra, los gemidos que auspiciaban la llegada de la más horrible de las calamidades; él y su existencia absoluta y perenne, sumido por el total silencio, inmerso en las horas que llevaba contadas, dos mil quinientas sesenta y nueve multiplicadas por seis mil millones cuatrocientos sesenta y tres. Llevaba sus cuentas cómo nadie lo hacía, nadie más tiene el tiempo para contar y ordenar sus ideas al mismo tiempo, él, sin necesidad de alimentar su cuerpo, sin tener que respirar, apeteciendo la compañía de otro ser con conciencia, o al menos un perro que le hiciera fiesta; no podíamos culparlo de maldecir a la vida, a la maldita vida que lo había traído hasta ahí. Incontables son las crónicas del Archidemonio, unido con el mismo vigor a la sutileza de la existencia como lo había hecho el mismo monstruo que creo Frankenstein; maldice, maldice y mira hacia ese firmamento sin estrellas ni planetas que le inspiren pensamientos de paz y compañía; cómo será la subsistencia si el mismo sol y la luna te han abandonado...
Pasaron los segundos, las horas, los días, los meses, los años, y tal fue su convivencia con su propia mente que experimentó lo que se llama la perdida total del habla y de su cuerpo, presenció como su lengua se atrofiaba y sus labios se unían en una capa de piel, como sus fosas nasales dejaban de ser dos orificios para convertirse en una sola manta de carne, hasta sus orejas desaparecieron como tales; en una existencia en la cual no se respira, no se come, no se oye, y sólo se mira, quién necesita boca, saliva, oídos, cerumen, lengua, vacíos en la piel.
Y, de qué es culpable, es culpable de existir, de haber nacido con un único fin egoísta de parte de todo lo demás que pueda encontrarse, el mundo no puede hallarse tranquilo y justo si nadie merece lo que es realmente injusto, entonces todos se pusieron de acuerdo para condenar a un solo engendro, y lo llamaron: el Archidemonio. Más demonios eran todos los demás, verlo ahí, tirado, inmóvil, como muerto, pero más vivo que nadie, solo, sellado por todas partes, inconcluso, volviéndose una masa, pero con pensamientos humanos, su mente tan desarrollada, su cerebro creciendo, su materia gris queriéndose escapar por las orejas, hasta por fin ser sólo eso, un montón de sesos e inteligencia, qué pena y qué envidia me causa, cómo sería pensar sus pensamientos.
Todo el universo estaba de acuerdo con dejarlo ahí, en esa tierra de nadie, en ese mundo que no es mundo ni planeta, la escoria de toda la historia de la vida, la ultima "chupá del mate"; cómo pueden todos descansar mientras él, mi querido Archidemonio, ve como su cuerpo se va desintegrando y se entrega a la roca en la que se encuentra acostado. Qué reflexionará en este momento, sí sólo me dejaran visitarlo, conocerlo, y quedarme ahí con él conversando, convertirme en lo mismo, lamentablemente sólo en mis sueños, porque yo tendré que morir algún día, y lo dejare más solo todavía... no, no puedo hacerle eso, mejor me mantengo aquí, en mi lugar escupiéndole al cosmos que le provocó esto a él, al eterno.
Todo, todo se ve en llamas, rojizo, amarillento, obscuro, nocturno, infernal. Qué envidia, y pobre de él, que será despreciado por lo que no es y yo despreciada por lo que de sí soy. Sueño en las noches, sueño con él y muchas veces antes de dormir imagino conversaciones eternas con esta criatura que tanto me inquieta, qué noches más eternas, qué milagros harían en mí un par de palabras de él, maldigo todo, vuelvo a escupir al cosmos.
La desesperación alguna vez agotó su calma, es destino injusto al que había sido condenado le helaba la sangre y se la hervía de un momento a otro, y qué consuelo le quedaba para no esperar el fin, sino para aguantar la eternidad, ese consuelo era la inocencia, su conciencia tranquila frente a todos, él debía cumplir su misión, pagar por no haber hecho nada, y dejar vivir. No era morir para que otros vivieran, era vivir en el infierno para que otros pudieran por alguna vez tocar ese paraíso que él sabía que existía, qué egoístas seres que rechazan la vida, que matan a otros, que se atreven a cuestionar la existencia de la felicidad, qué idiotas y humanos seres... y en eso se fueron sus pensamientos, y pasó de odiar a las generaciones de hipócritas sujetos, a aceptar su condición, prefirió perdurar todo lo que se puede en la historia del todo y de la nada, y así se liberó... yo no lo podía creer, ya convertido en una masa, un cráneo conformado simplemente por un cerebro se lanzó a la autonomía; el espacio completo se sorprendió, necesitaban un ser que sufriera, que no fuera feliz por explorar sus capacidades casi eternas, no, de qué servía el optimismo donde tenía que haber cólera y sufrimiento; qué gran decepción se llevaron, lo dejaron ir, y en ese mismo momento: el aire, la comida, la sangre, los oídos, la nariz, los brazos, las piernas, las glándulas, la lengua, los sentidos, el hígado, los riñones, el corazón... fueron necesarios, era uno más y un pobre cerebrito no podía sobrevivir, y se acabó, esa cruda realidad había sido sólo un mal recuerdo y el privilegio de la muerte rondó fácilmente sus casi cenizas poco humanas; feliz por ti, feliz por mí, hermoso ser, hermoso sólo con los ojos de mi alma impura, nos vemos en la muerte, pero en mucho tiempo, la vida me tiene muchas maldiciones preparadas y a ti la muerte te preparo la mejor de las sorpresas.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Sin terminar...

Buscó, buscó donde no había nada y para variar perdió su tiempo. Agotó sus últimas energías coleccionando los recuerdos que tenía de su vida, agotó lo único que tenía, su vida, lo poco y nada que le quedaba lo utilizó citando imágenes y situaciones del pasado, eso es vivir en el pasado. Quizás le produjo alegría, es relativo, depende de donde lo miremos, la respuesta que maneja todo el mundo es que... no te puedes quedar pegado en el pasado, pero si te despegas totalmente del presente y del futuro, y eres feliz coleccionando recuerdos... ella posiblemente no estaba con los pies unidos al pavimento, construyó un mundo en su cabeza para poder vivir, creando espacios completos llenos de detalles y situaciones perfectas... ella de verdad supo respirar en el pasado, hay personas que no lo logran completamente, estando en el limbo la infelicidad es segura, decídete, presente o pasado, dónde mierda quieres vivir, si eliges las dos: vive, vive y muere en la miseria.

martes, 7 de diciembre de 2010

Conmigo no.

Conmigo no. Arde, arde el suelo bajo mis pies, el mundo no me sigue la corriente, a qué me lleva esta corriente, a volver al inicio, volver a nacer. Cuál es la idea de que el cuerpo descanse mientras la mente más se agota, por qué las lluvias de ideas no me dejan dormir, por qué cuando duermo no entiendo de qué se trata vivir. Colecciono, colecciono recuerdos, recuerdos que aparecen en mis sueños mezclados con hombres árboles que se juran amor eterno y se unen en las raíces, esas raíces azules y verdes, no puedo recordar bien de qué se trata todo esto, alguna vez lo supe, alguna vez quise dejar de saberlo.
Dejé la luz prendida, y no quiero levantarme y apagarla; me duelen las puntas de mis dedos y no quiero exagerar, aunque la inquietud todavía corre por mi sangre, me debo levantar, apagar la luz y dejar de sentir culpa porque es un gasto innecesario, no hay nadie ocupando esa luz, es de día y aún sigue prendida.
No, no es la idea volver a comer tierra, menos si sé que no me gusta la tierra. Ya no me escondo, ya no corro, me tranquilizo, vuelvo a la cama y descanso, me quedo dormida, no me doy cuenta, hay una polilla en la cortina, la dejaré comerse mi pieza.
El mejor perfume proviene del mundo que dejé atrás en estos días, por qué todos salieron juntos a recorrer ese camino y no me invitaron, en qué momento supuse que lo sabía todo, en qué momento me sentí mal por qué nunca tuve la razón: vuelvo a soñar que estoy despierta y los cuadros se mezclan en mi conciencia, las mismas marcas, las mismas heridas, las ramas de los árboles crecen y se unen a sus raíces, los hombres caminan juntos de las manos, mis conocidos no tienen rostros y no sienten alivio; qué son estos, sueños o pesadillas, a mí me huele todo a mar muerto y quietud, disfruto las sábanas heladas de las mañanas de diciembre, el futuro está tan cerca y tan lejano, qué es eso, yo, yo abandonando las huellas que ya había pisado, alguna vez le he creído a la mentira, alguna vez he probado la soledad, y la inquietud vuelve entremedio de mis ideas diurnas y nocturnas, ojalá que esta noche tenga calma, hace calor y se me funden los bocetos de mi inconsciencia, qué aburrida me parece esta tarde, ojalá que me pueda arrancar de casa de nuevo esta noche.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Citizen

Entonces, de qué color es el cielo, perdóname si te insulto pero he visto varios tonos de ti, prácticamente nos llevamos conociendo mucho tiempo querido cielo, ahora no me vengas a mentir. Esta mañana me encontré con un pequeño y viscoso caracol, quien, sin pensarlo dos veces me habló. Me dijo que siempre se reía de nosotros porque eramos sexuados, que ironía, que ironía la vida, nosotros que nos creemos los mejores, nos vemos burlados por una criatura tan chiquitita. Además de eso me contó un poco sobre lo que era vivir sin prisas, disfrutar cada hoja, cada pedazo de tierra, cada minuto de vida, quizás no necesitaba conocer tanto porque sentía como si ya lo hubiera conocido todo, qué ventaja, qué honor conocerlo; después de eso pasó un zorzal que lo llevó a un lugar mejor, me ahorro los detalles, y yo me siento responsable, en vez de quedarse hablando conmigo pudo haber corrido, ¿o no? pero lo único que puedo hacer en su honor es contar esta historia, caracol, caracol, nunca más podrás sacar tus cachitos al maldito sol, pero de todos modos, si el zorzal no te mataba, lo hacía el calentamiento global, adiós.
Luego seguí caminando y me encontré con un perro amigo, qué perro más hiperactivo, corría a todos lados, se tiraba a mis piernas, y luego daba vueltas. Yo me pregunté por qué tanta felicidad, y al rato me di cuenta de que en su hocico llevaba una pequeña pelota roja, oh, que imagen más perfecta, un perro blanco jugando en la calle a las ocho de la mañana; pero el perro me siguió y yo quise meterme al juego también, le quité la pelota y se la tiré lejos, lejos, muy lejos, él salió atrás de ella y yo por mí camino, entonces me di media vuelta y ya no tenía la pelota en su hocico, no estaba en ninguna parte, sentí culpa de nuevo, miré el reloj y aún tenía cinco minutos de ventaja con el mundo, y salí corriendo a buscar la pelota del perro blanco, la encontré y se la devolví, me fui feliz, me di media vuelta de nuevo y ya la había perdido una vez más, no importa conciencia ciudadana tranquila.
En el metro veía a toda la gente llevar el periódico, oh, de dónde lo sacan. Le pregunté a un hombre y me dijo que entregaban el diario en la entrada, fui corriendo y pedí uno, qué felicidad, me sentía una ciudadana cualquiera, the best.
Qué es un día en la pequeña cuidad de Santiago, la verdad es que lo único que deseaba era estar en el sur, en el sur con lluvia o con truenos y relámpagos, querido cielo sureño, llévame contigo una vez más a tus verdes praderas.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Eterna Ventana

Por qué la ventana siempre significó algo. Estaba flotando en medio de la vía láctea, y nada olía a leche. Tranquilo, callado, pausado, ido, muerto, vivo, en levedad. Mírenlo, él y las estrellas que no alcanzan a rozarlo, él y el aire irrespirable, él dejando de ser humano; me pregunto cómo se inflan sus pulmones, si en ese aire yo me estaría ahogando, me pregunto tantas cosas, yo lo estoy mirando, y tú, ¿tú logras hacerlo, mirarlo, escucharlo, pero sin tocarlo? Escucha, es el sonido del eterno vacío, desearía escuchar el llanto del mar en estos momentos, el llanto de un mar nocturno alojado en algún planeta lejano. Curiosidad, siento curiosidad porque a él sólo puedes verlo sin tocarlo, y él flota, no es humano. Sus ojos, dos hoyos negros de diferentes tonalidades, los mantiene cerrados, el hecho de abrirlos podría provocar tanto daño... qué me calma, el futuro, mi futuro asegurado.
Y cerré la ventana, y se acabó ese universo creado, qué pocos minutos de tristeza, que alegre cascada de viento, qué nublosa entrada a este infierno planeado. Y me escondo, me escondo detrás de la ventana de la eterna mirada de los hoyos negros callados, de qué se trata esta historia, se trata de una ventana que partió en dos a un hombre no humano, lo partió en dos y termino una vida que nunca nació, y que lo único que hizo fue morir flotando.

domingo, 28 de noviembre de 2010

F.M.

Cuando el sol tocaba con sus rayos la tierra se estremecía y provocaba que pariera sus miedos más extraños. Ahí estaba ella, se veía tan tranquila, aunque la energía cinética que había dentro de ella demostraba que la paz era lo último que existía. No entendía que ocurría, el pasto, el viento, los árboles verdes bailando bajo la sintonia del aire que acariciaba sus cabellos sin tocarlos. Qué sentía ella, ni siquiera lo sabía por sí misma, sentía la impotencia de un adicto encerrado en una celda, no entendía por qué sus días la condujeron ahí, a ese mundo tan eterno y restringido, su vista la engañaba, los límites eran tan evidentes como inciertos, una ambigüedad que le comía los sesos.
Caminaba y el valle se veía infinito, continuaba caminando y colisionaba con una muralla cristalina y gelatinosa que la devolvía al mismo lugar donde había comenzado todo, cómo avanzar sin volver a pisar tus primeras huellas, qué o quién tenía la culpa de haberla llevado hasta allá.Sus recuerdos comenzaron a estrellarse los unos con los otros en su cabeza, qué era verdad, qué era mentira, todo se confundía entre sus sueños adultos con migajas infantiles y adolescentes que creaban una armonía estropeada por las ideas contradictorias, memoria, memoria, qué mierda has hecho con ella.Sus presentimientos habían comenzado a fallar, se entregó por completo a la sorpresa y se encontró ahí, en ese lugar hermoso y desolado, qué bueno podría salir de todo esto, mucho, mucho más de lo que sus presentimientos le podrían haber explicado.
Memoria: quién eres. Estoy casi segura de que manejas mi vida, memoria, qué has hecho de mí, eliges mis recuerdos, inventas también unos pocos, puedes hacer que invoque situaciones que nunca existieron, puedes hacer que crea que soy una reina inglesa o una bailarina de cabaret, puedes hacer de mí una prostituta o una monja arrepentida, y por qué, por qué recuerdo todo así. Qué tantas de las cosas que recuerdo son verdad, seleccionas en mi mente lo que tú te quieres quedar, por qué, quiero conservar cosas intactas querida memoria, por qué no recuerdo esas palabras, cuál es la estructura que utilizas, por qué algo debe ser desechado y otro no, qué mierda estás haciendo conmigo, por qué no puedo elegir yo, quién eres por favor, quiero manipularte, me confundes, me agobias, me condensas, por qué no recuerdo lo que quiero recordar. Amiga memoria, ayúdame a nunca olvidar, no te comas mis sesos, déjame descansar, pero no hagas que me rinda al descuido, quiero acudir a mis mejores momentos cuando lo necesite, que el abandono y la conciencia no se acuesten en mi cabeza.

Fucking Memories

domingo, 14 de noviembre de 2010

Enrique no llores.

Sientes que nunca hiciste nada, llegas casi a convencerte de que no lograste nada, y sí, sí lo lograste y con muchas ganas. Al final igual lograste afectar, lograste tocar con tu pincel la pintura intacta de algún otro mundo cercano, el hombre fue recordado por que cambió algo, el hombre nunca quiere ser olvidado, hizo mucho como para morir en el olvido. Enrique miró tantas caras esos días, vio en ellas la diversidad de la vida, tantos mundos distintos que puedes ayudar a pintar, y justo se encontrará con uno, tocará ese mundo, pondrá algún color azul o quizás color madera, y luego se irá, se irá porque no entienden sus dibujos, se irá porque lo echan, se echa a sí mismo, se alegra de sí mismo, todo lo que hace lo hace por él, qué importa el lienzo, el lienzo debería agradecer la pincelada, la pincelada fue lo mejor que le podría haber pasado al lienzo. Enrique, artista callejero único y brillante, continuaba mirando a todos como en un sueño borroso y lejano, él despertó a media noche y recordaba la lógica de sus pesadillas, era la mejor lógica y me lo dijo, eran creaciones mutantes y cojas, creaciones bellas y toscas. Él, él piensa mucho, pisa las mismas calles que pisan todos, se imagina tantas casualidades, se imagina situaciones en las que es capaz de todo, sabrá que todo le resultará en la vida, brillan sus zapatos y sus dientes blancos, brillos diferentes pero subjetivamente intactos. Quién creería que él era el dueño de todas las verdades del mundo, Enrique ni siquiera es su verdadero nombre, encuéntrate con él y averígualo, te destrozará con sus palabras, te maravillará con sus pinturas, te quitará tu aliento y te lo devolverá en versos, te matará y te mostrará lo que de verdad es la vida. Sigue sus pasos porque desencadenará sus más oscuros propósitos, no le tengas miedo, es tan humano como tú, ojalá yo estuviera en sus zapatos, si lo buscas y no lo encuentras él sabrá que lo habrás buscado, y te encontrará y hará que nunca olvides su nombre, él es un hombre tan delicado, métete con él y te obligará a tocar el cielo con tus manos.
-Enrique, porqué no te sientas y hablamos.
-Sí Francisca, hablemos, hablemos del pasado, qué es lo que has hecho, por qué hay sangre en tus manos.
-Enrique, qué tipo de pregunta es esa, sabes que esto no es sangre es tinta, aún sigues igual de daltónico que cuando nos vimos en algún sueño lejano, Enrique apaga ese cigarro.
-Con mucho gusto, mis pulmones están cansados, este tipo de diálogo es tan agotador, cuéntame que ha pasado contigo.
-Yo, yo me morí de nuevo Enrique, me morí y tú no estabas viejo amigo, tú no estabas y eso fue lo mejor que me podría haber pasado.
-Yo siempre sé lo que te ocurre, déjame jugar a mentirte un poco...
-No sabes mentir Enrique, ojalá algún día puedas hacerlo, ahora riámonos porque yo quiero morirme de la risa.
-Tú morirás de risa, mientras te estés muriendo de llanto.

Enrique le llora a las noches de luna llena, le llora a los árboles cuando sus hojas se caen, le llora a las mujeres que no puede llevar de la mano, mujeres que nunca le harán desayuno; le llora a este mundo perfecto, imperfecto, tosco e injusto, le llora al mundo que se conecta con él por la gravedad, y también llora por los que no tienen consuelo y disfrutan llorar, algún día él lloró por mí porque me vio sufrir y disfrutar, y yo estaba llorándole al mundo, y al mundo le gusta verme llorar. Enrique fue el primero que me vio despertar, Enrique nunca me podrá alejar, aunque quiera, Enrique vive dentro de mí, Enrique te creé, eres yo y qué te importa a ti quién es Enrique; volverá por ti, a matarte, cariño, volverá y cojera tus miedos refregándolos en tu cara, luego tocará tu pelo mientras duermes y te dirá lo que quieras escuchar para calmarte, Enrique es un artista callejero y brillante, quién sabe si alguna vez lo conozcan, hay tantas cosas que viven dentro de mí, Enrique es una maldición de las tantas, yo soy Enrique, y juntos no sabemos mentir...

Good nigth, worst words.

Crear, crear es lo que hacemos con más ganas. Crear con tus manos, crear con tu mente, crear es lo que dejamos, lo que creamos es lo que nos crea. Hay que creer en lo que creamos, porque lo creado es lo que hicimos por nosotros mismos. Mis creaciones son mías, y si se me da la gana las comparto, tienes suerte si lo hago contigo. Entonces aquí comienza el camino, el camino a los recuerdos de lo que he hecho, qué hemos hecho, todo lo que hay alguna vez fue creado por algo, el todo es la mezcla de muchas creaciones. Tengo ganas de escribirle a la nada, y nada es lo que seguiré escribiendo. Good nigth, worst words.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Sol de media noche.

Siempre he tenido miedo de caerme al vacío, siempre el pasado me ha dado nostalgia. Caminé y caminé y todo por fin ha valido la pena, estas letras no se inventaron de un día para otro, esta inspiración no es a prueba de balas. Este flash back, remece mi mente remecida, estremece mi lóbulo temporal, hace que todo se vea tan simple y superado, hace que comprenda que un año nunca es en vano y que una vida nunca es suficiente.
Esperar es algo que hacemos todos los días, y acumular es algo que hacemos aún mejor, acumular experiencias y conocimientos que se suman desencadenando cosas maravillosas, cosas que nunca pensaste tener en tus manos. Qué hago yo aquí en este momento, dónde quedaron los pensamientos superficiales que me marcaron tanto tiempo, aquí estoy yo toda profunda y hablándote a ti amiga mía de lo que es en verdad la vida, aunque yo no tenga idea de lo que se trate la vivimos sin darnos cuenta, tú me dices lo que quiero escuchar yo trato de hacer que comprendas lo que hay acá.
Cada uno tiene lo que merece, puede ser un dolor, un peso, un martirio, pero es lo que mereces, muchas veces ese dolor es el premio de convertirte en un mártir lleno de cicatrices valientes, si cargas con tu sufrimiento y lo conviertes en magia de la naturaleza, lograste una meta muy grande, cargaste tu cruz y tus maletas.
Cómo explicarte la forma en que me has cambiado amiga mía, cómo entenderlo yo, cómo demostrarte que hace unos meses mi cerebro comía de la basura metafóricamente, cómo explicarte que lo maravilloso muchas veces no es inalcanzable.
Tú has sabido sacar toda la magia que se escondía en mí parte por parte, me explotaste y te gustó, encontraste quizás a la persona que te entiende sin tener fines egoístas de por medio, eso encontré en ti y mereces que te escriba, que te dibuje, que te cante y que te repita que nunca te voy a dejar morir.
Cada día me acerco más a lo que quiero ser, me cuesta un poco mimetizarme con el arte, avanzo a pasos de tortuga coja, pero voy llegando a lo que me propuse alguna vez en sueños, estoy escribiendo con palabras que no conocía, estoy mirando el mundo como si recién me hubieran regalado un par de ojos.
Hay miles de cosas en este mundo que te hacen apreciar a las otras miles, te agradezco tanto, te quiero tanto, te necesito tanto, y creo que algún día tendré miedo de depender mucho de ti. Esta relación que tenemos hace que las cosas increíbles sean posibles, pareciera que nadie pudiera pensar sincronizado, pero lo hacemos, es una hermosa combinación de tu boca haciendo ruidos mientras comes y mis mañas al dormir y al despertar, es una irónica historia aterradora.
¿Tú crees que a esto se le puede llamar amistad?, esa palabra no me gusta, ponerle nombre a las cosas hacen que pierdan su identidad, la gente pensara en una tendencia al lesbianismo, o eso quisieran pensar jaja, pero... una palabra haría que tanto se convirtiera en una mierda resumible; querías que te escribiera algo, aquí lo tienes, ni si quiera te imaginaste que estarías aquí entre mis letras, te agradezco tanto, no te pierdas, no te mueras nunca Javiera.

miércoles, 27 de octubre de 2010

La calle, me mata

La decisión de salir de casa sin sentido aparente alerto a mi sombra que no me quería dejar en paz, dude unos segundos, el aire era frío y el cielo no era el culpable de que un par de manchas blancas nublaran su totalidad. Caminé las calles como si fueran el útero virgen de una quinceañera, y poco a poco fui entrando a un ambiente abierto totalmente infinito, cautivo y dispuesto a entregarlo todo, pidiendo algo a cambio, mi participación en el.
Tenía puesta la ropa más harapienta del mundo, caminé sin miedo, sin prisa, sin esperar casualidades, o quizás sí, pero eso era lo de menos. Alguna vez haz sentido ese instinto de defenderte de todo lo que se mueva, y también de lo inmóvil, como si en cualquier momento cayera un helicóptero y en un segundo mi cuerpo quedara aplastado, inmóvil, miserable y extasiado por la locura, moviéndose por simples impulsos, reflejos humanos. No sé si es posible dejar de imaginar cosas así, pero también tenía miedo de que la vereda cobrara vida y se comiera mis zapatos, que ternura, mis tristes zapatos, que lástima, no se pueden comer mis zapatos sin mis pies.
Y continué como si nada hubiera pasado, y en realidad no paso absolutamente nada, y aún sentía que la adrenalina estaba actuando más precipitadamente, ojalá que mis vecinos no me vean, no quiero saludarlos.
Creo que esto rompe un poco mi rutina, perdón, aquí nunca ha habido rutina. Me siento un poco incómoda, ¿así es como camino siempre?, tambaleo de un lado a otro, es necesario que tenga que pensar hasta en como debo caminar, me siento un poco diferente, oh no, ojalá que ese perro no me muerda, me gustan los perros, ¿por qué habría de morderme?.
Encontré una cara conocida, qué molestia, arrogante forma de pensar, un fastidio tener que sonreirle a quien ni desea saber como te encuentras, una lástima que tenga que vivir a pasos de gente así.
Cemento, árboles, gente fuera de la iglesia, las campanas calladas, el olor a primavera, acá ocurre algo extraño, personas, monoteísmo, política, religión, cuerpos, mierda en el piso, perros, milagros, cielo, nubes, camino, rejas, personas, personas, personas. Siento que todos me están mirando, ¿tengo cara de hereje?, doblo en la esquina y entro a aquel templo que tiene una cruz gigante y una campana. Ojalá que no estén orando, y sí, sí lo estaban haciendo, todos de píe frente a un hombre que tiene la atención, no siento nada cuando entro aquí, ¿debería sentir algo?. Me acerco a la persona que busco, y no es exactamente Dios, es un humano como yo, y le hablo, me escucha, e interrumpe su profunda oración a causa del diálogo que esperaba intaurar. Fue simple, eso fue todo, salí y aún creía que me seguían mirando.
Y quizás me estaban mirando, o era mas probable que sea yo la que los estoy mirando a todos, ¿les debo algo?, hey, no es la forma correcta de referirte a esas personas que se están convirtiendo en tus amigos imaginarios, para de maltratarlos dentro de tu mente, qué gracioso, qué me importan.
Y de verdad, tenía que hacer muchas cosas esta tarde, y no me importó, un año en casa fue un infierno, quedarme callada con los insultos de doña mandona me dejaba exhausta, nunca había inventado tanta gente en mi vida, tenía que inventarla, o si no con quién hablaba. Entonces salir a la calle fue un golpe de magnitudes grotescas, cruzar la calle fue lo peor, los autos querían matarme, ¡Lo juro!, además que los conductores tenían la piel verde, eran zombies, ¿o no?, no, la verdad es que mis amigos imaginarios querían jugarme una broma. Crucé la calle gracias a que un hombre hizo un gesto con la mano que creo haber interpretado bien. Cómo es que los perros cruzan con tanta confianza, ¿por qué a ellos no los quieren matar y a mi sí?, espera, no te quieren matar, era una broma.
Y llegué al otro lado, y podía ver el pedazo de cielo que había dejado atrás, había algo en los rostros melancólicos de esa gente, estuve mucho tiempo encerrada, pero mi intuición no me falla, o al menos nunca lo ha hecho, todo se estaba poniendo naranjo, cómo pueden estar todos mirando al suelo teniendo tantos colores frente a sus ojos, cómo pueden. Me dio nostalgia, ese atardecer era el más largo de mi vida, y siempre habían estado ahí, al rededor de 367 atardeceres que me perdí, no importa, este supera a todos los demás.
La verdad es que salí de casa para comprar un cuaderno, el mío se había acabado y tenía que escribirle un par de cosas a mi permanencia, habían tantas ideas en mi mente, no quería dejarlas encerradas. El señor de la tienda me mostró muchos cuadernos, no sabía que había tantos en este mundo, un cuaderno es un cuaderno, para qué será necesario tanta variedad, y escogí uno, difícil elección, fue un cuaderno de niño, y lo demás fue más fácil porque me gusta el azul.
Volví por donde había llegado, la gente ahora me ignoraba, o yo los ignoraba, no sé, ahora todo se hacía más rápido, no me di ni cuenta y ya había cruzado la calle, y sobreviví, llegué a mi casa, abrí la reja y sentí el olor a atardecer que nunca fue tan intenso, entré y salté de felicidad. Misión cumplida.

Con respecto a lo que sentí en los rostros de esa gente, era verdad, algo ocurrió ese día, un hombre había muerto, un hombre, un anciano, que alguna vez conocí, la imagen que vino a mi mente al saber la noticia fue su cuerpo sentado en una silla, pensando, recordando su vida entera creo, qué hombre más interesante, no me importa lo que haya hecho en esta vida, el recuerdo que tengo de él, no me lo quita nadie.

martes, 26 de octubre de 2010

No es suficiente

En resumen, odio saber la verdad, detesto cambiar de pensamiento cada mañana, me molestan las discusiones de las voces de mi cabeza, no soporto la incertidumbre, no soporto nada, y me frustro. Despiertas cada día pensando en que será diferente, así lo es, y es detestable que se mezclen mis sueños con la realidad, creer haber encontrado algo que en realidad fue parte de un simple sueño, es una neblina que cubre mis ojos matutinos, esto huele a mala suerte.
Calma, la repulsión es un síntoma que ya conoces, asqueada de mirar tanto a los ojos a al gente, tantos ojos mentirosos; psicópata, me escondo, y no puedo mantenerme tanto tiempo escondida, no me funciona la soledad, quiero, quiero con furia, garras y dientes, pero no tanto como ayer, ser realista te vuelve frío... puedo hacerle el quite fácilmente a estar de acuerdo con todo, hoy esto me da calambres, me hostiga, me harta de tanta fealdad, ver piel quemada y cayéndose es más agradable que tocar su cielo humano.
No me dí cuenta, esta simple realidad se convirtió en mi todo, ojos discretos buscando una sola cosa, sedienta de nuevas experiencias que me distraigan, harta de tener que pensar en las mismas ideas encerradas en cajas sin límites, escondidas, calladas, cubiertas de polvo y de miedos; piel, defectuosa piel delatadora, tanto, tanto por andar y construir encima de la nada, tanto que puedo lograr y me estoy encerrando en esta mierda despechada. Me callo, silencio cortado por el ladrido de un perro, es que mis ideas a esta hora de la noche comienzan a dispararse en un frío campo de guerra rodeado de girasoles y lirios muertos, chatarra de autos cubiertos de cenizas, disparándose insultos monstruosos de seres humanos cegados por la rabia, mis ideas estúpidas comen rabia, el amor no está jugando conmigo, el amor ni siquiera me ha mirado.
Que insulto más grande a mi esencia, insultos que me hacen llorar de tanta ironía, graciosa ironía, me río y se rompen los castillos de cristal, civilizadamente, quién puede juzgar-me.
No quiero depender de nada esta noche, quiero ser yo y evaporarme, vapor, en eso me quiero convertir, y caer a la tierra con rabia y más fuerza. Todo de lo que he dependido es la nada, no es suficiente, suficiente para nadie, menos para mí. ¿Pido mucho?

martes, 19 de octubre de 2010

...

A modo de prueba me someto, me construyo, me desplomo. Cada lluvia de pensamientos es un castigo, no me canso, no estoy satisfecha. Pasan las horas, y no llevo nada, no hago nada, omito.

martes, 12 de octubre de 2010

Continúa


Cómo acusas a un cuerpo de no querer continuar, hasta dónde uno conoce a los demás. El problemas es bastante simple, ni siquiera me conozco a mí misma, necesito ayuda, necesito apoyo, y mientras más me conozco, me doy cuenta de que necesito cada día con mayor fuerza vivir en una existencia desnuda de mente y alma. Las capas que se encuentran dentro de un cuerpo son accesibles, una apuñalada en el lugar preciso y puedes hacer estallar órganos y arterias, es demasiado básico, pero cómo dañas un alma, no tienes idea, porque cada puta persona es distinta y ni siquiera sabrá uno mismo cómo es.
Me miró tanta gente a los ojos y me dijo continúa, y yo no estaba ahí, yo estaba escuchando mi mente podrida de tanto mentir, mi mente cobarde, con repentinos ataques de miedo. El peor dolor que se puede sentir es el que se hace uno mismo, una idea se planta en una mente, una idea negra que lo daña todo, una idea brutal y dolorosa, pero simple. Suena a película, pero a mí me pasó. La persona que más me hace daño soy yo, yo no me permito ser libre de hacer lo que quiera, me critico, me esfuerzo por ser otra que no soy, nunca estoy satisfecha, no paro de quejarme. Mientras más pequeña la idea más me atormento, me culpo por sentirme así por algo tan básico, me culpo por no saber superar las cosas, luego vienen lluvias de malas ideas, lluvias ácidas de miedos que no existen, una película de terror donde la única escapatoria es sentirse aún peor, arrepentirse de algo que no merece arrepentimiento, arrepentirse de sentir como sienten todos, castigarse por llorar y sufrir humanamente, y eso es un peso que hace que todo los dolores del alma pesen el triple.
Mi esquema es tan frágil, mi alegría es tan fácil de manipular, nunca soy dueña de nada, y yo soy la que más me hago tropezar, olvidaste que lo simple es lo mas bello, olvidaste que las palabras mas hermosas siempre salieron de tu boca, olvidaste esas mismas cosas que le dices a todo el mundo, de qué te sirve decirlas si no te las crees, si tú no te las crees, por qué el resto tendría que hacerlo.
El tiempo se pasa tan rápido, lo que dura la vida de una mente no se mide en años ni meses, se mide en la cantidad de veces que se muere, la cantidad de veces en que todo cambia, la cantidad de veces en que te levantas con otra perspectiva, todas mis muertes giran en torno a algo, últimamente no lo han hecho por mí, casi siempre son cosas que deberían afectarme mucho y no lo hacen, y dónde entran las cosas sin importancia, entran en ese espacio en que no dejan a mi mente morir. Una vida, una mente con sus miles de muertes, no podría si no seguir falleciendo para continuar, para tropezar con menor intensidad, para crecer como se debe.
Una mirada dentro de mí me vasta para darme cuenta de que me queda mucho por aprender, una mirada dentro de mí me vasta para entender que lo primero que se necesita es autosuficiencia y existir.
Cómo pido que me entiendan sí aún no me puedo comprender, avanzo a paso de tortuguita, pero aún así no me quiero quedar atrás, hay mil formas de ser humano, y la forma más básica es cayendo, para caminar se necesita tropezar, para avanzar se necesita besar el suelo aunque no suene muy tentador. Me duele ser tan injusta conmigo misma, qué quiero ahora, quiero desear con simpleza y no suponer nada. Quiero levantarme y que el solo hecho de estar pensando alegre sea motivo de todo mi día, quiero que sus miradas se enfoquen en ustedes mismos, y dejar de pedirles sin que lo sepan que no se aparten nunca de mí, estoy sola con todo el mundo al lado, una mentira que me invente no sé para qué, no recuerdo desde cuándo construyo castillos de tantos malos acuerdos conmigo misma, desde cuándo que miento de esta forma, y desde cuándo deje de reírme como me encantaba.
C-O-N-T-I-N-Ú-A... me mire a mí misma y no me mentí, lo que quiero con más ganas aún es continuar, olvidando que me puedo sentir así de nuevo, y soportarlo, dejar de criticarme por no ser perfecta, o a lo mejor algún día seré perfecta imaginando que todo lo que hago está bien, pero no quiero seguirme mintiendo y tratando de promover ideas que al final no llevan a los mejores sitios de la mente. Pensar en silencio, calmarme y dejar de llorar, golpearme a mí misma y despertar, despertar de este sueño de tortura, este hoyo ni siquiera tiene profundidad, dónde veo tanta obscuridad. Continúa por ti, por nadie más que por ti, aunque cueste creerte a ti misma, al final de todo a la única que tendré conmigo será mi conciencia y el recuerdo de que viví para mí sin castigarme por ser egoísta, sin castigarme por nada, sino premiarme por haber vivido simplemente, y poder mirar mi cuerpo muerto en el suelo, frío, mi cuerpo que sirvió para transportar lo que de verdad importa, transportar una vida valiosa que se define a sí misma como una vida maravillosa.

domingo, 10 de octubre de 2010

La verdad es que tengo un miedo incómodo, matinal y enfermizo, que me hace retorcer de dudas y preguntas, siempre ha sido así, pero las distracciones antes no estaban. Cuándo sentí tanto, cómo me aferre tanto a una mentira, olvídate de la inestabilidad, olvídate de que alguna vez sufriste, y a la vez olvida el momento en que lo olvidaste.
En qué se convertiría una vida sin el favor del olvido, en qué se convertiría una mente que no para de recordar, no me gustaría tener esa mente, me pregunto si podría existir alguien capaz de vivir con eso.
No sé muy bien de qué quiero vivir en este minuto, no sé muy bien si quiero continuar sin alejarme. Un golpe, una caída al piso, una vida en círculos perfectos, una vida que definitivamente no me lleva a ti.

jueves, 7 de octubre de 2010

Then...

La fugaz partida de lo infinito, la singular forma de amarrarme a mi propia verdad, qué simple forma de ver lo inactivo, que explícita ocurrencia de cambiar. Las paredes me protegen del frío, y qué sé yo de frío, qué sé yo de la verdad, lo único que sé es que mis pensamientos son infinitos, y que ni siquiera al morir me dejarán en paz. Qué quiero, quisiera saberlo, es más fácil saber lo que no quiero, y aún así me confundiría, aún así tendría miedo. Qué cambió en mí, las sombras en el patio comienzan a tener identidad, las conozco, ya no son extrañas, me parecen tan atractivas. Mis pisadas complacen lo que deseo recorrer, mis ojos ven lo que desean ver, y todo funciona tan perfectamente, esta armonía que esperaba se cumple, qué miedo, me dejo caer. Mis ojos no son tan profundos como querría, pero ya no se sienten tan cansados, dónde está lo absurdo de este párrafo, dónde se encuentra lo que en verdad soy. Por favor, deja de esperar la melancolía, por favor, deja de llamar a las sombras sin nombres, por favor, apaga la luz y tan sólo duérmete.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Complejo de ciego

A pesar de todo le tengo rencor a los rencores, me nace un deseo interior de apuñalar esas letras, quisiera mirar la sangre esparcida en la superficie de sus mentes, quisiera ser la estrella que desfigure su cielo. Ni la realidad misma, ni mis ojos videntes, quitaran de mi esencia este complejo de ciego.

Nota píe de página

Mi vida oscila en el ir y venir de sus pasos, me quiere matar y al mismo tiempo quiero regalarle mi muerte. Regalarle mi muerte, pero mi vida no se la doy a nadie. Me detuve a pensar en las tantas cosas que quiero hacer y me siento diminuta entre tanto mundo y tanta vida. La nostalgia se apiada de mis pensamientos, los mece y los lleva a otro nivel, la claridad es menos difusa, mis latidos no se aceleran, estoy a dos pasos y no me importa, qué importa la distancia, ¿qué era el miedo?. Definitivamente mis recuerdos se remontan a sus bocas, sus bocas asesinas y llenas de ácido. Explíquenme por qué tienen la necesidad de vivir de esto, o mejor dicho como vivieron de esto, de tanta amargura, por qué ahora los recuerdo.
Mis intenciones son ahora morir, morir sabiendo lo que es vivir, morir porque mi vida es mia, mi muerte debe ser de otro, pero mis palabras no se las regalo a nadie.

martes, 21 de septiembre de 2010

Onírica mujer que pasas frente a mi ventana.

Juraría que pasó frente a mi ventana esa mujer, extraña mujer, sus cabellos parecían tentáculos grises, su piel era tan pálida, sus pasos eran tan largos. Sólo la conocía en mis sueños, y, ¡estaba ahí!, en su completa serenidad en medio de mi universo, maldita mujer, cómo quisiera intercambiar una palabra con ella, pero en mis sueños ella me lo dice todo, aunque sea muda.
Su largo abrigo oscuro, viejo, con olor a madre, es la perfección de la vanguardia onírica, es la belleza máxima frente a mis ojos humanos, es un placer para mi vista. Esos zapatos toscos, cómo quisiera caminar con ellos, ponerme uno en un píe, y el otro contemplárselo puesto.
Ella pasó, por qué no me muevo, por qué no salgo atrás de ella si siempre he querido correr tras sus pasos, por qué sólo me quedo en mis palabras.
Quiero sentir su pelo en mi cara, que sus brazos me asfixien, que sus manos me den una cachetada y despertar, y correr atrás de ella.
Y, ¿quién es ella?, soy yo, es el lado tosco de mis días, es la perfección insaciable de locura, esos pasos son mal vistos en la tierra, esos pasos son los que quiero dar a ciegas, ese pelo es con el que quiero arroparme, adiós trajes, adiós culpa. Dejarme llevar por ella es dar un paso al vacío, ella no podría sobrevivir en este mundo asqueroso ni por un segundo, ella mataría a todos sin un mísero grado de culpa, ella se mataría llena de risa. Por eso ella no soy yo completamente, ella soy yo cuando me da la gana, ella es preciosa, ella es una inspiración, ella es un diamante que hay que pulir, su imperfección me encanta, pero disculpa, no sirves en esta tierra, ni siquiera deberías servir en mi mente, no te culpo, estás tan asustada como yo.
Esa mujer, su abrigo, su pelo, sus pies, es sólo una parte de mi paz interior, es la mayor parte de mis máximos placeres, desnúdate mujer que pasas frente a mi ventana, camina con mis pies, llora con mis ojos.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Conclusiones.

Una persona se define por sus acciones, sean predecibles o no, lo que importa son las consecuencias. Es un pasatiempo analizar la vida, es un placer saber que no sólo se vive de agua y pan, saber que a pesar de lo que hagas, tu particularidad definirá tu esencia, tu única forma de actuar, tu única forma de mirar la vida. Cada día es muy diferente al anterior, a pesar de todo no conozco la rutina, no hago las mismas cosas a diario, el día es productivo, o es un asco, y al final ese asco no fue tan así, gracias a ese día estoy en el siguiente, gracias a esas horas puedo vivir unas más.
El silencio contigo mismo es lo que define tu día, no debería ser lo que ocurra con los demás, en el momento en que sólo vives para ti es cuando sabes que va a ocurrir, o todo será alegre o todo será un desperdicio.
Mi faceta egoísta no creo que sea diferente a la del resto, todos pensamos en algún momento sólo en nosotros en una situación que le debería corresponder a todo el mundo, ¿y eso está mal?, no, para nada, lo encuentro lo mas normal del mundo, no hay que culparse por tener una idea rápida en la cabeza, que tu primera reacción sea a tu favor, no importa, eso es bueno, te aseguro que la mayoría de nuestro tiempo es inclinado hacia los demás.
El mundo no tiene la obligación de darte en el gusto, el mundo ni siquiera sabe que existes, hay que vivir con eso, vivir sin esperar la consideración de las personas, vivir sin esperar que las oportunidades lleguen solas, llegan solas pero no las esperes, no esperes nada.
Qué ganas inmensas de vivirlo todo, de saborear cada dolor, cada alegría, cada miedo, mirar cada mirada, escribir cada palabra.
Espero que mi historia no quede en un "quiero", y que soñar sea sólo para mentirme a mi misma, no quiero estar encerrada en una realidad, no quiero dejar de ver todo con esta irónica felicidad, ojalá pudiera reírme cuando el dolor me invada el alma, y ojalá que haya alguien que se ria conmigo.

jueves, 9 de septiembre de 2010

La magia está en sus dedos

En su piso no había más que restos de lápices muertos, lápices que parecían haber sido traídos de otra galaxia, y esto ocurría porque sus manos disparaban rayos de luces de colores que hacían que cualquier línea tuviera un sentido infinito.
Sus dedos delicados nunca temblaban, sus venas azules se marcaban cada vez que tomaba firmemente un lápiz, y sus ojos se iban a otro mundo, un mundo que sólo él conoció, un mundo en el que cualquiera desearía vivir.

Su mente soñadora sobrepasaba los límites de la imaginación, a veces dibujaba con los ojos cerrados, delicadamente trazando las líneas que definirían un espacio único concretizado en papel común y corriente, que al ser tocado por sus colores se convertía en un pergamino extraordinario.
Su sonrisa no era una mentira, su sonrisa era el reflejo de lo que sentía dentro de su ser, sus latidos eran enviados directamente a sus manos para expresar lo que había en lo profundo de él.

Un día se sentó a pensar, dejó sus lápices de lado y su mente comenzó a andar. Cuando dibujaba, los trazos eran impulsos directos de su corazón, no necesitaba procesarlos, los lanzaba como kamikazes a la muerte, los materializaba sin pensar, y pensar lo fastidió. Pensó en las montañas de dibujos que tenía, en sus obras acumuladas, eran tantas que no tenían sentido alguno, y entonces tomó una decisión, agarró sus maletas, sin rumbo partió.
Las calles eran un lugar ajeno para su cerrada mente, pero el mundo le gustó, y como todo hombre bien humano, se enamoró. Los pétalos de las rosas eran un mísero detalle al lado de su amada, todos sus dibujos los unió para armar un gran lienzo, cabello por cabello, su boca, su cuello.
El sentido de sus días estuvo implícito en dedicar la magia de sus dedos a ese mundo que conoció, todo de afuera era muy extenso, había magia en su interior.

martes, 7 de septiembre de 2010

Los Momentos

Tus gritos no se acabaron, son eternos, se repiten, oscilan en mi cabeza, me cuentan una y otra vez las mismas palabras de mierda. No es que no sean necesarias, sino que están de más, y lo único que deseo en este momento es no tener que repetir tus mismas frases sucias en mi vida. Subiste el volumen de la radio para tratar de callar tu voz que rebotaba en las ventanas cerradas del auto, subiste el volumen a la radio y Eduardo Gatti quería decirme algo, pero "Los Momentos" se oía tan lejos.
Me da miedo tu rostro hiriente, me da miedo esa arrogancia que te invade, es la misma que nace de mis entrañas, es la misma que me regalaste. No quiero que esos ruidos que ya no son palabras entren por mis oídos cansados y salgan por mi boca, no quiero dirigirlos a nadie, nadie las merece. Es cuando trato de despertar de un sueño más o menos eterno, es cuando trato de no convertirme en tu lado amargo, el lado que nunca me gustó, el lado que sabe hacer daño. No te culpo, no te critico, no te digo nada, estoy harta de escuchar lo mismo de siempre, mientras más rápido me calle, más rápido tú lo harás.
Te quiero, eres tan especial, eres tan único, pero sabes como hacer sentir mal a una persona, sabes como hacerme sentir con deseos de ser sorda y no escucharte, ciega y no mirarte. Y sigo sin juzgarte, sigo sin dejar de amarte, no nos ha tocado fácil, la vida no es fácil ni quiero que lo sea. Pero mis miedos nacen cada vez que mencionas las mismas palabras, no puedo pedirte que no las repitas, porque no lo dejarás de hacer, pero seguiré pidiendo ser ciega y sorda. Nos vemos mañana, pasado y siempre, no quiero alejarme porque tengas la boca suelta, trataré de dejar mi boca en su lugar, y que te siga admirando como una hija a su padre.

domingo, 5 de septiembre de 2010

El Héroe

El gran héroe siempre va de la mano de alguna mujer que lo lleva a actuar entre la adrenalina y el amor por la justicia, siempre está atado al miedo de que lo traicionen, y no es la traición la que lo mata, es su valor, su entrega completa a sus ideales. El gran héroe está escondido en cada hombre que da la espalda a mucha gente que no vale la pena y lucha por lo que quiere, este tipo de hombre sabe lo que quiere, y cuando lo sabe lo demás se vuelve más automático, más monótono. La mujer enamorada del héroe está destinada a sufrir una muerte dolorosa, o morir de dolor por la muerte de su amado traicionado por sus propios ideales. La vida de un hombre, en este caso, se resumiría a sus acciones, y lo mejor de todo es que siempre habrá alguien que lo haya conocido, y que siente como único propósito en la vida contar la historia de este valiente héroe, un hombre como todos, pero con sangre excitadamente impaciente por dejar trascendencia. Ojalá no encuentre a un héroe en estos tiempos, porque me enamoraré como una perra.

martes, 31 de agosto de 2010

Paradise.

A través de las sombras en el patio se declaraba el completo silencio, las risas estaban esfumadas, y los rostros se habían escondido. La soledad es ahora la única compañera, podría correr desnuda entre los muros grisáceos, podría fugarme o sólo quedarme para siempre.
La locura siempre me permitió seguir viviendo, la locura me impulsaba a estar siempre en movimiento, la locura me enseñó a ser yo misma.
Los minutos corrían, pero en realidad eran horas, no las sentía, no las medía, ni siquiera existe un reloj en este lugar. Cada recuerdo borroso es la experiencia que me acompaña, es la actividad en mi cerebro que me lleva a recordar cada hecho que ocurrió y repasarlo con una delicadeza casi extrema, pero perfecta. La vida no fue tan injusta, si fui estúpida eso me ayudó, si caminé insegura eso se terminó, si mentí a alguien, éste me lo devolvió. Y qué, ya no puedo ocultar nada, no puedo mentir de ninguna forma, estoy sólo conmigo, cómo mentirme.
Y me acosté en la hierba, y comencé a soñar despierta. Unas enredaderas comenzaron a cubrir mi cuerpo desnudo, parte por parte, mis pies se sentían tan livianos, mi cuerpo era una pluma sin peso. ¿Qué cosa respalda mis intensiones? Ninguna, ahora no existen las intensiones. Y comencé a mecerme entre el verdor, entre las hojas hijas de la gran madre tierra. Los recuerdos eran todavía más claros, era como estar viendo una película de una vida que no tenía nada de común, no creía que existían tantas horas en una vida tan corta, no me di cuenta hasta ahora de que yo también tenía una historia. Entonces las hojas pararon de mecerme, se separaron de mi cuerpo, y el frío se apoderó de mí. Comencé a correr de nuevo, sentía mis pies tan limpios, sentía mi cuerpo tan fresco, sentía como mi cabello se hacía uno con el viento.
Lloré, lloré y luego me bañé con mi llanto, cayeron nubes del cielo, cayeron y me abrazaron, cayeron y se tragaron mis lágrimas de felicidad, cayeron y viven en mí. Todo se está cayendo, que hermoso se ve este fin del mundo, todo se está desuniendo parte por parte, qué perfección tiene todo, la belleza sólo la aprecio cuando es destruida por fuera y es posible ver su esencia, y la esencia no existe, no hay una semilla, no hay un centro, no hay algo que exista en medio de todo, el todo es el todo, las partes son las partes, la unión es perfecta, pero la separación lo es aún más.
Así deberíamos sentirnos todos los días, las islas paradisíacas no son la definición de paraíso, el paraíso es un lugar donde sólo te encuentras tú mismo como ser pensante, un mundo donde tu mente puede crear hasta la más magnifica enredadera sin echar la culpa a la perra madre tierra. Aunque se divida este mundo, no existirá la nada mas que en mis pensamientos, mis pensamientos le dieron la vida, el esqueleto lo transportó, lo llevó todo adentro.

jueves, 26 de agosto de 2010

Miedo piadoso.

No quiero nada más en este momento que salir corriendo, no quiero mirar a todas partes, no quiero mirar a nadie, no quiero que me miren, estoy harta de tener que vivir estos momentos culmines después de tantos recuerdos, no me gusta tener que pensar en todo lo que pasó, no puedo. Mirar atrás se me hace tan doloroso, sobre todo cuando te lo recuerda alguien que quieres. Me repiten las mismas cosas que nunca me gustó escuchar, se me agotan las lágrimas de tanto llorar. Está todo junto, ahí en un paquete, todo incluido, me obligaron a abrirlo, y también me obligue. Son las pequeñas cosas que se van acumulando, son pequeñas grandes cosas que me van raspando, qué dolor más grande tener que llorarlas, qué dolor más grande recordarlas. Tengo tanto miedo, me siento tan desconsolada que cualquier palabra se hundiría en el fondo de mí, siento como el reloj clava sus agujas en mi cuerpo, siento como las luces me quieren cegar. Tengo miedo de seguir avanzando, tengo miedo de caerme otra vez, es un cliché muy bien planeado, y al que lo planeó, lo mataré.
No lloro por un tú, no lloro por un todo, no entiendo por que lloro, pero se siente tan fuerte que correr y llorar son opciones demasiado tentadoras, y en tentación voy a caer. Este miedo me invade las ideas, este descuido externo me va a doler, qué me importará el mundo mañana, una mierda, al parecer.
Cómo no extrangularme de la furia, cómo evitar este hermoso impulso que me lleva a arrancar, no quiero hacer otra cosa que estar muy lejos, donde ningún tipo de palabra me pueda palpar. Siento como mi cabello mojado me congela la cabeza, siento como mis píes se comienzan a enfriar, siento como mis ojos se hinchan de llanto, y como a mi nariz le cuesta respirar. No quiero sentirme como un trapo de nuevo, porque en un trapo me convertí. Mis latidos se oyen tan lejos, de verdad en esto me convertí. Y no encuentro la razón exacta de tanto escándalo, no entiendo como estas cosas llegan así, aquí, despacio, de a poco, cambiantes, serenas, mentirosas, sin fin. Sigo con miedo, pero el miedo desea apiadarse de mí, no sé si yo soy la que no lo deja, no sé si ahora disfruto sufrir. Que inoportuna ocurrencia del mundo, que poco valiente forma de resistir.

lunes, 23 de agosto de 2010

Fake

Mi mente está mas sobrecargada que nunca, el hecho de hacer que piense de una forma a la fuerza gasta casi todas mis energías. Si no hay razón, no hay pérdida de tiempo, yo tengo una razón, al menos lo creo así por una parte, pero está la otra parte de mí que no sé si me miente pero me dice todo lo contrario. Son más miedos interiores que alimentan mi inseguridad, esa sonrisa está a medias, tiene miedo, está traumada. Actuar con seguridad se convierte en un final un poco trágico, ese es el esquema en mi cabeza, por ahora, la actitud cambia, los diferentes estímulos provocan cada vez cosas más diferentes en mí, que extrañas reacciones, no creí que existieran, y existen. La autoreferencia está en su máxima expresión, es mi vida, por ahora no encuentro otro tema, mi mente cansada, aburrida de esforzarse el doble para mantener mi mente clara, que de clara poco tiene. Estoy enojada, enojada con esa actitud que conocí hace poco, mi actitud murió, y morí yo, de nuevo y reencarne en el mismo cabello ignorante. Qué asco ser mujer, la subjetividad me come los sesos, ese miedo hediondo a desconfianza no me ha servido de mucho, hace que todas las cosas pasen más lentas, mi tiempo está más lento, tengo miedo y me la está ganando, y el mismo miedo al miedo es el que me hace actuar últimamente.

sábado, 21 de agosto de 2010

Días, días, días y más noches. Qué vagos sueños, qué pensamientos amaestrados, qué estúpido punto de vista.

martes, 17 de agosto de 2010

Suerte de momento.

Mi vida se vuelve tan pequeña, mi cuerpo se deja caer al vacío, no es la metáfora de los sueños, es la realidad del despecho. No entiendo en qué minuto cedí, no encuentro el momento en el que caí de nuevo de un golpe a la tierra, y aquí estoy, más humana que nunca, más silenciosa que siempre, me quedaría callada un poco más, pero no puedo, sé que algo va a cambiar, porque yo hago todo cambiar. Siento un frío, un frío de otro mundo, me cala el alma, es incómodo, es vergonzoso. Me duele en el alma no sentir como deseo, me duele en el alma ser débil e infantil, me duele que cuando quiera mirar atrás todo siga igual, que todo lo que he pensado que se superó está riéndose de mí, y no es momento de reírse, tampoco es el momento de llorar, pero merezco un minuto de silencio junto a mi memoria, mis viejos acuerdos conmigo misma, el recuerdo de la que fui hace unas horas, mi fortuna desafortunada. Me dejaría caer con toda confianza, sí, y nadie se daría cuenta, me arroparían en silencio mis grandes mentiras, mentiras al mundo, porque a mí misma mentir es imposible. Yo no quiero sentirme pequeña de nuevo, maldita vulnerabilidad que se come la fuerza de los hombres, a mí me estrangula, a mí me toca, maldita vulnerabilidad que se traga mis esfuerzos, que descarta mis esperanzas, que me tira ella al vacío, que se alimenta de mi cuerpo encerrado en esta caja. Es imposible pensar que el mundo no tiene menor influencia en ti, yo no podre jamás quedarme sentada mucho tiempo, ni sola mucho tiempo, ni sin mí mucho tiempo. Volví a la tierra de un golpe, ese peso que te mantiene pegada al piso, me gustaron mis días volátiles, te aseguro que mañana volveré a ellos, la vida se volverá volátil, pronto caeré al piso de nuevo; buenas noches mala suerte, nos vemos mañana.

jueves, 12 de agosto de 2010

Ortografía Cardíaca

Por qué tus días llegan a un punto que no aguantas más que todo este en paz. Operaría todos los corazones del mundo con mentiras piadosas, más mentiras, las mentiras también son buenas, a base de la mentira se crea la felicidad de las personas. No siento que el sol deba brillar todos los días, no sueño con vivir en una casa frente al mar con tres hijos y un esposo perfecto, no sueño con estudiar una carrera que me llene de billetes y me despegue de lo que realmente amo, aferrarme a la vida tosca y defectuosa que me tocó, no espero dejar de llorar por nada. Las cosas más simples las convierto en algo complicado e infinito, lo más complicado se vuelve tan simple y definible.
No quiero seguir mis sueños como quien sigue a un maestro, quiero seguirlos como un kamikaze se siente atraído por la muerte, como un cuerpo siente atracción por caer al vacio. Mis manos están llenas de líneas, las que no se acercan ni un poco a mi historia, son demasiado evidentes, forman las primeras arrugas de mi cuerpo antes de envejecer, siento que hablo y no me escucho, me confunden estas malditas líneas marcadas en mi piel. De pies a cabeza un defecto caminante, un defecto perfecto, pero defectuoso, ustedes me enseñaron que era así, qué ocurriría si un día me corto las venas y en vez de sangre caen letras coaguladas y escriban mi más profundo placer, qué pasaría. Y, las letras, ¿se escriben solas por su cuenta?, ellas no, ellas sólo se abrazan con otras para darse sentido. Qué pena más grande su falta de autosuficiencia, yo me siento así, como ellas. Hay veces en que se aferran a letras equivocadas, y les duele, les duele el error, su falta ortográfica que se vuelve un insulto para la Real Academia, ¿no pasa lo mismo con nosotros?. Y las oraciones, ¿no son muchas letras? ¿se desagradarán algunas entre ellas?, estoy casi segura de que la ''e'' se pelea con la ''o'' por quién le da origen a la otra, una se desarma y crea a la otra, eso es injusto, ¿o no?. Y ella, la ''i'' se debe burlar de las demás letras por que se complican solas, comparadas con su simplicidad recta, y la ''u'' escupe en la cara de la ''a'' por que ella debió haber estado primero, ¿o no?. En una oración están todas ellas, esas vocales, pero junto a consonantes también, son miles y miles, todas aburridas de tener que vivir con las otras para siempre en los libros y en todo lo que está escrito. ''La convivencia va a matar a los hombres, no un terremoto''.

martes, 10 de agosto de 2010

La boca es por donde muere el pez, mi boca me va a matar a mí y no soy exactamente un pez.

sábado, 31 de julio de 2010

Yestertomorrow

No todos los días la vida se ríe en tu cara, pero cuando lo hace, no sabes exactamente como debes reaccionar. Yo me reí, me reí porque la ironía es tan perfecta, que no se puede equivocar. Y yo, aún no sé como reaccionar, qué es lo que exactamente debo hacer, estoy confundida entre lo que soñé anoche y lo que viví entre ayer y hoy. No espero que todo cambie para mejor, prefiero hacerme la idiota y no esperar nada, porque siempre al desarticularse los hechos y analizarse casi por cuenta propia, las cosas resultan diferentes, únicas, lo que esperabas se convirtió en la cuarta parte de lo que fue, sea cual sea su punto de vista, o sus efectos, positivos o negativos.
No sé si es una desilusión, no sé si es un cambio profundamente doloroso, o simplemente es reaccionar, darse cuenta de que todo lo que pensaste era más que un punto de vista demasiado superficial y aspirando a ser profundo.
Será un renacimiento de mi vida, será un nuevo comienzo, creo que se acerca el final de todo esto, sin quererlo voy abandonar mis creencias actuales y comenzaré a creer en otras cosas, aunque no tenga la seguridad de que crea con certeza.
Como quisiera no pensar, que en vez de estar un minuto en silencio analizando todo, mi mente estuviera en blanco, que mi forma de pensar tuviera necesidades más básicas, que no se meta en lo que no le corresponde pensar, que se calle, que para de ver el mundo tan profundo.
Ahora evito pensar, y cuesta, ahora espero que termine todo para sentarme a analizar, llorar, mentirme y volver a empezar. El final de algo es el principio de una nueva vida, es como si me reencarnara cada vez en algo nuevo, totalmente distinto, cambia el interior, y hasta el mundo cambia.
Siento que algo me ha estado tapando lo ojos por mucho tiempo, siento que no tengo voz, que tengo miles de cosas que quiero contar, pero nadie está escuchando, miento, hay gente que me escucha pero justo ahora necesito que lo hagan veinticuatro horas seguidas, que no descansen, que no deseen cerrar los ojos ni dormir por escucharme, alguien que prefiera lo que soy a cualquier placer mundano.

lunes, 26 de julio de 2010

Mentiras

Mientras él construye su gran castillo
ella lo miraba desde abajo
le aplaudía, lo alentaba
y él le creía a esas manos.



miércoles, 21 de julio de 2010

Change


Arrancar, correr, y morir en el intento. Y cuál es la mierda que me ata a lo mismo, y ni siquiera sé a que me refiero. No planeo correr de la vida, arrancar de las responsabilidades y de lo que pretendo, lo que quiero es huir, prevenir tropezar con la misma piedra imaginaria y escuchar las mismas palabras hirientes en mi cabeza, palabras mías.
No quiero vivir escribiendo de amor, no quiero morir recordando lo imposible. Todo es muy confuso y contradictorio, y a otro le puede sonar tan fácil y objetivo. No pido que alguien comprenda de lo que hablo ni lo que escribo, quiero entenderme yo y que al menos los otros lo respeten. Es increíble la cantidad de veces al día que cambio de ánimo, y no es el ambiente, soy yo, mi fragilidad, y mi capacidad para absorber todo sentimiento volátil y cercano. Y no me gusta tampoco mirar la vida con simpleza, si la miras así los detalles pasan desapercibidos, la simpleza es parecida a lo superficial, un asco. No quiero una vida feliz, hoy al menos no, una vida feliz es muy básica, es muy fácil, es muy rápida, si defines a tu vida como una vida feliz, no habrás hecho nada, se definiría por si sola, si dices que viviste sufriendo para ser feliz, tendrás mucho que contar, no todo gira respecto a una cosa, no todo gira en torno a la felicidad, el dolor es exquisito y exótico, la alegría es efímera y caprichosa. La ironía me alimenta, la risa lenta y tres pasos por los recuerdos. Malditos y asquerosos recuerdos, a quién no le gustan, son fáciles de mantener, y qué mierda es vivir de ellos, son tan seductores y engañosos, hermosos recuerdos que me hacen alucinar, es muy simple usarlos de argumentos, pero al final no valen nada, sólo valen por sus efectos, no por cada vez que recurrimos a ellos, sólo valen por lo que han provocado, sin necesidad de saber que ellos lo causaron.
Y todo se vuelve más confuso aún, qué quiero, es muy sencillo decirlo, y cómo saber si es lo que necesito, puedo desear con todo mi corazón una cosa, pero quizás no logrará ser lo justo para mí. Resentimientos, repulsivos sentimientos mezclados con recuerdos que se unen a la fascinante cadena del dolor, me hacen estremecerme y congelarme, y, ¿eso es lo mejor?. No tengo gustos fijos ni imaginarios, no tengo calma, no tengo silencio interior, sólo tengo una cabeza llena de ideas, llena de manías idiotas, perfectas manías, argumentadas, seleccionadas dentro de un gigantesco mundo para vivir aquí en mi mente. No tengo armas, no tengo herramientas, soy lo que soy por como nací, auto suficiente, y muy necesitada de los demás. Una extraña mezcla entre dos polos opuestos, que se mezclan se desparraman, se pelean, se muestran y crean caos en lo superficial. Cómo se puede explicar el deseo de salir a la luz de dos extremos tan diferentes, cómo existen juntos en un miserable cuerpo, quién va a ganar. No sé que tan lejos llegaré siendo obstaculizada con este par de fuerzas de rose, muy lejos llegaré, y seguiré hablando en futuro, gracias malditos recuerdos, hacen la perfecta armonía entre lo antiguo, lo actual y lo posterior.

lunes, 5 de julio de 2010

Postormenta

Llega un momento en el que te das cuenta que algo funcionó mal, la pila del reloj se acabó, pero quedan las esperanzas que sólo te atan a las ilusiones, a lo que quieres, pero no existe.
Sólo queda eso, soñar con que en algún día, todo sea como soñé, y que lo demás, lo que sobra se vaya, se pierda entre las risas y los llantos, que no me siga mirando con cara de que le debo algo. Extraña sensación de inseguridad conmigo misma, y es más extraña aún cuando no me siento preparada para nada, menos para ti, aunque te quiera.
El tiempo se me hace tan corto, no encuentro casualidades, no encuentro hechos concretos que demuestren lo que siento, no existe nada que me explique por qué estoy aquí y no allá, pero vamos, así tiene que ser.
No me quiero rendir ahora, ya queda menos que al principio, he logrado muchas cosas, pero sigue doliendo, sigo cayendo una y mil veces, tropezando con la misma cuerda imaginaria.
Cuando más sufres, es cuando más el mundo te afecta, no es que el mundo sea malo y quiera matarte, sino que en realidad hace que todo te recuerde a lo que te hace sentir mal, te lo refriega, te lo escribe en un papel y te lo pega en la frente.
Cómo quisiera conocerme a mí misma, cómo quisiera predecir mis reacciones, cómo quisiera ser más fuerte y más indiferente, dejar de ver todo con la profundidad con la que miro.
Paso cada día siento que falta algo, un vacío de mierda que está ahí, y no se sacea con nada, tengo todo lo del mundo y no me interesa, lo dejaría de lado todo por una cosa, eso siento, no quiero sentir así, el deseo eterno de la humanidad de tener lo que es inalcanzable, ese deseo vive en mí día por medio, y le encanta hacerme caer.
Me siento miserable cada vez que pienso mucho, lo que tengo se me hace poco, y vuelven esos sueños torturadores, dolorosos, mentirosos, con espejismos y bromas de mal gusto.
Hace mucho que no me siento bien conmigo misma, y a veces siento que valgo poco, no vengo con mentiras, así lo siento, de qué me sirve tener tanto si cuando exploto todo eso se vuela en el viento, y a pesar de eso, defendería hasta morir todo lo que tengo, no soportaría que nadie viniera a hablar mierdas de mi vida, mi vida de mierda es mía, es mi paraíso, es perfecta.
Y no me contradigo, estoy segura, pero en el fondo. Tengo demasiadas ideas en mi cabeza como para ordenarlas en oraciones, se lanzan al precipicio y llegan aquí, nadie las llama, menos mal que escribo un poco rápido, de lo contrario no podría atajarlas.
Maldita y bendita Francisca, esa soy yo, la que se quiere mientras se odia, la que siente asco de sí misma mientras que a todo le pone su nombre orgullosa, esa Francisca, que todo lo supera llorando, se hace más fuerte de esa forma, deshidratándose y pensando.
No quiero perder lo que he ganado, no quiero quedarme así tampoco, quiero cambiar lo que no me gusta, que difícil sacar pedacitos de mi esencia, pero es necesario.
No quiero seguirme lamentando, hey Francisca, camina al lado de todos contenta, ellos están igual de cagados que tú.

miércoles, 30 de junio de 2010

Murmullos adolescentes

Uno decide de quien enamorarse, uno no decide a quien olvidar.

viernes, 25 de junio de 2010

El Séptimo Cielo


En el momento en el que te sientes arriba, en el séptimo cielo mirando desde la cima, las cosas se ven más simples, más pequeñas, menos dolorosas. Me hace olvidar todo lo que tuve que pasar para llegar aquí. Y todo se ve maravilloso, cada hecho se unió con el otro, y formaron una combinación tan armónica y perfecta, que hermosa visión de la vida en dos minutos, que simple y teatral ojeada a mis pesares, que asquerosa y deliciosa mordida a la ironía.
Me siento con el máximo placer cuando puedo decir que, no es difícil reírse de los dolores más intensos, de los más desafortunados hechos, de los más memorables errores. Miro de arriba, me rio desesperadamente de mi desgracia, y no lloro, y con las más sinceras disculpas, me otorgo el honor de decir que todos mis amarguras fueron tan absurdas, que parecerían sacadas de un cuento de hadas, tan imaginarias, tan hechas de la nada, tan humillantes, tan humanas.
Y yo, no me rio de mí por lo que soy, me rio de lo que fui, me rio en sus caras, en su dolor que compartí cada minuto, y al final de todo me seguiré riendo, porque es la manera más sana de enfrentar la vida.
Y no es que se trate de una enfermedad, todos me llamarían loca si me vieran en un cerro riéndome de los arboles y las piedras del camino a la cima, todos me mirarían extrañados si me vieran burlándome de los rasguños y los huesos rotos que me provocó la escalada al cerro, no, no, no, no hablemos de tierra, no hablemos de mierda, no hablemos de huesos, ni sangre, ni piel. Estamos hablando de lo entretenido y satisfactorio que fue sentir el aire puro allá, en el séptimo cielo. Ese cielo no existe ni aquí ni en Japón, existe en mí, en mi forma de mirar alrededor y darme cuenta de que no tengo nada que pedir, mírenme, me encanta ver en lo que me convertí.
Cuántas veces he estado en la cima, no paro de volver al principio, es más efectivo hacerlo mil veces, para que cada vez la vista sea más preciosa.

jueves, 17 de junio de 2010

El todo, la nada

¿De dónde sale tanta gente extraña? ¿de dónde sale tanta vida ajena a la mia? ¿cómo consiguen vivir sus vidas perfectas? ¿cómo logran llevar sus vidas con equilibrio? Y yo, qué hago pensando tanto en ustedes vidas cercanas, qué hago hablando de ustedes.
Tanta gente como yo, con ojos, bocas, manos, dedos, miedos, sueños, memorias, experiencias, gente con una vida en común, con un nacimiento en común y una muerte asegurada, en común.
Por qué el hecho de su simple existencia afecta tanto en la mia, viven tan cerca, que me regalan su esencia a cada minuto, pero no siempre ayuda a mi vitalidad, muchas veces sólo me desgasta, y me afecta a tal punto, que la felicidad se duda existente.
Cómo no mirar el exterior después de una vista interior, cómo no compararse con el mundo si son lo más parecido a mi cuerpo, a mi todo, cómo vivir sin escuchar sus ruidos y sus canciones, cómo vivir sintiéndome sola al lado de ustedes.
Y la vida se pasa en eso, en compartir el mundo a su lado, en depender muchas veces de sus acciones, en sufrir por sus errores mundanos.
Acercar las vidas más complementarias con la mia, alejar a las personas que se lleven lo más valioso de mí, alejar los sufrimientos evitables, calmar los mares o esperar que la tormenta pueda dormir.
Y qué más puedo hacer que aprovechar la vida con ustedes, dejar de atormentarme por los que no aprovechan de mí, los que se pierden una mente un poco escandalosa, los que sólo quieren escuchar y no oír.
Necesito el ser humano que se enamore de cada letra, que encuentre entre tanto espacio un refugio en mí, necesito gastar una energía inexplicable, una energía secreta con honor de recibir. Gastar en algo más útil las palabras de amor escritas al aire, las que muchas veces van dirigidas a lo concreto, a lo real, a lo real que no es mío, y por eso necesito un sueño que no sea verdad, un sueño que deje a la creatividad pequeña comparada con una realidad original.

miércoles, 16 de junio de 2010

Atado a su voz

Detrás de tanta palabra se escondía su mayor anhelo, tenerla con él. No podía pasar un día sin que pensara en ella, que problema más grande, no podía tenerla, no estaba a su alcance. Ella sólo vivía en sus sueños, pero ni en ellos era su dueño, ella lo miraba, lo escuchaba, pero no lo sentía en el corazón. Él estaba confundido, ¿cómo poder vivir con esto?, ¿cómo poder avanzar sin esto? Cada hecho ocurrido durante su existencia, desde que la encontró dormida en sus brazos en sus sueños, le hacían tenerla presente, escondida detrás de cada acto, acumulándose, juntado sentimientos que se hacían más fuertes mientras más los escondía. ¿Quién vive de una fantasía? Él, (y yo también) pero de dónde saca ese valor para enfrentar sus miedos más grandes. Todo estaba en su mente, no podía ocurrir con ella nada de lo que él no quisiera, lo único que no podía hacer con ella, era hacerla suya, lo demás, la estructura, lo mundano, era de él. No quería tirarla al precipicio, no quería mentirle, ni menos tenerla lejos, aunque lejos estaban mejor, ¿o no?
Y qué es lo que lo amarraba a ella, tan imperfecta, tan de otro mundo, tan simple: su existencia, sus miedos, su cuerpo durmiendo en sus brazos.
Un día quiso desaparecerla: maldita boca que me sonríe, maldita boca que me escupe, maldito pensamiento, maldita tú, malditas tus palabras, maldita tu espalda, tus sonidos, tu hermosa presencia, tu maravillosa forma de vivir en mis sueños, tus errores que veo perfectos, tu dolor que quiero calmar.
¿Pudo desaparecerla? No creo, no sabrá, hay miles de razones que lo amarran a ella, y es tan necesario para él gastar tiempo soñándola, que la sueña mil noches, mil días, la odia, le besa sus manos, su rostro, y se aleja de su boca, se aleja de sus manos, se aleja de todo lo que le causa miedo tocar, porque es más fácil soñar que actuar.
Y él que la soñó tanto, la encontró, el mismo día de su muerte, cuando en sus sueños se declaró.