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viernes, 4 de mayo de 2012

Vuelvo

Vuelvo a escribir, vuelvo por los mismos motivos de antaño, vuelvo. Ella me dijo que iba a ser difícil, no le creí, eso no lo hace más fácil. Vuelvo a manosear las mismas preguntas de antes, y no me he dado el tiempo, porque no puedo decir que no lo tengo, de responderlas. Vuelvo a darme cuenta de lo ignorante que soy de la vida, de sus misterios y sus engaños, de sus trampas y sus milagros. Ahora tengo que decidir, si quedarme o avanzar. 
Las personas son tan diferentes pero buscan la felicidad por igual y de una forma u otra vamos a llegar todos al mismo destino, porque todos estamos hechos de lo mismo. Yo busco amor, yo busco un sentido y no quiero que nadie me lo imponga, ni siquiera yo. Ojalá no sintiera con tantas fuerzas, ojalá me consumiera la apatía, ojalá viera todo más claro, ojalá dejara de soñar mentiras. Vulnerabilidad, miedo, inseguridad, cobardía. Deseo silencio profundo, una pausa larga, una causa justa, un infierno lejano. Me da nostalgia lo que dejé atrás, me da nostalgia en lo que me estoy convirtiendo, me estoy alienando, me está consumiendo la vida académica. 
Cómo algo tan terrenal y pragmático me lleva a querer escribir algo tan subjetivo e irracional; o quizás muy humano y racional. 
En realidad no sé si es un retorno, tampoco sé si es un avance, si es necesario, si es vital, si... si tuviera las cosas más claras. 
Tengo sueños que no recuerdo, tengo sueños que me gastan, tengo sueños que me asustan y se alejan de la realidad a niveles tortuosos. Tengo sueños de la vida, de la muerte, de la mierda, de la esperanza, que a pesar de todo no se agota, ni se extingue.  Pero mi viejo optimismo relativo, se está mudando de casa, pero tiene que establecerse. Quiero aprender con toda mi alma a vivir, quiero aprender de la vida, y no me quiero rendir. Quiero ser yo y sentirme contenta, quiero reírme en los pasillos, en el almuerzo, antes de dormir y también mientras sueño. 
No se trata de volver o de regresar, se trata de cambiar, se trata de entender, se trata  de sacar provecho a la puta experiencia, para que todo tenga sentido por sí mismo.
Creo en las señales que me envía el universo y una vez más le haré caso a mis equívocos instintos.