.

.

martes, 30 de abril de 2013

Anybody in there

Tengo penas de colores, tengo penas tan hermosas. Tengo penas de sabores, tengo penas que no me dejan avanzar. Tengo penas que son ciegas, tengo penas tan diferentes, tan de acá y tan de allá, tan oscuras y tan claras. Tengo una pena para cada día, pero no puedo siempre verlas, algunas aparecen solo en sueños, suspirándome al oído: "corre". Pero cada una nació algún día hermoso, cada una me quitó pasado y me regaló futuro. Mi problema surge cuando no sé de dónde vienen, o cuando se creen inmortales. A veces sólo las pongo a pelear entre ellas, y así me paso los días, escuchándolas. A veces creo que se han ido, pero en verdad se esconden, les gusta jugar conmigo, pero yo no puedo jugar con ellas, porque a muchas no las conozco. Mientras más profunda la pena, más hermoso es el llanto. Pero también tengo alegrías, que mientras mas ingenuas son, más las amo. Porque mientras más simple es el alma de mis alegrías, más reales son. Y la realidad es ese collage, es ese mundo donde convivo con todo esto, adentro hay espacio infinito, suelo perderme entre sus rostros felices y en esos rostros profundos. Es esa gota de tinta dispersa en el agua. Hoy no sé escribir, hoy no sé dónde estoy, simplemente no puedo mirar mi presente, por qué siempre tenemos que estar pegados en el pasado o en el futuro. El sin sentido ha sido un lugar común entre los poetas. Hace mucho que no tengo una idea interesante. 

Punto y coma.

Vacío, eterno vacío, lleno de hojas, de escalofrío, de otoños, de rápidas noches que nunca duermen, de pesadillas sobre aquellos sucios rincones que nunca limpio, de la inseguridad que satura las estrechas paredes de mis arterias; de ese dolor que no sé dónde está pero que siempre sabe aparecer cuando quiere hacerme daño. Entonces qué queda. Por qué mi vida está llena de preguntas retóricas que en verdad no tienen respuestas. Cerrar los ojos no es señal de nada. Hundirse profundamente en cada mes del año. Vivir sin saber dónde estoy, avanzar inconscientemente. Esa habitación oscura vuelta un eco informe: mi cabeza. Todo se basa en el siguiente paso, en algún momento se van a acabar. No sé. Y sólo sé que, por mí tendré que dejar de nadar sin detenerme. Mirar sin ver, estar aquí, respirar sin sentir el aire en mis pulmones. Vacío, el final que nunca llegará, el final que nunca se va a ir, qué más humano que sentirse infinitamente insignificante. Aprender a Amar, aprender a mirar tu alma, aprender a quedarme callada.

martes, 16 de abril de 2013

Final caja negra

Que abran la caja negra significa que nunca estuvo cerrada completamente, aunque yo haya sentido por un hermoso instante que así lo era. Entonces quién tiene la culpa, ya no puedo echármela a mí, ni a nadie, ya es demasiado tarde. Comienza la vista panorámica, el olvido borra los detalles, quizás sea más fácil entender lo esencial. Quizás el eterno intento de no quedarse estancada me lleva a mirar a otros horizontes, a perderme en tierras lejanas, con la certeza de que en algún momento tendré que volver. Es probable que tenga que aprender de la forma más melancólica que no siempre se puede ganar, que hay que agachar la cabeza y continuar, sin poder hacer nada, sin esperanzas de la tierra prometida, sin miedo y con resignación. Así algún día no será más que una nostalgia ahogándose. Ya no puedo seguir buscando respuestas a algo que está más allá de lo que cualquiera puede entender, ya no puedo seguir quejándome, evitando dar el brazo a torcer. En algún momento solo podré ver la luz de una estrella ya muerta hace millones de años. Es que no se le puede dar nombres al rompeolas que se tiene en el pecho, no se puede buscar el origen del encantamiento, no se puede nadar contra la corriente. Es simplemente tristeza, una tristeza que me recorre libremente, que no tiene orgullo, que sólo quiere fluir sin tener que esconderse en alguna parte. Quién soy yo para detenerla.

"Conocer la otra mitad es poco,
comprender que solo estar, es más puro"
Vivo, Gustavo Cerati

viernes, 12 de abril de 2013

No sé

No puede ser malo sentir el alma dar vueltas dentro del cuerpo, acomodarse, estirarse, llamar la atención para que jamás olvide que ahí adentro estoy yo, porque no soy necesariamente a la que reconozco en el espejo. No sé de qué estoy escribiendo pero siento que debo hacerlo, siento que es mi responsabilidad dejarme fluir y vertirme aquí, sin miedo, sin esperanzas de que algo cambie, sin esperanzas de ser diferente. He sido cobarde, me he mentido a mí misma, he hecho callar a la voz interna cada vez que intentó avisarme que no estaba siendo sincera. Ya empecé pero no sé cómo terminar, estoy cansada, de qué, no hay motivo para quejarse, lo mejor está a punto de empezar.