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sábado, 8 de enero de 2011

And fear means that...

Habiendo tanto espacio en la tierra, nos quedamos con lo que tenemos cerca, nos conformamos con ello, y también eso nos llena. Al final terminas creando un mundo pequeño, a nuestra medida, lo hacemos sin darnos cuenta, porque siempre ha estado ahí, nos han enseñado a vivir con lo que tenemos a nuestro lado, y a necesitarlo mucho, porque distanciarse de lo que conocemos nos hace sentir enfermos y extrañados, nos hace volver, nos hace querer estar en ese lugar que llamamos hogar, aunque a veces esté todo destrozado y lleno de cicatrices, queremos volver porque es nuestra realidad, es una de nuestras pasiones continuar atados a lo mismo que nos da seguridad y confianza, nuestro hogar es un pequeño mundo pero más reducido, es nuestro, somos dueños de este mundo, todo lo que quebrante tu realidad se volverá extraño y nos causará miedo, mucho miedo, pero el miedo no es malo, sentir miedo significa que tenemos algo que perder, perder nos da miedo, perder ese pequeño mundo que al final tiene todo lo que queremos, no podemos querer lo que no existe en nuestras vidas.
Cuando buscamos algo que se encuentra muy en el exterior existen dos opciones: una, huyes y eres el tipo de persona que ama los cambios y se aferra tanto a ellos, que logra dejar todo atrás, recorre esos caminos que no conoce y los hace suyos; y la otra opción es buscar el cambio, conocerlo y sentirte tan extraño dentro de esos nuevos límites que necesitas volver, volver para quedarte. Pero yo me cree una nueva opción, aunque la idea no es del todo mía, y se trata sobre conocer, conocer mucho, "curiosidad", conocer y estar más al tanto de lo que es bueno y lo que es malo, a pesar de que a veces todo se retuerce y el "mal" (unfashion term) parece tan atractivo, es venganza, egoísmo, envidia y sobre todo venganza, venganza a los de nuestro mundo, y resultan ser los que queremos, nos vengamos de los nuestros, eso es más retorcido aún. Bueno, como estaba diciendo la curiosidad es la que mató al gato, pero el maldito gato tiene nueve vidas (no sé como inventan ese tipo de proverbios tan tontos), y la verdad es que cuando te escapas de tu territorio conoces lugares, personas, nuevos ambientes, y con eso vienen los nuevos aspectos de las diferentes realidades, acostumbro a alejarme de lo que se vea turbio, ya que mi propio cuerpo reacciona, las nauseas y ese hoyo en el estómago me guían hacia otro camino; la guatita siempre tiene la razón, hay que creerle y huir de lo turbio tan rápido como puedas. En resumen es salir a dar una vuelta y quedarte con lo que te gusta, ocurren cosas fascinantes mientras duermes en tu burbuja, prefiero continuar aprendiendo lo que es bueno y lo que es malo, ya que aún no lo tengo claro, sigo cometiendo más y más errores bien humanos y hediondos. Pero vamos, es posible que los errores no existan y lo que hayamos hecho es actuar solamente, aunque sepamos que son errores porque nos dejan con un gusto amargo y nos sentimos mal, todo está conectado y yo al menos no soy amiga de la ultra-violencia como ese tal Alex DeLarge(Clockwork Orange, Anthony Burgess).
Entonces existen (también, estoy un poco harta de estos existencialismos) dos etapas frente a un error, pre-error y post-error. Según yo, el pre-error es cuando sólo visualizas el problema, sabes que está mal y que la moral y la ética, te ordenan, te hacen meditar que hay miles de razones por las cuales es incorrecto cometer el bendito error, nada lo justifica, nada y lo sabes. Luego, según yo también, viene el post-error que es, obviamente, el momento posterior al error, que pueden ser horas, días, meses, bla bla, y no sabes qué hacer para repararlo, no sabes como afrontarlo, no sabes como cargar con la culpa; aquí es cuando llega la oportunidad de redimirse que nos dio una razón en el pre-error para fallar, que podría también haberlo justificado antes, pero ahora tiene más sentido, somos unos malditos humanos que nacimos para jabonarnos en el barro del error, y he aquí nuestro consuelo, no todo es tan malo, ya pasó, ahora tenemos otras oportunidades y una vez más vuelves a otro pre-error. Es realmente idiota todo este proceso, que será mejor entendido con un ejemplo: Un tipo que está totalmente amarrado y casado conoce a la mujer más sexy de la vida y en su cabeza nacen muchas ideas contradictorias, que al final llaman a la ética, esto sería el pre-error, y que puede justificar esto, se justifica siendo humano, porque conocemos el pre-error, podemos redimirnos entonces debemos errar porque es parte del ciclo, se puede mandar la cagada porque se ha librado muchas veces de tantos errores... y luego ¡pum! ¡error! y viene el post-error, el tipo se encuentra tranquilo luego de llorar, patalear, sentirse miserable y arrepentirse por haber nacido, porque la vida no se acaba, se puede errar libremente, puedes andar pecando por el mundo, porque aunque cometas la peor mierda del mundo tienes la capacidad de perdonarte a ti mismo y volver al ciclo, o salir simplemente, cada uno ve el tamaño de sus cagadas, aquí se ve verdadera libertad, la libertad de elegir: vivir justificandote o vivir más tranquilo, pienso que debemos ser duros con nosotros mismos y no permitir que las excusas abunden en nuestras mentes y bocas, todo es justificable y nada lo es a la vez, qué se yo de la vida al fin y al cavo, trato de ser lo que me nace ser simplemente, aunque siga siendo egoísta y un poco vengativa, no es la idea pero ocurre a veces, lo siento, sí, si humana. Soy diferentes personas todos los días, pero mis principios me siguen guiando en días calurosos y soleados como estos, aunque tengan que lidiar con los cambios de clima y las tormentas.

Tu burbuja, tus miedos, tus errores, la ética, la moral, son temas humanos que he tocado y que no pienso olvidar. Somos fuertes cuando crecemos y también fuimos vulnerables cuando nacimos, no vinimos al mundo para estar solos, lloramos, reímos, pero tenemos que vivir con todo eso y aún mantenernos de pie, no somos la mejor raza queridos seres humanos, tampoco la peor, ¿qué dura es la vida, eh?
Los perros toman agua en contra de la gravedad mientras nosotros cómodamente llevamos vasos a nuestras insaciables bocas.

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