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miércoles, 30 de marzo de 2011

Gracias Blogger

¿Qué ocurre? Sí, eso me pregunto yo. Sería completamente deshonesto de mi parte decir que está todo controlado. Y qué problema habría si yo no estuviera destinada a escribir las cosas más felices del mundo. Está bien admitir que la felicidad existe porque está aquí conmigo, y no con mi blog, sinceramente no creo que la felicidad sirva para crear letras, no creo que tampoco sirva para dar una inspiración eterna y perfeccionista a los más destacados genios de la queridísima literatura universal, discúlpenme sí considero que la felicidad no me llevará a ninguna oración con forma, disculpa si digo que la felicidad hará que me muera de hambre como escritora. Necesariamente tiene que estar presente ese lado oscuro, confuso, deformado, retorcido, egoísta y refrexionista dentro de todo esto, por qué tendría que escribir de flores y mariposas para satisfacer a los lectores con mente de hadas madrinas, no tengo deseos de dar en el gusto a usted, este es el único lugar en el que no me importa dejar contento a nadie.
A ver, por favor silencio, es importante eso de escribir sobre los grandes intereses del hombre, repasemos placer, placer y más placer, quién va a querer acordarse de cuando se resumió a lo más repugnante de sí mismo, nadie quiere recordar esas humillaciones personales que sólo uno mismo conoce, de las que nunca se habla, yo tampoco quiero hablar de cuando toqué fondo y entró tierra a mi boca, no, no exagerare en mis ideas retorcidas y oscuras, no llegare tan al centro del asunto, les contare de una forma que quizás entiendan y puedan mirar desde su punto de vista único queridos amigos, nunca podré mirar con sus ojos mis palabras, fíjense que justo aquí es cuando eso realmente no me importa.
Sí, sí es realmente estúpido estar peleando con todos, suena realmente bochornoso estar combatiendo a la gente que lee lo que escribo, es tan idiota que hasta yo me doy cuenta; pero fíjense, es mucho mejor que no me importe porque eso me muestra más como soy, eso no significa que nadie me importe más que yo, la más brillante escritora de mi época (irónicamente, soy bastante modesta, bastante irónica) , porque paso mucho tiempo tratando de entenderlos a ustedes también, este es el espacio entre espacios, es una de las pocas cosas que puedo crear sin medidas, sin miedo a que se acabe el papel, sin miedo a que haya un límite de caracteres, me explayo y punto, llego hasta donde se me da la gana y eso se lo debo sólo a blogger, por ahora.

sábado, 26 de marzo de 2011

¿Inagotables?

Es común que los grandes milagros del universo sigan ocurriendo, y que a la vez se sigan acabando, se sigan muriendo, sin que nadie los mida, sin que nadie se de cuenta, sin que nada ni nadie pueda evitarlo.

Mi itinerario está algo pesado, tengo deseos de dedicarme a escribir sobre las inquietudes del hombre, de ese hombre actual que puede darse el lujo de sufrir por sus existencialismos, que tiene el derecho de debatir y poner en duda todo lo que ha existido, todo lo que se ha logrado, todo lo que se ha inventado. Mi idea se ve opacada por ese lado superficial y humano que me hace mirar a los demás de una forma diferente, tratando de buscar algo que tenga en común con esa gente, no debería mirar a nadie, qué derecho tengo yo sobre mí para indicar a mi mente qué debo hacer o no, este criterio se está comiendo todas mis ideas humanizadas, sobre todo las que quieren llegar a convertirse en Dios.

Pero no quiero cansarme de escribir sobre los pensamientos que se están volando y nadie los atrapa, por creer que volverán a ser pensados, y la verdad es que, nunca volverán, lo siento, hay millones de ideas desechadas en lugares de nuestra mente que nunca han de volver a ser tocados por manos de nadie, se quedarán ahí como esperando el fin del mundo, o el fin de la vida que les ha tocado por ahora; entonces ya cansados de esperar, se resignan a morir y convertirse en la nada, la bendita nada que libera a ese todo extraviado y desapercibido. Hay muchas cosas que no serán pensadas dos veces, qué injusticia más grande con los deseos ocultos en aquellos rincones de nuestra conciencia, espero que el inconsciente se haga cargo de eso, quizás existe un poco de justicia en este mundo, espero dormir tranquila esta noche.

(Mezcla inusual de dos ideas separadas por semanas de distancia; es extraño que colisionen dos pensamientos totalmente anexos el uno del otro, es extraño, pero veo que jamás será imposible.)

lunes, 7 de marzo de 2011

Innecesario

A veces me agrada el anonimato, me gusta la indiferencia de quién no entiende nada de lo que escribo, nada de lo que digo, nada de lo que hago, nada de mí. Me gusta ese faro que se desprende y está más ligado a los barcos que a los barqueros. Nadie me está retando, nadie quiere competir con migo, pero aún así estoy compitiendo, por qué suelo hacer cosas innecesarias, por qué pocas cosas resultan razonables. Suelo escribir preguntas que nadie contesta, suelo esperar que pase la estrella fugaz que me mienta y me enseñe un sendero que al igual que todo resulta innecesario, y se funde con las rocas que está llorando mi faro, apagado, silencioso, mi faro mutilado.
Es difícil querer unirte a otra cosa y abandonar este cuerpo que me limita, es común querer ocultarme, o mejor camuflarme, a veces resulta, pero resulta innecesario, equivocado, porque si me camuflo y me escondo nadie entiende de qué mierda estoy hablando.
Entonces escucho la lluvia y disfruto, quiero fusionarme pero no lo siento, me fallan las ideas, me fallan los recuerdos, escribo y escribo más que nunca, me limito a esta expresión literaria que surge de mis dedos, no quiere salir por mi boca, no quiere creer en nadie, no quiere llorar con nadie, no quiere estar sola escribiéndole a nada... esta expresión literaria quiere ser leída, y se lamenta porque quizás no se entienda, no se da a entender, se volvió débil, diferente, es que nadie puede opinar de lo que no tiene idea, nadie debe.
Qué es realmente ser innecesario, ser innecesario es que nadie te quiera volver a crear.

domingo, 6 de marzo de 2011

Telón, miedo, soledad

La vida es una obra de teatro,
una obra en la que no sé como actuar,
me llenarían de quejas y tomates,
me da miedo no saber actuar.

Tengo miedo a quedar actuando sola,
tengo miedo a estar tan cerca y,
aún estar perdida y equivocada.
No tengo idea como actuar,
bajen el telón que aún tengo miedo,
un miedo profundo al público
a ese público que no tiene idea
de lo que ocurre tras bambalinas.

Todos me hacen creer que no sé actuar,
todos me hacen pensar que no estoy lista,
me gustaría escribir el guión
y tener razón en todo,
no se molesten en decirlo,
yo sé que en verdad
no tengo idea de nada.

A quién creerle,
al público,
a los actores,
al telón,
a los trajes,
a las máscaras,
a los tomates,
a las flores,
a los aplausos,
a los sombreros,
hasta ahora,
no creo en nadie,
trato de creer en mí,
para no ser como ningún otro actor
de mi obra
de tu obra
nuestra obra.

Tengo un miedo pálido e indeciso,
no sé a qué tenerle miedo con razón,
tener miedo a la razón y a la sinrazón,
sólo sé que en esta obra
a lo único que hay que tenerle miedo
es al pánico escénico
que nunca me va a dejar actuar.