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miércoles, 30 de junio de 2010

Murmullos adolescentes

Uno decide de quien enamorarse, uno no decide a quien olvidar.

viernes, 25 de junio de 2010

El Séptimo Cielo


En el momento en el que te sientes arriba, en el séptimo cielo mirando desde la cima, las cosas se ven más simples, más pequeñas, menos dolorosas. Me hace olvidar todo lo que tuve que pasar para llegar aquí. Y todo se ve maravilloso, cada hecho se unió con el otro, y formaron una combinación tan armónica y perfecta, que hermosa visión de la vida en dos minutos, que simple y teatral ojeada a mis pesares, que asquerosa y deliciosa mordida a la ironía.
Me siento con el máximo placer cuando puedo decir que, no es difícil reírse de los dolores más intensos, de los más desafortunados hechos, de los más memorables errores. Miro de arriba, me rio desesperadamente de mi desgracia, y no lloro, y con las más sinceras disculpas, me otorgo el honor de decir que todos mis amarguras fueron tan absurdas, que parecerían sacadas de un cuento de hadas, tan imaginarias, tan hechas de la nada, tan humillantes, tan humanas.
Y yo, no me rio de mí por lo que soy, me rio de lo que fui, me rio en sus caras, en su dolor que compartí cada minuto, y al final de todo me seguiré riendo, porque es la manera más sana de enfrentar la vida.
Y no es que se trate de una enfermedad, todos me llamarían loca si me vieran en un cerro riéndome de los arboles y las piedras del camino a la cima, todos me mirarían extrañados si me vieran burlándome de los rasguños y los huesos rotos que me provocó la escalada al cerro, no, no, no, no hablemos de tierra, no hablemos de mierda, no hablemos de huesos, ni sangre, ni piel. Estamos hablando de lo entretenido y satisfactorio que fue sentir el aire puro allá, en el séptimo cielo. Ese cielo no existe ni aquí ni en Japón, existe en mí, en mi forma de mirar alrededor y darme cuenta de que no tengo nada que pedir, mírenme, me encanta ver en lo que me convertí.
Cuántas veces he estado en la cima, no paro de volver al principio, es más efectivo hacerlo mil veces, para que cada vez la vista sea más preciosa.

jueves, 17 de junio de 2010

El todo, la nada

¿De dónde sale tanta gente extraña? ¿de dónde sale tanta vida ajena a la mia? ¿cómo consiguen vivir sus vidas perfectas? ¿cómo logran llevar sus vidas con equilibrio? Y yo, qué hago pensando tanto en ustedes vidas cercanas, qué hago hablando de ustedes.
Tanta gente como yo, con ojos, bocas, manos, dedos, miedos, sueños, memorias, experiencias, gente con una vida en común, con un nacimiento en común y una muerte asegurada, en común.
Por qué el hecho de su simple existencia afecta tanto en la mia, viven tan cerca, que me regalan su esencia a cada minuto, pero no siempre ayuda a mi vitalidad, muchas veces sólo me desgasta, y me afecta a tal punto, que la felicidad se duda existente.
Cómo no mirar el exterior después de una vista interior, cómo no compararse con el mundo si son lo más parecido a mi cuerpo, a mi todo, cómo vivir sin escuchar sus ruidos y sus canciones, cómo vivir sintiéndome sola al lado de ustedes.
Y la vida se pasa en eso, en compartir el mundo a su lado, en depender muchas veces de sus acciones, en sufrir por sus errores mundanos.
Acercar las vidas más complementarias con la mia, alejar a las personas que se lleven lo más valioso de mí, alejar los sufrimientos evitables, calmar los mares o esperar que la tormenta pueda dormir.
Y qué más puedo hacer que aprovechar la vida con ustedes, dejar de atormentarme por los que no aprovechan de mí, los que se pierden una mente un poco escandalosa, los que sólo quieren escuchar y no oír.
Necesito el ser humano que se enamore de cada letra, que encuentre entre tanto espacio un refugio en mí, necesito gastar una energía inexplicable, una energía secreta con honor de recibir. Gastar en algo más útil las palabras de amor escritas al aire, las que muchas veces van dirigidas a lo concreto, a lo real, a lo real que no es mío, y por eso necesito un sueño que no sea verdad, un sueño que deje a la creatividad pequeña comparada con una realidad original.

miércoles, 16 de junio de 2010

Atado a su voz

Detrás de tanta palabra se escondía su mayor anhelo, tenerla con él. No podía pasar un día sin que pensara en ella, que problema más grande, no podía tenerla, no estaba a su alcance. Ella sólo vivía en sus sueños, pero ni en ellos era su dueño, ella lo miraba, lo escuchaba, pero no lo sentía en el corazón. Él estaba confundido, ¿cómo poder vivir con esto?, ¿cómo poder avanzar sin esto? Cada hecho ocurrido durante su existencia, desde que la encontró dormida en sus brazos en sus sueños, le hacían tenerla presente, escondida detrás de cada acto, acumulándose, juntado sentimientos que se hacían más fuertes mientras más los escondía. ¿Quién vive de una fantasía? Él, (y yo también) pero de dónde saca ese valor para enfrentar sus miedos más grandes. Todo estaba en su mente, no podía ocurrir con ella nada de lo que él no quisiera, lo único que no podía hacer con ella, era hacerla suya, lo demás, la estructura, lo mundano, era de él. No quería tirarla al precipicio, no quería mentirle, ni menos tenerla lejos, aunque lejos estaban mejor, ¿o no?
Y qué es lo que lo amarraba a ella, tan imperfecta, tan de otro mundo, tan simple: su existencia, sus miedos, su cuerpo durmiendo en sus brazos.
Un día quiso desaparecerla: maldita boca que me sonríe, maldita boca que me escupe, maldito pensamiento, maldita tú, malditas tus palabras, maldita tu espalda, tus sonidos, tu hermosa presencia, tu maravillosa forma de vivir en mis sueños, tus errores que veo perfectos, tu dolor que quiero calmar.
¿Pudo desaparecerla? No creo, no sabrá, hay miles de razones que lo amarran a ella, y es tan necesario para él gastar tiempo soñándola, que la sueña mil noches, mil días, la odia, le besa sus manos, su rostro, y se aleja de su boca, se aleja de sus manos, se aleja de todo lo que le causa miedo tocar, porque es más fácil soñar que actuar.
Y él que la soñó tanto, la encontró, el mismo día de su muerte, cuando en sus sueños se declaró.

lunes, 14 de junio de 2010

-Y tú, la que tanto le escribe al amor, ¿estás enamorada?
Y una vez más me quedé callada.

viernes, 11 de junio de 2010

El pensamiento exiliado del paraíso

Es que no es tu voz, no son tus ojos, no es tu boca, quizás tu boca si, pero no eres tú, eres lo que haces nacer en mí, lo que provocas en mí. Provocas que me hunda y me castigue, que me inspire y que no quiera sentir, pero siento y me confundo, me niego, me ciego, y me torturo.
Y sólo eres eso, lo que escribo, lo que pienso, la mentira más intensa y la más mía. Naciste de esto, antes no existías, eres mi culpa, mi fruto, mi nostalgia, y a pesar de eso existes en un mundo paralelo, en el que no eres mío, eres tuyo, eres uno más.
Si fuera tan simple como que sólo fueras una mentira nacida de mí, te haría verdad, te haría cerca, te haría eterno, te haría adicto a mis palabras.
Y aquí estás de nuevo, naciendo de mí, reencarnando en lo mismo, envuelto en la misma piel imaginaria, el pensamiento exiliado del paraíso. No eres nada en mí sin mí, rebobino y te borro, te tapo con un dedo, pero no quieres morir. Si soy dueña de ti ¿por qué no te dejo hasta aquí? Porque haces que mis letras puedan vivir.
Pero no me torturo sin precio, porque no funciono así, no me ahogo sin agua, yo no existo sin mí. Yo vivo por mí, de lo único que soy dueña, de mi cuerpo censurado, de mis pensamientos desmesurados.

miércoles, 9 de junio de 2010

Mi piel defectuosa

No quiero sentirme apuntada por dedos sucios,
no quiero sentirme rodeada de caras idiotas,
sólo quiero reírme todo el día tranquila
en un dulce sonido,
entre pieles defectuosas.

No mires mis ojos,
ni mi espalda, ni mi sombra,
no escuches los ruidos,
mira los gestos,
los efectos,
las notas.

Te suenan a olvido,
a silencio, a amargura,
no oíste bien, ridículo,
son los pasos al cielo,
el equilibrio más optimo,
lo que se esconde son rostros,
con sonrisas enormes.

¿No entiendes la indirecta?
Olvidaste una cosa,
esto es carne y hueso,
también rimas y estrofas.

Si me amo, me aburro,
si me odio, me muero,
si me odias, me duele,
pero tú eres tú,
yo a mi vida,
a mi amor, a mi odio,
mis locuras de otoño,
me recupero, me paro,
no me muero y renazco.

Y renazco mil veces,
sobre la vida misma,
no soy otra, soy yo,
desnuda,
media tosca,
media tuya.

Y no callo cuando me lo pides,
no es el silencio afuera de mi boca,
son los latidos que me mueven el pecho,
el movimiento en este cuerpo
camino a la muerte
sin miedo y sin prisa,
y te callo,
te explico,
no me pisas mis cenizas.



lunes, 7 de junio de 2010

Entre letras y algodón

No lo necesito aquí conmigo, no necesito esto ahora, no me conviene, sería perfecto en un futuro no muy próximo, ahora quiero mi vida, mis sueños, mi rutina, mi tiempo. Nada más.

Ahora no puedo modificar nada, sólo buscaré algunas salidas de escape momentáneas, suplentes, silenciosas, satisfactorias. Que la vida siga fluyendo, que siga haciendo caminos en la tierra, para así algún día desembocar en ese futuro imperfecto.

He gastado mucho tiempo pensando, extrañando, lamentando. Minutos, que al sumarse se convierten en horas, las horas en días de mi vida, los días en desperdicio, el desperdicio en arrepentimiento. El arrepentimiento, en más basura en mi cabeza, reciclada, extinguida, vaporizada.

Mejor gasto tiempo en palabras escritas, que al sumarse se convierten en líneas y párrafos, lecturas cortas y extensas, acumulación de material bibliográfico, en cuadernos, Verdana 12, y croqueras, para ser leídos, para que los pensamientos no estén solos, tengan similitudes con otros, que alimenten a otros pensamientos, por que ahora se alimentan de mi experiencia.

Que la vida se resuma en un todo, que los placeres hagan el tiempo más lento, que mis miedos me hagan más fuerte, que las papas fritas no engorden, que en los días más oscuros las nubes sean de algodón, que lo físico pase de moda, que los profundos se masifiquen, que lo superficial se vuele en el viento.

Que el tiempo no me desgaste que me pula y me mantenga, con la misma risa del fin del mundo, con los mismos sueños crecientes, con la misma existencia permanente.

Y en un futuro lejano, hacerlo todo realidad, siendo una de las personas más profundas del mundo, más equilibrada, y más sentimental, por que lo sentimental, ¡no me lo quita nadie! es mío, es mi seguro, mi don auto destructivo y vital, que usando a conveniencia, logra muy buenos resultados.

Aunque mi esencia física se vuelva polvo, mi permanencia escrita vivirá, quiero que mis últimos minutos sean renombrados, que sean eternos pasajes, recordados en mil mundos.