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sábado, 10 de septiembre de 2011

MU

¡Por la cresta! Qué gran desperdicio de tiempo siento al apretar tantas veces el mismo botón y no encontrarle sentido. Nada tiene sentido ahora. Y lo peor es que nada importante ha pasado como para perder las esperanzas. Siento que pertenezco a la generación equivocada. 
Salgo. Me callo. Dudo. Trato de explayarme. No se entiende. Grito más fuerte. No se oye. Me callo.
No espero nada, miento, espero mucho. Quiero mentirle a mi mente y dispersarla, pero no hay caso, continúa la lluvia de ideas. Me siento ciega y perdida. 
"Lo esencial es invisible a los ojos"
Por eso veo mucho y también me cuesta entenderlo todo.
Sentía algo que no puedo recordar. Estos días son tan agrios, inmemorables, bochornosos, indicados, irreparables.
Y si no escribo de esto, de qué escribir. No tengo de qué hablar, me he quedado muda, sin las palabras justas ni necesarias. 
No, ahora nada tiene sentido porque el sentido está inmerso en sigo mismo. Los días normales y olvidables que  estoy viviendo me hacen recordar que la razón no está muy lejos. OK.
No sé si en el cielo se podrán decir groserías, porque si es por eso el cielo dejó de ser opción.

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