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lunes, 19 de septiembre de 2011

Trepadora mentira

Soñé con un beso entre la vida y la muerte, con la locura, con la completa demencia. Soñé soñando que mi sueño era verdad, que la soledad no existía, que miles de siglos de dolor se habían terminado con un beso imaginario. Se puede sentir tanto dolor en una vida, y ni la mitad de ese sufrimiento puede ser explicado en palabras. No fue un beso amoroso, no fue un beso de príncipes y castillos. Fue un beso de una de las más grandes mentiras que jamás he creado, fue el roce de cuchillos infectados del pasado, fue un puente entre la realidad y la más hermosa mentira. Qué se debe sentir después de los sueños, qué se debe esperar después de ellos. Yo no quiero soñar más con manicomios, con silencios, con verdades inciertas de años de mala suerte, simplemente quiero ser yo ahora tranquila y sin remordimientos. 
Soñé que no existía nada más en el mundo, soñé deseando no despertar porque aunque las mentiras sean muy reales, en el alma se sabe que hay cosas imposibles y que aunque desee con todas sus ganas revertir el hechizo de la realidad, la verdad está esperándote para cuando abras los ojos y digas "todo fue un sueño".
Olvidar, si se puede olvidar, aunque los viejos miedos de generaciones anteriores vengan a moverte el piso. Tantas lágrimas que alguna vez soñé y seguiré soñando. Tanto que se tiene encerrado en el corazón y tiene que callarse, sin demostrarse, sin paralizarte. Por qué tengo que sentir esas miles de sensaciones moviendo tu cuerpo como si aún siguieras creyéndole a ese puto sueño. Nadie nunca me dirá que podrá entender lo que estoy sintiendo en este momento. Maldita inspiración que llega en los sueños, por qué se mete el engaño en mis sueños y me hace despertar asustada. 
Hoy quiero olvidar para siempre ese beso falso entre mi nariz y mis labios, quiero olvidarlo porque hoy puedo saber que existen límites entre todo esto; y que aunque quiera morir por ese beso, nada justificará nada. Me arrepentiré de nuevo por querer soñar despierta, y el viento de la primavera me susurrara lo que no quiero escuchar y me llama "la verdad es la mas cruda realidad".

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