Tenemos un pacto señor escritor, señor director. Tenemos claro que todo lo que muestran en el cine, en los libros y en la tele es pura ficción. Es común imaginar la vida como en las películas, más fácil de entender y de predecir su final o lo que está por venir. Los puntos de vista son siempre la forma de convertir cualquier cosa en arte, los enfoques, la música, las escenas y los planos. Todo puede verse mejor dependiendo de donde pongamos la cámara, pero en la vida real nadie vendrá a decir "corte". La tranquilidad y la satisfacción no permite que salgan palabras de mis dedos, palabras que quieran ser escritas. Me confundo porque a pesar de que el tiempo se pase tan lento, temo a cada cosa que quiebre este control que he construido para poder dormir tranquila; y cuesta dormir, aunque tenga la consciencia limpia.
No quiero que se acabe el frío, aunque me descoloca y me retuerce ver a la gente sufriendo en las calles. El invierno puede significar muchas cosas, pero no puede merecer que la gente lo odie, sin él no sabríamos que es dormir cucharita, excepto si vives en el sur.
Pienso que las mejores cosas son las que uno no comenta con los demás, detalles poco banales que se mezclan en nuestra personalidad para hacernos abrir los ojos de alguna manera. Vivimos ciegos, yo sé que es ser egoísta, soy humana, y odio que las cosas se salgan de control.
Me da nostalgia la vida ajena, me da nostalgia la historia, la muerte, y el tiempo que se pierde compadeciéndose de uno mismo; porque es fácil hacerlo, y es más difícil deshacerse de lo que te atrapa por puro miedo a las cosas nuevas, por puro miedo a estar peor, por pura gracia del destino que hacemos nosotros mismos.