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sábado, 19 de febrero de 2011

Estrellas distorsionadas.

Me mata la idea de la perfección azotada por una noche triste;
yo no sé que me espera,
yo no sé quién me espera.
Mis sueños son ruidos,
son ruidos que suenan y no existen.

Conozco mis siete sentidos,
por eso viajo de planeta en planeta;
huyo de los policías intergalácticos,
predico mis ideas de soñadora asimétrica.

Acá no hay aire,
ni nubes,
ni sueños sin mando,
me callo y concluyo:
las puertas se abren
cuando agito mi pelo castaño.

Distorsionada, acomplejada,
distanciada y calmada,
me devuelvo camino a la tierra
con dos siglos de viajes entre estrellas,
ahí está todo esperando a la exiliada...
la verdad sólo llega cuando cruzo los dedos.

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