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jueves, 26 de mayo de 2011

Lo cursi pasó de moda, ¿o no?

Se conocieron hablando mediante la vía láctea, el ciberespacio. Ninguno sabía que había exactamente al otro lado de pantalla, pero confiaban casi ciegamente en sus fotos de perfil, que mostraban de una forma casi real la figura estática de la persona con la que charlaban y esperaban impaciente a que iniciara sesión.
Nunca entendieron por qué cuando se iban a encontrar por primera vez piel con piel, no se encontraron. Nunca entendieron en qué habían fallado, o quizás sí, pero el error era demasiado oscuro y degradante, y prefirieron continuar solos, sin nadie de la mano, sin su "alma gemela" al otro costado de la cama en las mañanas.
Ella era tímida, vivía con sus padres, estudiaba para ser una gran profesora de literatura, y soñaba con viajar a Verdun. Comía pastillas de menta adictiva y delicadamente, coleccionaba figuritas para el refrigerador de todos los lugares y colores, y detestaba la comida china y los perros salchicha.
Él, por otro lado, era feliz con el simple hecho de sumergir sus pies en la arena de la playa, pero no soportaba el agua fría del mar ni la misma arena en la ducha. Vivía solo, con su Jerbo Wall-e, no usaba bufandas ni perfumes con olor a seducción, prefería usar desodorante de mujer y coleccionar cartas antiguas de mazos españoles e ingleses. Leía descontroladamente, sumergiéndose en cuentos de ensueño y anidando en su mente esos pensamientos idealistas que en algún momento lo harían caer, para luego levantarse como el hombre que siempre quiso ser. El arte de lo poético no caía en sus zapatos, escribía poemas torpes que esperaba nunca nadie leyera, pero así no fue, después de morir se quemó su casa y sólo se salvó esa caja fuerte con los papeles gastados por el tiempo y la decadencia, para convertirse en uno de los grandes poetas del nuevo siglo, pero esa es otra historia, no entraré más en detalles...
Ella tenía el corazón más puro que alguien podía tener, pero se escondía detrás de sus lentes gruesos y de otra época, por que así era ella, quizás debió haber pertenecido a otro lugar del planeta u otra galaxia, a otro siglo, a otro milenio. Ella no escribía poemas, componía canciones, pero nunca nadie pudo de verdad reproducirlas ni escucharlas, se las llevó con ella a otra vida, y se las cantó a sus antepasados.
Tampoco yo entiendo como ellos jamás pudieron encontrarse, se amaban pero sólo a través de la pantalla, ella era adicta al elixir de sus palabras y él soñaba con sus ojos azules, vaya decepción que me llevé cuando supe que los de esas fotos no eran ellos, ella escaneó una revista, y él, peor aún, buscó una foto en google.
14 de Octuble a las 18:00 hrs. en una esquina del barrio París Londres, ella dijo que tenía los ojos azules, las piernas largas, cintura de abispa y cabello enrulado. Él se describió como un atleta moreno de ojos miel y con un orificio en el mentón. He ahí la razón porque nunca se encontraron, ella era flaquísima, usaba frenillos y tenía pecas en la cara, mientras que el otro protagonista del romance era pálido, de ojos grandes y cabello alborotado. Miraron a todos lados buscando la imagen que cambiaría todo lo que antes conocían para siempre, pero sólo encontraban caras sin sentido, cuerpos que no les decían nada. Era una tarde fría y se congelaron a la vez sus esperanzas y la alegría que dejó de existir, cuando se dieron cuenta cada uno de su gran mentira. Como no se conocieron, nunca intercambiaron palabras frente a frente, nunca se abrazaron. Como no se conocieron, tuvieron que resignarse a enamorarse de otras almas incorrectas. Como no se conocieron, vivieron con el peso de su superficialidad, él la amaría y besaría cada una de sus pecas, ella lo amaría y calmaría con sus lágrimas su corazón descontrolado y aún adolescente.
Esta es la simple historia de dos personas que nunca se conocieron, que nunca se miraron, que nunca se tocaron, que nunca se engañaron, pero siempre se mintieron.
Y yo no sé si será verdad esta historia, todos creemos que nunca se amaron, pero nadie sabe si en otra época, en otra vida o en otra galaxia se habrán encontrado... o simplemente amado.