Mi vida oscila en el ir y venir de sus pasos, me quiere matar y al mismo tiempo quiero regalarle mi muerte. Regalarle mi muerte, pero mi vida no se la doy a nadie. Me detuve a pensar en las tantas cosas que quiero hacer y me siento diminuta entre tanto mundo y tanta vida. La nostalgia se apiada de mis pensamientos, los mece y los lleva a otro nivel, la claridad es menos difusa, mis latidos no se aceleran, estoy a dos pasos y no me importa, qué importa la distancia, ¿qué era el miedo?. Definitivamente mis recuerdos se remontan a sus bocas, sus bocas asesinas y llenas de ácido. Explíquenme por qué tienen la necesidad de vivir de esto, o mejor dicho como vivieron de esto, de tanta amargura, por qué ahora los recuerdo.
Mis intenciones son ahora morir, morir sabiendo lo que es vivir, morir porque mi vida es mia, mi muerte debe ser de otro, pero mis palabras no se las regalo a nadie.
nuestras vidas pertenecen a lo infinito.Somos polvo galáctico o una copia barata de la perfección. Somos los seres que asesinan destruyen su entorno. Somos los que rechazan su condición.Somos la imperfección empírica del sujeto...la muerte jamas es la escapatoria,y nunca te pertenecerá, ya que hasta la muerte sera predestinada de forma social( tu ya sabes,ataúd, flores y llantos).
ResponderEliminary la realidad nos azota en su miseria...
y la realidad nos martiriza...
tan solo podemos pensar y fantasear con la idea de la distopia. donde el jah o jehova sean..