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miércoles, 21 de julio de 2010

Change


Arrancar, correr, y morir en el intento. Y cuál es la mierda que me ata a lo mismo, y ni siquiera sé a que me refiero. No planeo correr de la vida, arrancar de las responsabilidades y de lo que pretendo, lo que quiero es huir, prevenir tropezar con la misma piedra imaginaria y escuchar las mismas palabras hirientes en mi cabeza, palabras mías.
No quiero vivir escribiendo de amor, no quiero morir recordando lo imposible. Todo es muy confuso y contradictorio, y a otro le puede sonar tan fácil y objetivo. No pido que alguien comprenda de lo que hablo ni lo que escribo, quiero entenderme yo y que al menos los otros lo respeten. Es increíble la cantidad de veces al día que cambio de ánimo, y no es el ambiente, soy yo, mi fragilidad, y mi capacidad para absorber todo sentimiento volátil y cercano. Y no me gusta tampoco mirar la vida con simpleza, si la miras así los detalles pasan desapercibidos, la simpleza es parecida a lo superficial, un asco. No quiero una vida feliz, hoy al menos no, una vida feliz es muy básica, es muy fácil, es muy rápida, si defines a tu vida como una vida feliz, no habrás hecho nada, se definiría por si sola, si dices que viviste sufriendo para ser feliz, tendrás mucho que contar, no todo gira respecto a una cosa, no todo gira en torno a la felicidad, el dolor es exquisito y exótico, la alegría es efímera y caprichosa. La ironía me alimenta, la risa lenta y tres pasos por los recuerdos. Malditos y asquerosos recuerdos, a quién no le gustan, son fáciles de mantener, y qué mierda es vivir de ellos, son tan seductores y engañosos, hermosos recuerdos que me hacen alucinar, es muy simple usarlos de argumentos, pero al final no valen nada, sólo valen por sus efectos, no por cada vez que recurrimos a ellos, sólo valen por lo que han provocado, sin necesidad de saber que ellos lo causaron.
Y todo se vuelve más confuso aún, qué quiero, es muy sencillo decirlo, y cómo saber si es lo que necesito, puedo desear con todo mi corazón una cosa, pero quizás no logrará ser lo justo para mí. Resentimientos, repulsivos sentimientos mezclados con recuerdos que se unen a la fascinante cadena del dolor, me hacen estremecerme y congelarme, y, ¿eso es lo mejor?. No tengo gustos fijos ni imaginarios, no tengo calma, no tengo silencio interior, sólo tengo una cabeza llena de ideas, llena de manías idiotas, perfectas manías, argumentadas, seleccionadas dentro de un gigantesco mundo para vivir aquí en mi mente. No tengo armas, no tengo herramientas, soy lo que soy por como nací, auto suficiente, y muy necesitada de los demás. Una extraña mezcla entre dos polos opuestos, que se mezclan se desparraman, se pelean, se muestran y crean caos en lo superficial. Cómo se puede explicar el deseo de salir a la luz de dos extremos tan diferentes, cómo existen juntos en un miserable cuerpo, quién va a ganar. No sé que tan lejos llegaré siendo obstaculizada con este par de fuerzas de rose, muy lejos llegaré, y seguiré hablando en futuro, gracias malditos recuerdos, hacen la perfecta armonía entre lo antiguo, lo actual y lo posterior.

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