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lunes, 7 de junio de 2010

Entre letras y algodón

No lo necesito aquí conmigo, no necesito esto ahora, no me conviene, sería perfecto en un futuro no muy próximo, ahora quiero mi vida, mis sueños, mi rutina, mi tiempo. Nada más.

Ahora no puedo modificar nada, sólo buscaré algunas salidas de escape momentáneas, suplentes, silenciosas, satisfactorias. Que la vida siga fluyendo, que siga haciendo caminos en la tierra, para así algún día desembocar en ese futuro imperfecto.

He gastado mucho tiempo pensando, extrañando, lamentando. Minutos, que al sumarse se convierten en horas, las horas en días de mi vida, los días en desperdicio, el desperdicio en arrepentimiento. El arrepentimiento, en más basura en mi cabeza, reciclada, extinguida, vaporizada.

Mejor gasto tiempo en palabras escritas, que al sumarse se convierten en líneas y párrafos, lecturas cortas y extensas, acumulación de material bibliográfico, en cuadernos, Verdana 12, y croqueras, para ser leídos, para que los pensamientos no estén solos, tengan similitudes con otros, que alimenten a otros pensamientos, por que ahora se alimentan de mi experiencia.

Que la vida se resuma en un todo, que los placeres hagan el tiempo más lento, que mis miedos me hagan más fuerte, que las papas fritas no engorden, que en los días más oscuros las nubes sean de algodón, que lo físico pase de moda, que los profundos se masifiquen, que lo superficial se vuele en el viento.

Que el tiempo no me desgaste que me pula y me mantenga, con la misma risa del fin del mundo, con los mismos sueños crecientes, con la misma existencia permanente.

Y en un futuro lejano, hacerlo todo realidad, siendo una de las personas más profundas del mundo, más equilibrada, y más sentimental, por que lo sentimental, ¡no me lo quita nadie! es mío, es mi seguro, mi don auto destructivo y vital, que usando a conveniencia, logra muy buenos resultados.

Aunque mi esencia física se vuelva polvo, mi permanencia escrita vivirá, quiero que mis últimos minutos sean renombrados, que sean eternos pasajes, recordados en mil mundos.



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