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viernes, 21 de mayo de 2010

El mejor recuerdo


¿Cómo llegue a esto? ¿Cómo llegue a sentirte tan lejana? ¿En qué momento dejó de ser entretenido el juego? ¿En qué momento se perdió la magia? Pensó Alejandro mientras leía las cartas que Estela le escribió en su ausencia años atrás... En ese momento, ya no la sintió tan eterna como siempre la había sentido, se volvió limitada, una estrella del montón. Ya no te siento la misma, me pareces más simple, me pareces más extraña, ¿De dónde saliste? Deja que de mi boca no salga nada más que silencio, un silencio seco, no como el de antes, ese era un silencio que lo decía todo, ahora no, se volvió sordo, superficial, una muerte dolorosa. Parece mentira, tú, acompañada de tantas otras tú, no me has hecho nada, pero siento que me lo robaste todo. Pero, aún sigues conmigo, y todo lo que fue mio es mio. No entiendo, Cállate, no quiero oír más, te sigo sintiendo lejana Estela, ¿Qué hiciste ahora? Nada, lo sé, pero por qué siento que todo cambio...
Quiero recordarla como fue siempre, la de las palabras precisas, la de los pensamientos profundos, la de la armonía absoluta entre el cielo y el infierno, la que hacía que mi cuerpo se inquietara a tal punto de querer sacar fuera todo lo de adentro, lo humano y celestial... ¿Dónde está ella? A algunos pasos de él, pero... ¿Así la sentía? No, la pregunta era ¿En que parte de él ella se encontraba? Estaba en la piel, en la superficie, esa piel ya no es la misma, no es genuina, ya no es mía, no quiero que vuelva, ahora vete, vuelve cuando la vida nos encuentre.

No quiero mirarte, quiero cerrar los ojos, taparte con un dedo, vengarme de ti por no haber hecho nada. Esta vez, yo soy la mierda, yo soy la basura, tú eres la correcta. Pero, no me importa, no puedo manejar sentirme así, además, quiero sentirme así, no quiero que estés cerca, me gustas lejana, como recuerdo, como un murmullo.

Ese día, ella no regresó, a minutos de llegar a su casa, pensó, recordó, reaccionó: Ya no me quiere más, sabe la verdad, no lo necesito, hace mucho que aprendí a vivir sin él, algún día volveré, por ahora lo borraré, la puerta a otro abriré, y en silencio lloraré, pero procuraré, que esta sea la última vez.

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