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jueves, 10 de octubre de 2013

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Calma, cierra los ojos, siente el viento en tu pelo, siente como la tierra late bajo tus pies, está viva, tú estás vivo. No hay nada más, ya no existe el dinero, no existe el reloj, no existen el deseo. ¿Escuchas el silencio? ¿Sientes en tus propias venas correr tu sangre? Sigues vivo.
    Aunque se abra la tierra, aunque el agua se seque, aunque el aire se extinga, aquí estarás. 
Tu pelo se cae, tu piel se seca, tus uñas dejan de crecer, tus huesos se quiebran, tu piel es polvo, tu olor se esfumó. Y aún sigues aquí, estás vivo.
    Llegó lo que esperabas, el mar se abrió de par en par, eso que querías cayó del cielo, eso que creías que era amor te remeció el alma ¿Y para qué? ¿Para ser feliz? ¿Lo eres? Sólo sé que todavía estás vivo.
    Y esa, sí, esa, tu peor pesadilla, la lograste vivir ¿Te desgarró las entrañas? ¿Te hizo conocer el infierno? Sí, eso te hizo sentir más vivo todavía, y ahora puedes decir que eres humano. Quizás deseaste morir, quizás buscaste a Dios sin respuestas. Quizás lo encontraste.
    Tienes un intenso miedo a ser pesimista, tienes miedo a que el infierno en verdad esté acá, a que tu optimismo fuera el mal chiste de alguien que te pensó al revés. Y nunca te vi detenerte, dentro de cada fuego también hay agua.
    ¿Por qué sigues vivo? No esperas un mundo mejor, no esperas una vida mejor, no esperas nada, quizás hayas encontrado la respuesta. Prefiero no saberla, prefiero esperar sin esperar la mía.
    Nada termina, y aunque mueras todos los días sigues vivo, porque quieres estarlo, ¿cogito ergo sum?
     

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