
Cómo acusas a un cuerpo de no querer continuar, hasta dónde uno conoce a los demás. El problemas es bastante simple, ni siquiera me conozco a mí misma, necesito ayuda, necesito apoyo, y mientras más me conozco, me doy cuenta de que necesito cada día con mayor fuerza vivir en una existencia desnuda de mente y alma. Las capas que se encuentran dentro de un cuerpo son accesibles, una apuñalada en el lugar preciso y puedes hacer estallar órganos y arterias, es demasiado básico, pero cómo dañas un alma, no tienes idea, porque cada puta persona es distinta y ni siquiera sabrá uno mismo cómo es.
Me miró tanta gente a los ojos y me dijo continúa, y yo no estaba ahí, yo estaba escuchando mi mente podrida de tanto mentir, mi mente cobarde, con repentinos ataques de miedo. El peor dolor que se puede sentir es el que se hace uno mismo, una idea se planta en una mente, una idea negra que lo daña todo, una idea brutal y dolorosa, pero simple. Suena a película, pero a mí me pasó. La persona que más me hace daño soy yo, yo no me permito ser libre de hacer lo que quiera, me critico, me esfuerzo por ser otra que no soy, nunca estoy satisfecha, no paro de quejarme. Mientras más pequeña la idea más me atormento, me culpo por sentirme así por algo tan básico, me culpo por no saber superar las cosas, luego vienen lluvias de malas ideas, lluvias ácidas de miedos que no existen, una película de terror donde la única escapatoria es sentirse aún peor, arrepentirse de algo que no merece arrepentimiento, arrepentirse de sentir como sienten todos, castigarse por llorar y sufrir humanamente, y eso es un peso que hace que todo los dolores del alma pesen el triple.
Mi esquema es tan frágil, mi alegría es tan fácil de manipular, nunca soy dueña de nada, y yo soy la que más me hago tropezar, olvidaste que lo simple es lo mas bello, olvidaste que las palabras mas hermosas siempre salieron de tu boca, olvidaste esas mismas cosas que le dices a todo el mundo, de qué te sirve decirlas si no te las crees, si tú no te las crees, por qué el resto tendría que hacerlo.
El tiempo se pasa tan rápido, lo que dura la vida de una mente no se mide en años ni meses, se mide en la cantidad de veces que se muere, la cantidad de veces en que todo cambia, la cantidad de veces en que te levantas con otra perspectiva, todas mis muertes giran en torno a algo, últimamente no lo han hecho por mí, casi siempre son cosas que deberían afectarme mucho y no lo hacen, y dónde entran las cosas sin importancia, entran en ese espacio en que no dejan a mi mente morir. Una vida, una mente con sus miles de muertes, no podría si no seguir falleciendo para continuar, para tropezar con menor intensidad, para crecer como se debe.
Una mirada dentro de mí me vasta para darme cuenta de que me queda mucho por aprender, una mirada dentro de mí me vasta para entender que lo primero que se necesita es autosuficiencia y existir.
Cómo pido que me entiendan sí aún no me puedo comprender, avanzo a paso de tortuguita, pero aún así no me quiero quedar atrás, hay mil formas de ser humano, y la forma más básica es cayendo, para caminar se necesita tropezar, para avanzar se necesita besar el suelo aunque no suene muy tentador. Me duele ser tan injusta conmigo misma, qué quiero ahora, quiero desear con simpleza y no suponer nada. Quiero levantarme y que el solo hecho de estar pensando alegre sea motivo de todo mi día, quiero que sus miradas se enfoquen en ustedes mismos, y dejar de pedirles sin que lo sepan que no se aparten nunca de mí, estoy sola con todo el mundo al lado, una mentira que me invente no sé para qué, no recuerdo desde cuándo construyo castillos de tantos malos acuerdos conmigo misma, desde cuándo que miento de esta forma, y desde cuándo deje de reírme como me encantaba.
C-O-N-T-I-N-Ú-A... me mire a mí misma y no me mentí, lo que quiero con más ganas aún es continuar, olvidando que me puedo sentir así de nuevo, y soportarlo, dejar de criticarme por no ser perfecta, o a lo mejor algún día seré perfecta imaginando que todo lo que hago está bien, pero no quiero seguirme mintiendo y tratando de promover ideas que al final no llevan a los mejores sitios de la mente. Pensar en silencio, calmarme y dejar de llorar, golpearme a mí misma y despertar, despertar de este sueño de tortura, este hoyo ni siquiera tiene profundidad, dónde veo tanta obscuridad. Continúa por ti, por nadie más que por ti, aunque cueste creerte a ti misma, al final de todo a la única que tendré conmigo será mi conciencia y el recuerdo de que viví para mí sin castigarme por ser egoísta, sin castigarme por nada, sino premiarme por haber vivido simplemente, y poder mirar mi cuerpo muerto en el suelo, frío, mi cuerpo que sirvió para transportar lo que de verdad importa, transportar una vida valiosa que se define a sí misma como una vida maravillosa.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar