.

.

sábado, 7 de abril de 2012

Difícil no desviar la mirada, inútil mirar por la ventana. Ese último día fue un insulto a todo lo que he estado creando. Me conformaría con poco, pero aún así pediría más. Pediría más por alcanzarlo. Todo está en la mente, al menos lo que me tiene que tranquilizar por hoy. Qué sé yo de equilibrio; vuelvo a las preguntas retóricas. Qué pasó con la objetividad; se la llevaron, o mejor dicho yo lo permití. Necesito ordenar lo que está en mi cabeza y dejar de pensar en el final. Ver el cuadro completo serviría de mucho, pero mi mirada subjetiva se está comiendo todo lo que me quedaba. Necesito volver a mis cabales, necesito volver a ser yo. He esperado toda mi vida y ahora vengo a impacientarme. Qué es esto. Un fin de semana largo que sabe amargo y me arrastra a caer. Y más bien es una molestia, es un malestar, es un peso que no necesito en un día como este, necesito la objetividad. Volví a soñar. Pero tampoco estoy abajo, estoy de espectadora, esperando a ser protagonista. Debo dejar de esperar, pero no sé tampoco si debo actuar. Qué hago. Mentalizar. Discriminar. Ordenar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario